A veces, para hacer crecer a una ciudad, no hace falta escoger tecnologías o entidades complejas, sino modernizar, añadiendo ese valor diferencial que aporta la digitalización, a las que ya están ahí satisfaciendo las necesidades de sus gentes.
Y es a eso a lo que se dedican las empresas elegidas como ganadoras de la XIX edición de los Premios Gijón Impulsa, cuya entrega de galardones tuvo lugar ayer en la LABoral Centro de Arte y Creación Industrial. Son las que mueven la ciudad llevando a cabo actividades tan cotidianas como son el transporte de personas, la educación, la repostería, el mundo de los drones, el deporte o incluso el diseño y fabricación de vestuario laboral.
Todo ello con un toque de innovación que las hace diferenciarse de otras y contribuir al crecimiento de Gijón hasta el punto de poder competir con otras ciudades aparentemente más punteras por tamaño o número de habitantes. Y es que en ocasiones lo más importante es tener una buena idea y saber cómo desarrollarla.
El evento contó con la presencia de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, y con el jurado que eligió a las entidades: Ángela Pumariega, vicealcaldesa de Gijón; Goretti Avello, directora de Igualdad del Ayuntamiento de Gijón; Zaida Olivares, representante de la Dirección General de Promoción del Empleo del Ayuntamiento de Gijón; Luis Díaz y Montserrat Fernández, director y jefa de División en Gijón Impulsa respectivamente; Patricia García, directora general de Innovación del Ayuntamiento de Gijón; Susana García, responsable de la Federación Asturiana De Empresarios; ; Antonio Suárez, responsable de UGT; Marcos Fernández, responsable de CCOO; Rubén González, director de la Escuela de Marina Civil; y Levi Pérez, decano de la Facultad de Comercio.
Proyectos científicos y tecnológicos para instituciones deportivas
El premio en la categoría Empresa Milla del Conocimiento Margarita Salas, cayó en Sport Innovation Hub, S.L., una entidad que se dedica a la Investigación, el Desarrollo y la Innovación (I+D+i) en el ámbito de las Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, así como de la salud. Llevan a cabo proyectos científicos y tecnológicos para instituciones deportivas como Comités Olímpicos Nacionales, Federaciones, Universidades y Administraciones, realizando labores de oficina de proyectos, así como investigación específica en distintos temas dentro del ámbito deportivo.
Este galardón va orientado a resaltar empresas que forman parte de este ecosistema de innovación que es la Milla del Conocimiento, el cual acoge a empresas digitales y tecnológicas, donde la confluencia de los agentes que la integran, es decir, la investigación, la formación, la ciencia, la salud, o el arte, entre otros, facilitan el avance de la sociedad gijonesa hacia la ‘Sociedad del Conocimiento’.
“Estamos muy agradecidos y orgullosos de que hayan reconocido nuestra labor. Somos conscientes de que nuestro trabajo es principalmente exterior, puesto que tenemos proyectos con presencia en la mayoría de países de la Unión Europea y nuestra visibilidad en la región es limitada”, explicó Marcos López, CEO de la empresa.
Para ellos, “poder ser reconocido por Impulsa y el Ayuntamiento de Gijón es un honor, dado que estamos bien posicionados en Europa pero es genial que te reconozcan en casa”.
A día de hoy tienen entre manos más de 30 proyectos, y empiezan 2024 con otros cuatro programados, para los que han recibido financiación europea en concurrencia competitiva. En uno de ellos, EUAPPTIVE, son coordinadores del mismo y esperan con él tener gran impacto en Asturias. “Se trata de una iniciativa innovadora para el fomento de la actividad física en las personas mayores a través del uso de aplicaciones gamificadas, y vamos a poder pilotarlo en casa”, explica Marcos.
De cara a un futuro próximo tienen la idea de internacionalizarse aún más: “Hemos empezado con un par de proyectos en América Latina, pero el objetivo para el periodo 2024-2025 es ganar presencia y proyectos, especialmente en lo que refiere a investigación y ofrecer servicios de capacitación y educación”.
Además, este año lanzaron la primera versión de su campus virtual para el ámbito del deporte y son conscientes de que “la comunidad va a crecer muy rápido el año que viene”. A medio plazo tienen pensado “aumentar la oferta de cursos gratuitos que ofertamos y el número de idiomas en los que los publicamos”.
La ecuación cuyo resultado es la educación
Para Genyus School la fórmula de la que resulta la educación consiste en la suma de dos factores: emoción y diversión. Partiendo de esa base y a través del movimiento Future Minds impulsan la educación en emprendimiento, habilidades sociales y desarrollo personal desde los 5 años en adelante, en los centros educativos.
Pero, ¿quiénes son ellos? Se trata de la entidad elegida por el jurado de Gijón Impulsa como ganadora en la categoría Empresa Cultural y Creativa, un premio que destaca a las empresas cuyas actividades tienen como objetivo principal la producción o la reproducción, promoción, difusión o comercialización de bienes, servicios y actividades de contenido cultural, artístico o patrimonial.
Genyus School nació en 2019, un año antes de que llegase la pandemia, la cual les hizo replantearse las cosas y cambiar el rumbo. En su día, comenzaron trabajando solo con los hijos de familias que acudían a sus sedes y como extraescolar. A día de hoy, trabajan casi al 100% en horario escolar con diferentes formatos. El curso pasado colaboraron con más de 90 colegios en España y miles de niños, y crecieron más de un 400%.
Para el CEO de la entidad, Pedro Carrillo, este reconocimiento sirve “para seguir dando a conocer nuestro propósito educativo, que la educación en emprendimiento, habilidades sociales y desarrollo personal desde los 5 años capilarice en la sociedad, colaborando cada vez junto a más centros educativos, ayuntamientos, familias, fundaciones y empresas en España”. Significa, añade, “que la metodología Genyus cada vez ilusiona, motiva y capacita a más alumnos y más profesores. Combinan emoción y diversión para crear una experiencia educativa única y atractiva que ayuda también a diferenciar y posicionar a nuestros colaboradores y así seguir aportando valor”.
Tal vez su valor diferencial sea “un equilibrio de experiencia, formación, motivación, propósito, empatía, objetivos y compromiso con lo que hacemos, que no es sencillo de conseguir en un equipo tan joven como el nuestro”. Esto, junto con grandes resultados en poco tiempo, creen que puede haber sido significativo en cuanto a por qué les han elegido.
Este trimestre están llevando a cabo, por ejemplo, proyectos en La Cámara de Comercio de Gijón, en el Ministerio de Trabajo y Economía Social del Gobierno de España, en el colegio San Fernando de Avilés (Programa de Oratoria para Primaria), en el IES Isla de la Deva de Salinas y AFA Formación de Oviedo (Programas Emprendimiento y Soft Skills para FPs), entre muchos otros en distintos puntos de España. Y tienen previsto muchos más a corto plazo.
En cuanto a sus objetivos más próximos, esta entidad materializa su visión de transformación educativa, social y cultural implementando. “Proyectos directamente con los centros educativos, así como de colaboración público-privada y con empresas que quieran innovar e impactar en la sociedad, proporcionando espacios para el desarrollo personal y profesional es nuestra misión”, explicó Carrillo.
Sostenibilidad, digitalización y talento en el sector textil
En la categoría de Trayectoria Empresarial, Monza Obrerol-Obrerol, S.A., firma de referencia en el vestuario laboral, que diseña, fabrica y comercializa prendas de calidad para diferentes sectores, se llevó la palma.
¿Por qué ellos? “Obrerol es el testimonio vivo de la capacidad de adaptarse a las tendencias del mercado, abrazar la innovación y mantenerse como actor relevante en la industria textil gijonesa y asturiana”, explican Amador José Sierra y Ángeles Castaño, CEO y responsable de Márketing respectivamente. Sus pasos los ha marcado la creación de tendencia, el liderazgo y el compromiso, “tres cualidades esenciales que nos ha permitido alcanzar la excelencia”.
Pero, además, se trata de una compañía responsable, y abordan cuestiones críticas que preocupan a empresas y profesionales. “Nos esforzamos por mantener un equilibrio entre la eficiencia y la calidad en la fabricación, asegurando que las prendas finales satisfagan las expectativas de nuestros clientes respecto al nivel de confort, protección y prevención que ofrecen”, afirman.
Este galardón supone para ellos “poner a Obrerol en el centro del tejido industrial de Gijón y de Asturias; es una recompensa al saber hacer de un gran número de personas que forman parte de esta familia”.
Están involucrados en varios proyectos estratégicos con los que demuestran compromisos con, por ejemplo, la innovación, a través de la investigación y el desarrollo de materiales como prendas más ecoamigables. “Es uno de nuestros objetivos como muestra de responsabilidad ambiental y como forma de dar respuesta a la creciente demanda del mercado por este tipo de productos”. También desarrollan iniciativas enfocadas a la digitalización de procesos productivos “con el objetivo de mejorar la eficiencia operativa y posicionarnos en el foco de la revolución industrial 4.0” y programas de desarrollo de talento “para fortalecer las habilidades y capacidades de nuestros empleados. De esta manera, garantizamos poder hacer frente a los desafíos y oportunidades emergentes en la industria”.
El mayor reto al que se enfrentan es “el cambio constante no sólo en las tendencias en el sector textil, sino también en materia de seguridad laboral”. Esto implica, dicen, “que todo el equipo de Obrerol debe de esforzarse y trabajar duro”.
Reducir el desperdicio dándole nueva vida al pan
Panduru es una empresa centrada en la economía circular del sector de la alimentación. Su objetivo primordial es reducir el desperdicio alimentario elaborando repostería con pan excedente de panadería y realizando acciones de formación y sensibilización.
Han recibido por parte de Gijón Impulsa el premio a la mejor empresa en Economía Sostenible, galardón que les ha causado “muchísima alegría”, dicen, porque supone “un reconocimiento a todos los proyectos pequeños, como el nuestro, que quieren emprender de forma sostenible y socialmente responsable”, explican Elena Fernández y Ana Marcos, fundadoras de Panduru.
Consideran que les han elegido porque pudieron ver el esfuerzo y trabajo que hay detrás de la entidad: “cómo pasamos de una idea a una empresa, empeñándonos en sacarla adelante a pesar de los obstáculos económicos y administrativos que encontramos por el camino, todo ello de forma sostenible, creemos que fue lo que reconocieron”.
Uno de los proyectos que están desarrollando en la actualidad es el de repostería circular para la Asociación Asperger Asturies, para el que imparten talleres en diferentes centros educativos y asociaciones. También, en el contexto navideño, están llevando a cabo una campaña con la producción de sus turrones de chocolate y pan.
De cara a la próxima temporada, se plantean seguir trabajando en red en esa línea de formación y sensibilización “dando un impulso a la tienda online y convertir el local en un lugar de encuentro en el que sigan pasando cosas”. Pero, sobre todo, el mayor reto que esperan alcanzar es “que Panduru se convierta en un medio de vida digno que nos permita, además, tener tiempo para nosotras”.
Drones por tierra, mar y aire
El premio destinado a la categoría Economía Azul se lo llevó Azisa Drone Company S.L., Operador de drones registrado en AESA. Se trata de una entidad formada por ingenieros, técnicos e inspectores con más de 200 proyectos en su haber a lo largo de siete años, dedicada a la inspección en entornos industriales. “Disponemos de una flota de vehículos no tripulados que son capaces de dar respuesta a casi cualquier proyecto en cualquier entorno, ya sea aéreo, marino, submarino o bajo tierra, tanto para inspección como para proyectos de digitalización en lugares difícil acceso o directamente prohibidos”, explica Raúl Álvarez, director de la compañía.
El reconocimiento supuso para ellos “un orgullo” ya que, apuntó, “es Gijón Impulsa quien nos lo da y es también quien nos ayudó y nos vio nacer como empresa”. Recibir este premio es, aseguraron, “valorar una apuesta por la innovación en campos que aún están por explorar y en los que nosotros hemos hecho un esfuerzo para tener un pequeño lugar”. Para Raúl, alrededor de los mares y océanos “hay modelos de negocio sostenibles”.
Su presente en cuanto a proyectos ya incorpora tecnologías como la Inteligencia Artificial, que la aplican en la automatización de los procesos de análisis de imágenes: “Nos hemos centrado en las estructuras de hormigón, puentes, presas, grandes edificios industriales…Y ahora concentramos nuestros esfuerzos en el análisis automatizado masivo”, explicaron. Son capaces así de detectar, anotar y cuantificar cada daño, por pequeño que sea, en una gran estructura de hormigón.
El siguiente paso, una vez procesados los datos recibidos que combinan imágenes y modelos tridimensionales de lo que quieren inspeccionar, “los resultados y los análisis son subidos a una plataforma donde nuestros clientes acceden y tienen toda la información a un nivel de detalle submilimétrico de una manera visual, accesible y estructurada”, contaron.
Están en la segunda fase de este proyecto que es el primero, con dichas características, a nivel nacional. Lo han ejecutado en la central nuclear de Ascó, donde hasta los propios técnicos e ingenieros del cliente, dijeron, “fueron los primeros sorprendidos de que lo consiguiésemos”.
Gracias a esta iniciativa junto con otras de gran calibre, en Azisa tienen unas expectativas de crecimiento muy grandes. “Hace un par de semanas hemos firmado y hecho público un acuerdo de colaboración con la empresa valenciana GDES (Grupo Dominguis Energy Services) que llevan más de 40 años en el sector nuclear y cuyo objetivo común es exportar este servicio a Francia y otros países de Europa”, desvelaron.
Además, están preparando algo fuera de Europa, en EEUU, “con una de las empresas de tecnología e ingeniería en generación de energía a nivel global más importantes del mundo”, pero por confidencialidad no pudieron revelar mucho más.
La taxista 160 de Gijón
La Mujer Empresaria elegida este año por Impulsa es Sonia Camblor, la taxista 160 de Gijón. Considera que han visto en ella una habilidad para motivar y gestionar los recursos del taxi en aras de un fin común y también el afán de aunar a los profesionales del taxi en torno a proyectos deportivos, culturales, solidarios y tecnológicos, “dando una buena imagen del sector y haciendo más próximo el servicio al ciudadano”.
Sonia es el ejemplo de persona resiliente, amable y siempre comprometida con los clientes. Eso es lo que ella cree que valoraron a la hora de decantarse por una ganadora en esta categoría: “El cliente espera un trato personalizado y para ello debes conocerle, ofrecer soluciones rápidas y constructivas y, sobre todo, no fallar en tu trabajo”. Por eso entre otras cosas, aseguró, han llevado a cabo tantos proyectos a lo largo de estos años. “Necesitamos dar una imagen positiva y fiable del servicio y tender puentes con las administraciones para, juntos, acercar el taxi al ciudadano, buscando un modelo que priorice la calidad y la empatía con el usuario”.
Ahora se encuentran inmersos en la campaña navideña ‘El taxi es la leche’ con la que invitan al público en general a acercarles botes de leche infantil a los taxis que lleven un lazo blanco en sus antenas: “A esta campaña se han sumado taxis de Oviedo, Gijón, Avilés, Cudillero, aeropuerto, etc. El destino final de esos botes donados más los que nosotros aportemos será el banco de alimentos de Asturias el día 22 o 23 de diciembre”.
Camblor afirmó que el nuevo urbanismo de las ciudades y la ley de movilidad les plantea muchos retos de cara al futuro. Por ello, deben construir un taxi “próximo al ciudadano, de uso intuitivo digitalmente, con vehículos eco y cómodos de usar para los distintos tipos de clientes”. Además, tienen que profesionalizarse “con cursos de acceso a la profesión homologados para prestar un servicio homogéneo”.
Cree que es necesario “dar visión turística a nuestras paradas iluminándolas e inscribiendo en ellas la palabra taxi bien visible”. Buscarán “soluciones innovadoras para el taxi a demanda de las zonas rurales y veremos la manera de poner postes de señalización en las sendas verdes para la recogida de paseantes”.
Por otra parte, considera que “hay que afrontar el reto tecnológico con aplicaciones públicas que los usuarios manejen con fiabilidad, integrarnos en la tarjeta ciudadana y la tarjeta de la CTA”.
En resumen, desde su perspectiva en los próximos diez años “el cambio en la prestación de servicio de taxi será espectacular tanto en los vehículos como en las paradas o en la tecnología, y las mujeres taxistas podemos aportar mucho”.