En un mundo donde los recursos naturales son tan preciados como el oro, la economía circular se alza como el maestro artesano de la sostenibilidad. Imagina un baile donde los productos y materiales se mueven en un ciclo infinito de renovación, sin desperdicio ni agotamiento. Es como un cuento mágico donde cada elemento encuentra su segunda vida, donde la basura se convierte en tesoro y la naturaleza en la musa de la innovación.
En esta danza de la economía circular, los productos no tienen un final definitivo, sino que se reinventan una y otra vez. Desde la materia prima hasta el producto final, y luego de nuevo a la materia prima, el viaje es continuo, una sinfonía de eficiencia y respeto por nuestro planeta.
Pero todo espectáculo debe ser respaldado por representantes. Sin ellos, no sería posible el show, y en este caso, los asturianos se muestran muy a favor de que el baile se lleve a cabo: según un estudio demoscópico realizado por Cogersa para analizar el grado de conocimiento y los hábitos que la ciudadanía asturiana manifiesta tener con relación a la gestión de los residuos y la economía circular, casi el 80% de la población regional se preocupa por gestionar bien sus residuos.
El 88% separa papel, envases y vidrio; el 67% deposita los restos orgánicos en el contenedor marrón y más del 80% clasifica textil, electrodomésticos, muebles y voluminosos. Además, un tercio considera razonable pagar entre cinco y diez euros al mes por la tasa de residuos municipal y el 30% aprobaría el pago por generación e incluso sanciones para incentivar el reciclaje
De segundas oportunidades saben mucho tres entidades asturianas que dedican cerebro y corazón a salvar materiales: LON&BOC, Naeco y Panduru.
Lonas recicladas que narran historias
¿Alguien se imaginaría darle una vida más a las lonas de, por ejemplo, los eventos? Maite Prida, CEO y directora creativa de LON&BOC, sí. Mide, corta, une y hace su magia: bolsos, carteras, fundas de cojines, sacos que sirven de almacenaje y hasta pequeños árboles de Navidad son solo algunas de las creaciones. Maite redefine con este proyecto la narrativa del diseño sostenible al dar nueva vida a lonas recicladas, creando productos que encarnan la excelencia y narran historias.
El recorrido de LON&BOC, desde su primer taller en la cárcel de Villabona en colaboración con la Fundación Adsis hasta su residencia actual en LABoral Centro de Arte y Creación Industrial evidencia su impacto en la construcción de un ecosistema económico circular. El proyecto se erige como un componente significativo para fortalecer el tejido social y económico de la región. En 2024, reafirman su compromiso con la sostenibilidad, buscando nuevas alianzas con empresas socialmente responsables y aspiran a generar un cambio que se arraigue en todos los estratos de la sociedad.
Además, el pasado 15 de febrero LON&BOC llevó a cabo una iniciativa en colaboración con la Fundación Mar de Niebla en la playa San Lorenzo que marcó el cierre de unas jornadas de sostenibilidad iniciadas con la visita a LABoral Centro de Arte y Creación Industrial, durante la que los participantes exploraron la exposición «Océano de Plástico» de Carlos Paz y conocieron su labor en la recuperación de lonas y diseño sostenible. Durante la jornada en la playa compartieron su experiencia en la transformación de las lonas recuperadas, utilizando como ejemplo las que cerraron la playa durante la pandemia, donadas a través de Gijón Impulsa.
Ecodiseño y ecoetiqueta Naeco
Desde sus comienzos, Naeco ha abogado por la sostenibilidad como pieza fundamental de su cometido. La responsabilidad con el medio ambiente está en su ADN y su meta es convertirse en empresa referente en economía circular para conseguir ser líder dentro de su sector de actividad.
La mayoría de sus productos están fabricados con materiales reciclados y reciclables; su laboratorio de ideas, Naeco Research, cuenta con un equipo especializado en innovación y desarrollo integral de soluciones; toda su plantilla está comprometida con el ecodiseño para permitir que los productos puedan ser deconstruidos al final de su vida útil, siguiendo los principios de la economía circular; diseñan productos duraderos para prolongar su trayectoria, fomentando la reutilización y evitando la producción innecesaria; y cuentan con una ecoetiqueta que refleja la contribución del cliente con el medio ambiente al informar del número de envases que está reciclando con la compra de cada producto.
Dentro de sus acciones específicas para cuidar el medio ambiente, se encuentra la plataforma Naeco Loves You, que consta de varios programas: Naeco Rewind, con el que recompran sus productos a los clientes al final de su vida útil para convertirlos en materia prima; Naeco Reduce, con el que evalúan la cantidad de emisiones de CO2 que están evitando emitir a la atmósfera gracias a la utilización de sus productos; Naeco Reforest, un proyecto mediante el cual han adquirido el compromiso anual de plantar un árbol protegido por cada 35 toneladas de residuos gestionados; y Naeco Rewards, donde comparten con sus clientes la cantidad de envases de plástico que entre todos han conseguido reciclar a lo largo del año.
Además, tienen un contador ecológico en el que se pueden ver en publicaciones trimestrales, los logros que han hecho durante el año en materia medioambiental.
Naeco ha sido de las pocas empresas que han obtenido la medalla de oro de Ecovadis que se otorga a las empresas por sus buenas prácticas en términos medioambientales y de sostenibilidad. Continúan buscando formas de contribuir al modelo de economía circular y reducir el impacto ambiental que generan.
El pan no se tira, se transforma en galleta
Si se le pregunta a cualquiera de los productos de Panduru qué fueron en su anterior vida, todos ellos coinciden: pan. Bizcochos, galletas, tartaletas y mucho más, todo ello hecho a base de desperdicios de un alimento tan simple y sencillo como ese, el pan; lo incluyen en la cadena alimentaria junto a otros ingredientes de proximidad y voilá, una nueva y dulce oportunidad.
Panduru es una iniciativa innovadora que pone en valor la tradicional cultural del aprovechamiento de mujeres de generaciones anteriores trayéndola al presente. No hay ninguna iniciativa de estas características en España, por eso Panduru contribuye a que el Principado sea un referente en economía circular.
Esta entidad sigue los principios orientadores definidos por Ellen McArthur, referente de la economía circular: eliminar desechos y contaminación, regenerar la naturaleza y hacer circular productos y materiales.
Algunos de los desafíos a los que dicen enfrentarse son la falta de formación y desconocimiento de herramientas de medición, las barreras administrativas, que los costes de la implementación de prácticas circulares son superiores a los de la economía lineal, acceder a ayudas dirigidas a la economía social y la resistencia al cambio.
Uno de sus proyectos futuros consiste en realizar formación y consultoría para que otras personas puedan replicar su modelo de negocio y contribuir así a la reducción del desperdicio alimentario y a cuidar la tierra.