¿Qué ha supuesto para el IDEPA afrontar una situación tan insólita cómo la que estamos viviendo del COVID-19 en cuanto a organización del trabajo?
Yo creo que, como para todas las organizaciones, esto ha supuesto un cambio disruptivo: en la forma de trabajar, en la forma de relacionarnos (tanto con las propias personas del equipo como con los clientes). Estábamos totalmente centrados en buscar el equilibrio entre asegurar la seguridad y la salud de los trabajadores y de todas las personas que de alguna manera accedían a nuestra organización como clientes y a la vez preservar la actividad económica asturiana. La obsesión era como mantener esas dos cosas. Ha sido difícil pero la verdad es que nos pilló ciertamente preparados.
El IDEPA en el Plan Estratégico 2017-2019 habíamos marcado como dos objetivos clave: poner a la empresa en el centro, estar muy centrados en las necesidades individuales de cada una de las empresas y, por otro lado, no olvidar la famosa digitalización. De manera que en el pasado año 2019 ya todas las convocatorias del IDEPA fueron telemáticas. Así que nos pilló muy preparados, aunque el teletrabajo no lo teníamos puesto en marcha, en dos días las 100 personas que están vinculadas al grupo IDEPA ya estaban trabajando en sus casas y todo estaba funcionando.
Hablando un poco ya de líneas en concreto que se han puesto en marcha dirigidas a PYMES y autónomos, ¿podrías hablarnos de lo que ha hecho Asturgar?
Se propusieron varias medidas desde el grupo IDEPA. Una de ellas pensamos que iba a ir al problema principal que pasaba por la falta de liquidez o de tesorerías de las empresas que habían paralizado o reducido significativamente su actividad. Vimos de una manera clara que el instrumento era facilitar líneas de circulante a las microempresas y a los autónomos, obviamente esas líneas tenían que ser complementarias a las que el Gobierno central había puesto en marcha a través del ICO ya que no tenemos suficiente capacidad como para ser los únicos que estemos ayudando a las empresas.
Hablamos con los bancos y pusimos en marcha el diseño de un producto que era un préstamo hasta 100.000 euros para las PYMES y hasta 20.000 euros para los autónomos, un préstamo a largo plazo, que se pudiera devolver en 7 años, que tuviera un año de carencia para que las empresas tuvieran tiempo de recuperarse y que, además, se pudiera acceder a ellas a un tipo de interés muy acotado. Acordamos con los bancos que el tipo de interés de ese préstamo estuviera topado en un 1,5% y que el coste del aval, lo que permitía obtener esas condiciones del banco, lo asumiera el propio IDEPA con una línea de ayudas.
La línea tenía muchos componentes, era poner de acuerdo a muchas entidades (a los bancos, a ASTURGAR, al IDEPA), para que la empresa y el autónomo pudieran acceder a una financiación de circulante de unas cuantías que después pudiera estar devolviendo a lo largo de los próximos 7 años y además, durante este primer año, pudieran tener un cierto respiro para poder llevarlo a cabo.
¿Cuántas pymes y autónomos esperáis que se acojan a estas ayudas?
Tenemos capacidad para poner en el mercado 10 millones de euros, a través de préstamos de hasta 20.000 euros para autónomos y de hasta 100.000 para PYMES, estimamos que sean unas 300 empresas en total las que puedan beneficiarse.
Por otro lado, la SRP también ofreció la oportunidad de aplazar pagos, ¿vais a valorar la situación completa de cada empresa?
La ventaja que tiene la SRP es que tiene una cartera acotada, de unas 40 empresas, ahora mismo con préstamos participativos, que son las que tienen trimestralmente ir amortizando el principal de ese préstamo y pagando los intereses, con lo cual podemos hacer un traje a medida, y analizar cada empresa. A todos les hemos ofrecido ese posible aplazamiento y ahora mismo estamos trabajando con 6 de ellas que ya lo han solicitado formalmente, para las que ya hemos hecho un análisis particular para cada una, hay otras 3 que lo están valorando y el resto por ahora no lo han solicitado, pero hemos dejado la puerta abierta por si necesitan que lo estudiemos más adelante.
La moratoria en pagos de gastos fijos como los alquileres es otro tema que preocupa a las empresas, creo que estáis trabajando en ello...
Aquí la cuestión era que las empresas que están en los centros de empresas del Principado de Asturias tuvieran un trato similar. Es cierto que Gijón adoptó una medida muy al principio para los centros de empresas que están vinculados al ayuntamiento, pero lo que se decidió en el resto de los centros de empresas del Principado de Asturias era hacer una moratoria, un pago aplazado de los tres primeros meses, y de alguna manera ir viendo como aplazar esos pagos, que de momento se encuentran congelados.
Hablando de otra de las entidades del grupo, en el ámbito exportador, Asturex ha ofrecido una bonificación del 80% en el uso de sus servicios, ¿cómo ves el futuro de las empresas exportadoras asturianas?
Hay mucha incertidumbre en el mercado, el mercado de las empresas exportadoras asturianas es global y la crisis nos afecta a todos los países. Además, está llegando a cada país a diferentes ritmos con los cual cada empresa deberá analizar sus mercados, sus productos, pero no podemos dar marcha atrás, las empresas deben seguir vendiendo fuera de nuestras fronteras, es clave para mantener el tejido empresarial. Lo que si estamos haciendo es trabajar con ellas para ver como hacer las cosas de una manera diferente. Vamos a tardar en volver a viajar como hacíamos hasta ahora, vamos a tardar en volver a organizar ferias como las que hacíamos. Esas acciones convencionales van a tener que intercambiarse por otras basadas en las nuevas tecnologías, en reuniones telemáticas, en buscar plataformas donde intercambiar productos y servicios. Estamos trabajando en conocer cuales son esos otros formatos.
Esa bonificación lo que permitía era, aprovechando la red de colaboradores que teníamos en todo el mundo (112 expertos), reducir los costes, reduciendo viajes u otros aspectos.
Doce proyectos de empresas asturianas han sido aprobados en el Plan Reindus, ahora más que nunca la inversión es un pilar fundamental para salir de todo esto, ¿no?
No podemos parar, las medidas de las que hablábamos son de contingencia, para acotar el daño, intentar mantenernos en el mercado, pero tenemos que empezar a pensar en el día de después, en nuevas fórmulas para mantener mercados, en que probablemente deberemos diversificar y en que tendremos que buscar nuevas líneas de negocio y para eso se necesita inversión. El hecho de que nuestras empresas sigan creciendo nos permitirá seguir funcionando, seguir teniendo un tejido industrial que es la base de nuestra economía.
Si de algo puede estar orgulloso el IDEPA en esta situación es de las reacciones de las empresas, ha habido varias iniciativas de colaboración público-privada, el tema de los respiradores, el reciclaje de mascarillas o los voluntarios makers. Cuéntanos un poco.
Todos deberíamos sentirnos orgullosos de todas esas iniciativas, Asturias es una región industrial, tenemos una tradición y una trayectoria en la industria que van en nuestro ADN. Tenemos una oferta de ingeniería vinculada a eso que ahora mismo se ha visto en la calle, en todas esas propuestas y situaciones.
Yo soy una firme defensora de la innovación ligada a la industria, la creatividad está muy bien pero después debes transformarla en un producto y después llevarlo a un mercado, con todo lo que supone de normalización y estándares, de dificultades añadidas. Hemos demostrado que tenemos capacidad de creación y de ingeniería y eso debe servirnos para pensar que, tras esta crisis, o cuando esta se vaya acabando, la reindustrialización debe ser una máxima, una reindustrialización basada en la innovación, que nos va a permitir acceder a nuestros mercados. Debemos pensar mucho en eso y sentirnos muy orgullosos de las capacidades que hay en Asturias, debemos remar todos juntos para sacar el máximo rendimiento.
Hemos conocido estos días que en diciembre se va a celebrar en Asturias el Encuentro Político Anual de la Plataforma Europea de Regiones de Carbón en Transición. El tema de la descarbonización ahora está un poco aparcado, pero supongo que de cara al futuro estáis pensando en ello...
Era algo en lo que ya estábamos inmersos, yo creo que otra de las lecturas de esta crisis es la necesidad de este cambio de paradigma, que es la sostenibilidad. Yo creo que todos hemos visto en los medios como se empiezan a ver monumentos de grandes lugares emblemáticos que se empiezan a ver con una nitidez que antes no se veían debido a la polución de la actividad habitual. Ahora empieza a verse como el mundo sin esta actividad tan intensa va recuperando su nitidez y eso tiene que hacernos pensar que debemos ser más sostenibles, la descarbonización era algo en lo que ya estamos trabajando y tienen que ser una obligación para nuestra forma de vida, tanto para nuestra movilidad como para nuestra industria.
La industria debe ser más sostenible, no sólo porque su producción sea sin efecto de CO2 sino porque esa economía circular debe ser uno de los pilares. Posiblemente tendremos que reutilizar, aprovechar residuos para que sean subproductos que entren de nuevo en el proceso productivo, tendremos que ver como ser menos intensivos en ese consumo de materias básicas, que hemos mantenido en los años pasados cuando la economía era lineal, eso debe reorientarse hacia una economía circular, hay que reducir el consumo de la materia prima de una manera importante. El tema de la economía circular para Asturias puede ser una gran oportunidad, debemos ir mejorando todos nuestros procesos para que sean menos dañinos.
El grupo IDEPA ha lanzado estos días una encuesta con el fin de conocer las previsiones de las empresas asturianas para intentar adaptar o redefinir prioridades...
Nosotros teníamos un plan operativo, teníamos toda la maquinaria en marzo funcionando para ponerlo en marcha y todo esto nos hizo reanalizarlo todo de nuevo. Hemos puesto en marcha esas medidas de contingencia y ahora tenemos que pensar si las medidas que teníamos previstas van a ser las que necesiten las empresas una vez finalizado el período de alarma. Si en la línea de internacionalización financiábamos asistencia a ferias o viajes comerciales y ahora las empresas no los van a poder hacer tendremos que cambiarlo, tenemos que hacer un análisis de todas las líneas y saber si las empresas están dispuestas a seguir haciendo inversiones, que tipos de proyectos quieren priorizar, tenemos que ver cuales son las prioridades que las empresas van a marcar en sus hojas de ruta para poder ver como optimizar los recursos.
Por ahora la encuesta ha llegado a unas 9000 empresas, tenemos ya unas 400 respuestas, pero queremos mantenerlo unos días más para obtener unos resultados lo más fiables posible.
De todas las crisis surgen oportunidades, ¿cómo ve Eva Pando el futuro del tejido empresarial asturiano? ¿Muchos cambios profundos?
Por supuesto, todo va a ser diferente, eso yo creo que todos lo tenemos claro. La verdad es que, si hemos hablado de pilares de futuro como la sostenibilidad, poner al cliente en el centro, ... otra de las claves es la digitalización. A todos se nos llenaba la boca con frases como: "la digitalización en la industria no es una opción, es una obligación", que eran tópicos, pero ahora hemos visto que es una verdad absoluta. Las empresas que quieran mantenerse tienen que facilitar el teletrabajo, controlar sus procesos, adaptarse a la digitalización.
Si con esto logramos que todas las empresas se den cuenta de esto, sería una gran oportunidad, eso las permitirá mantenerse en el mercado, debemos priorizar la digitalización.
Asturias tiene una industria que muchas regiones españolas la quisieran para ellas, una industria muy potente. Si esa industria se adapta teniendo en cuenta esos factores: la digitalización y la sostenibilidad, la economía circular, vamos a tener mucho que decir. Otro de los factores que debemos tener en cuenta es que occidente tiene que recuperar la industria para no depender de otros mercados que nos están poniendo contra las cuerdas. Tenemos una gran oportunidad, tenemos una industria que ya existe, no la tenemos que crear, tenemos que ayudarla y aprovechar que tanto Europa como España van a tener que reindustrializarse y nosotros estamos muy bien preparados para eso.