Rafael González (Avilés, 1970), es Licenciado en Economía (Empresas) y Master en Gestión de Entidades de Crédito. Cumple 25 años en Caja Rural de Asturias y 4 como Director de Empresas.
¿Cuál ha sido el mayor reto al que se ha tenido que enfrentar Caja Rural de Asturias en esta pandemia? ¿Y el mayor aprendizaje que ha obtenido en estos meses?
En mi opinión, ha habido enormes retos transversales que, sumados, se convirtieron en un reto con mayúsculas. El mayor reto inicial fue de adaptación a una circunstancia tan inesperada como súbita con todo lo que significó: teletrabajo, uso avanzado de las plataformas tecnológicas, limitaciones en las relaciones comerciales –con la importancia que para nosotros tiene la cercanía-, y asunción de numerosas medidas de precaución. A su vez, pronto se manifestaron los efectos económicos de la pandemia y, sinceramente, nos desvelamos por ofrecer soluciones ágiles y efectivas, especialmente vinculadas a la financiación de las necesidades de liquidez de empresas y autónomos.
Respecto a la segunda parte de la pregunta, cuando suceden estas crisis, siempre afloran grandes valores personales y colectivos que, de alguna manera, se constituyen en una palanca necesaria para frenar los efectos de la crisis.
Así, dentro de la Caja, se generó un "contagio" colectivo positivo, laboral y humano que nos llevó a enfrentarnos a las importantes dificultades diarias y a buscar soluciones reales e inmediatas para nuestros clientes. Sinceramente así lo sentí, no se trata de ninguna hipérbole.
Por otro lado, y me tocó vivirlo muy de cerca, no me olvido de la fuerza de voluntad y el enorme esfuerzo que durante estos meses han llevado a cabo los empresarios y dirigentes de nuestras empresas para conducirlas por caminos estrechos y bacheados, sin horizontes claros. En la mayor parte de los casos, con conocimiento, equipo, esfuerzo y confianza se sientan las bases para vencer las crisis, incluso cuando son tan ladinas como la que padecemos.
Dicen que de todas las crisis surgen oportunidades, ¿cuáles se han detectado desde la entidad?
Pues así es. Creo que hemos dado pasos acelerados en nuestra adaptación digital, que nos hace más flexibles y eficientes. Pero, además, hemos comprobado un repunte en nuestras líneas de Negocio Internacional y un mayor interés en aquellas asociadas a la Sostenibilidad y a los Fondos de Recuperación Europeos. Se constata el crecimiento de determinados sectores de actividad –como los vinculados a las nuevas tecnologías, economía verde...-, que marcan la tendencia.
Los Fondos Europeos NextGenerationUE pueden suponer un fuerte impulso para transformar a las empresas de la región, ¿cómo se posiciona Caja Rural de Asturias en esta oportunidad? ¿Qué papel está jugando y jugará?
Hay, a mi parecer, dos grandes reflexiones en relación a este tema. Por un lado, somos muy conscientes de que cada euro que llegue a Asturias supondrá más generación de riqueza y empleo, más oportunidades de futuro para esta región y para sus jóvenes. Por otro, el papel de las entidades de crédito cofinanciando proyectos de inversión será muy importante. Uniendo ambas reflexiones, la Caja, como entidad financiera asturiana, asume esa responsabilidad con nuestra región.
Por eso, conscientes de este nuevo reto, desde el primer momento nos hemos mostrado muy proactivos, ofreciéndonos a colaborar con la Oficina de Proyectos Europeos del Principado, con la FADE, las Cámaras... Hemos creado instrumentos de búsqueda y asesoramiento para las empresas y hemos firmado convenios de colaboración con asesores de primer nivel. En esta línea, aportamos valor añadido a nuestra oferta, facilitando el acceso a las ayudas. El objetivo último es que las empresas dispongan del necesario respaldo técnico y financiero para no dejar pasar esta oportunidad.
En los últimos meses hemos asistido a cambios profundos en países como EEUU y Reino Unido, ¿cómo está afectando esto a las importaciones y exportaciones de las empresas asturianas?
Efectivamente, ha habido cambios muy significativos y tendremos que valorar los efectos y su evolución. Trataré de simplificar. En el caso de EEUU, frente a las políticas proteccionistas de Trump, parece que se están volcando en recuperar la diplomacia comercial con la Unión Europea. Respecto al Reino Unido, aunque se ha firmado un Acuerdo de Comercio y Cooperación, es evidente que no se igualará el nivel de integración económica que existía mientras aquel país era un Estado miembro de la UE. Ha pasado de ser un socio a un tercero privilegiado. Vuelven las aduanas, los aranceles, la burocracia, las barreras fitosanitarias y de seguridad.., y esto siempre dificulta las relaciones comerciales. Si bien, propicia nuevas oportunidades en nuestro comercio dentro de la Unión Europea.
Es importante recordar que, en el caso de Asturias, nuestro principal mercado "exterior" con diferencia sigue siendo la UE. Para que nos hagamos una idea: en enero de 2021 nuestras exportaciones a Estados Unidos (10,3 M €) representaban tan sólo un 3,4% del total de exportaciones realizadas desde Asturias y a Reino Unido aún eran menores.
En el caso de Reino Unido, además, las ventas interanuales disminuyeron significativamente. Si consideramos las importaciones, el peso de estos dos países aún es menor (en enero, entre ambos, las importaciones a Asturias representaban un 3%). Esta perspectiva bilateral y directa, y tal vez demasiado simple, no debe obviar la relevancia de aquellos cambios en un mundo globalizado y cada vez más complejo, en especial en la formación, aportación y peso en las cadenas de producción y de valor globales, que juegan un papel muy destacado, cada vez más, en el comercio internacional.
¿Qué papel juega la innovación y la transformación digital en Caja Rural de Asturias?
Pues constituyen un elemento estratégico de primer orden y, por tanto, una prioridad constante, tanto en términos de eficiencia interna como especialmente en la respuesta y oferta a nuestros clientes. Trabajamos en un sector maduro, donde la innovación y la transformación digital, en su concepción más dinámica y transformadora, son una necesidad competitiva y somos muy conscientes de ello. Y, en mi opinión, la clave en nuestra transformación digital es que contamos con unos recursos humanos excelentes, involucrados ("viven" la Caja) y que han acreditado su resiliencia en los últimos años y, especialmente, en los últimos meses. El factor humano, elemento clave, juega a nuestro favor en la transformación digital y en la innovación.
¿Cómo puede ayudar Caja Rural de Asturias a la modernización del tejido empresarial de la región?
Me alegra esta pregunta, porque nos la hacemos con recurrencia. La respuesta es, sin duda, una de nuestras razones de ser y orienta nuestras relaciones comerciales y nuestra oferta. Con ánimo sintético, creo que podemos colaborar por numerosas vías destacando la colaboración institucional, el apoyo al crecimiento empresarial sostenible mediante líneas de financiación específicas (que han tratado de adaptarse con flexibilidad a las demandas de nuestros clientes), y mediante un sinfín de actividades de promoción, difusión, transferencias del conocimiento, reconocimientos a las pymes punteras... que favorecen la competitividad de nuestras empresas.
En cuanto a la colaboración institucional, leal y enriquecedora, suele tener como principal argumento la modernización y crecimiento del tejido empresarial asturiano. Estamos presentes en numerosas instituciones empresariales (Cámaras de Comercio, FADE...), con las que colaboramos activamente; mantenemos convenios con asociaciones empresariales (como AJE o Femetal), con el Grupo IDEPA (Asturgar, Asturex, SRP...), ICO, IDAE, etc. Sin olvidarnos del patrocinio de varias cátedras (Emprendimiento, Industrias y Procesos Agroalimentarios y Desarrollo Económico y Social) de la Universidad de Oviedo.
Como entidad de crédito, es nuestro principal cometido favorecer el crecimiento económico mediante líneas de financiación que se adaptan a las distintas necesidades empresariales. Destacamos las líneas que hemos creado para cofinanciar proyectos vinculados a los fondos europeos o las líneas preferentes que apuestan por financiar la sostenibilidad y la economía verde.
Asimismo, mediante numerosas actividades (webinars, premios –destaco el Premio Industria 4.0 organizado con CTIC-, conferencias, ...) y también por numerosas vías (newletter mensual, web Comprometidos, Ruralvía...), pretendemos realizar aportaciones que, de una manera u otra, redunden en la mejora de la competitividad de nuestras empresas.
Por último, resaltar el cómo. Hemos apostado por una combinación de asesoramiento especializado con la cercanía a las empresas (112 oficinas en Asturias más 3 Oficinas de Empresas en Oviedo, Gijón y Avilés), dentro de una oferta omnicanal y de una estructura que ha crecido en los últimos años, que nos ha permitido mejorar significativamente nuestra penetración en el segmento Empresas. Con contenida satisfacción, no exenta de responsabilidad, somos la Caja de las Empresas.
Esta pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de colaborar entre empresas e instituciones, ¿es la colaboración un pilar fundamental para la compañía?
Como he comentado, la colaboración está en nuestra definición. Somos una cooperativa de crédito y, como tal, hacemos banca cooperativa. En la colaboración sólo encontramos ventajas: relaciones de largo plazo, confianza recíproca, sinergias, economías de escala... la colaboración nos hace a todos más fuertes y genera muchas más oportunidades. La colaboración es un pilar fundamental y perenne de la cultura empresarial de la Caja.
La sostenibilidad o la economía circular están cada vez más presentes en las agendas de las empresas, ¿cómo afrontan este desafío?
Este es un desafío compartido y, sobre todo, debemos de valorarlo como una oportunidad. Para las entidades financieras está en marcha un importante desarrollo normativo, que condicionará nuestras políticas. No obstante, en la Caja siempre hemos apostado por la sostenibilidad, por lo que nos resulta natural y lo valoramos con mucho agrado pues entronca directamente con nuestros valores. Ya disponemos de líneas de financiación específicas y estamos trabajando para adaptarnos con rapidez a las nuevas normativas. En paralelo, las exigencias en materia ESG para las empresas también se han incrementado y marcan el camino a seguir.
Como la conclusión es que las empresas comprometidas con la sostenibilidad son capaces de producir un gran valor económico y contribuyen a establecer ecosistemas saludables, las empresas que primero se adapten, incorporen estos factores ESG en sus planes estratégicos y aprovechen esta oportunidad, gozarán de ventajas competitivas y comparativas indudables. Y contarán, por supuesto, con nuestra financiación preferente.