La Fundación Asturiana de la Energía (FAEN) fue una de las entidades que apoyó la VII edición de Citech y en ese entorno aprovechamos para entrevistar a su director general, Carlos García, quien hizo un balance de cómo está siendo este ejercicio, su punto de vista sobre cómo ve a la región en lo que a transición energética respecta, así como los desafíos a los que se enfrenta Asturias y las oportunidades que se han de aprovechar. Por supuesto compartió la importancia de las denominadas comunidades energéticas y destacó el potencial de la energía eólica marina offshore, entre otros temas.
¿Podrías hacer un balance de cómo está transcurriendo este año para FAEN? ¿En qué punto se encuentra Asturias en cuanto a su apuesta por la transición energética?
Asturias, como es sabido, encaró el proceso de transición energética con muchas incertidumbres, pues era una de las regiones más afectadas en su modelo económico. Sin embargo, años después del inicio de este proceso, vemos como las oportunidades que se planteaban van cristalizando en iniciativas y proyectos relacionados con el mundo de la energía pero que van más allá, creando y consolidando cadenas de valor industriales que ya están muy bien posicionadas a nivel internacional y ya generan actividad y empleo en sectores de futuro.
FAEN está comprometida en este cambio hacia un modelo más sostenible, siempre sin menoscabo de la competitividad de la industria asturiana. Este año, como balance, podemos decir que está siendo muy positivo en cuanto a las actividades que estamos desarrollando.
Desde la Fundación incidís mucho en la importancia de las comunidades energéticas. ¿De qué modo participáis en el desarrollo y puesta en marcha de las mismas?
Efectivamente, para nosotros es un elemento fundamental para acercar la transición energética a todos los sectores y a la ciudadanía. Para este cambio de modelo basado en fuentes renovables son necesarios grandes proyectos tractores liderados por empresas fuertes que apuesten por ello, pero también pequeños proyectos que diferentes colectivos impulsan a escala muy local y que hacen que cada uno de nosotros podamos jugar el papel de productores además de consumidores de energía.
A través de nuestra Oficina de Transformación Comunitaria (OTC FAEN) estamos muy implicados en la puesta en marcha de comunidades energéticas mediante labores de difusión, asistencia y acompañamiento en las distintas fases de su constitución.
Destacáis el potencial de la energía eólica marina offshore. ¿Cómo influye en el desarrollo económico de esta comunidad y cuál podría ser su impacto en la creación de empleo y en la atracción de inversores?
Es uno de los elementos definidos en la Estrategia de Transición Energética Justa de Asturias, tanto para contrarrestar la pérdida de producción eléctrica motivada por el cierre de algunas centrales térmicas que usaban combustibles fósiles, como para generar una cadena de valor industrial que se está consolidando y que posiciona a Asturias en el contexto internacional.
Su impacto en la creación de empleo ya se está notando, con empresas asturianas punteras que sitúan sus productos y servicios en los distintos proyectos que se están ejecutando en todo el mundo.
Con el propósito de lograr esa deseada transición es imprescindible la divulgación y educación para llegar a los ciudadanos. ¿Cómo estáis concienciando sobre la importancia de la eficiencia energética y el uso responsable de la energía?
Las labores de concienciación y sensibilización son claves para que todos comprendamos, no solo la necesidad de avanzar en ese proceso de transición para luchar contra el cambio climático, sino que ofrece oportunidades de generar nuevos modelos de negocio a escala local y, en definitiva, una posible salida profesional para muy distintos perfiles profesionales.
Trabajar en esa divulgación forma parte intrínseca y central de nuestras actividades y, por tanto, destinamos una parte significativa de nuestros recursos a realizar o apoyar acciones que fomenten el ahorro, la eficiencia energética y la introducción de las energías renovables que satisfagan nuestras necesidades de energía.
¿Qué proyectos estáis llevando a cabo desde FAEN en aras de promover esos sectores antes mencionados?
Podemos hablar de diferentes tipos de acciones. De manera recurrente desarrollamos campañas de comunicación diseñadas para hacer llegar información y conocimiento sobre estas materias a distintos colectivos a través de diferentes canales. Un elemento clave para nosotros es el Observatorio de Transición Justa (OTJA, www.otja.es) donde se incluyen muy variados contenidos y monitorizamos este proceso de transición.
Además, a través de OTC FAEN estamos haciendo llegar información específica relacionada con las comunidades energéticas recorriendo toda la geografía regional para ello y apoyándonos en los Grupos de Desarrollo Rural para identificar colectivos que puedan estar interesados. También formamos parte en un clúster interregional con Galicia y Cantabria.
Y, finalmente, participamos en diversos proyectos europeos sobre temas como la pobreza energética, la aceptación social de proyectos energéticos, el hidrógeno, o la creación de empleos verdes.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la región para conseguir una transición energética justa y eficiente?
Podemos hablar de tres tipos. El primero es el tecnológico, existen retos que todavía hay que resolver como en el caso del hidrógeno o de la captura, almacenamiento y uso del CO2, por poner dos ejemplos. Asturias cuenta con un tejido investigador e innovador muy potente: Universidad de Oviedo, centros tecnológicos especializados, centros de I+D gestionados por empresas tractoras radicadas en la región y pequeñas y muy pequeñas empresas.
El segundo es el financiero. Un proceso de transición tan profundo requiere fuertes inversiones. En este sentido, es cierto que existen muy diferentes vías de financiación, mucho dinero público que se está habilitando para ello en España y, particularmente en Asturias, un Fondo de Transición Justa específicamente diseñado para este fin.
Y el tercero está relacionado con la aceptación social para la ejecución de proyectos en el territorio. Es fundamental explicar mejor la necesidad de realizar estos proyectos si queremos luchar contra el cambio climático.
¿Y qué oportunidades tiene Asturias para poder llegar a ser referente en el ámbito de la energía?
Nuestra opinión es que este proceso de transición energética que inicialmente para Asturias era una amenaza, se ha convertido, con el trabajo de muchos colectivos y una colaboración público-privada, en una oportunidad en diversos campos, como los ya indicados relacionados con la eólica marina, el hidrógeno y otros como la rehabilitación energética de edificios, la movilidad sostenible, el almacenamiento de energía o las comunidades energéticas, por poner algunos ejemplos.
Por tanto, podemos ser optimistas basados en la realidad, aunque hay que seguir trabajando para que aprovechemos las oportunidades que se abren para una región como Asturias.