Hablamos con Rafael González, quien fue director del área de empresas de Caja Rural de Asturias en los últimos siete años y ahora se ha convertido en la persona que estará al mando de la subdirección. Ha apostado con su equipo de profesionales por la especialización y calidad de la oferta financiera al sector productivo. Nos cuenta sus nuevas responsabilidades y el crecimiento actual y futuro de la entidad financiera.
¿Qué supone para ti este nombramiento como subdirector general de Caja Rural de Asturias? ¿Qué variaciones producirá en el día a día?
Personalmente supone un inmenso honor a la vez que un enorme desafío y una gran responsabilidad. Me siento con mucha ilusión. Y, sinceramente, muy respaldado y apoyado por la dirección de la Caja y también por compañeros y clientes, lo que me da mucha fuerza para iniciar esta nueva etapa. La Caja está en un momento de retos ilusionantes y cuenta con un gran equipo humano y profesional preparado para mantener el gran avance cualitativo y cuantitativo en el que estamos inmersos desde hace años, y afrontar su expansión con solidez y excelentes expectativas.
En cuanto a las variaciones, personalmente son significativas: paso de un puesto focalizado en el segmento empresas a uno más global, de apoyo a la dirección general de la Caja. Internamente, el cambio es menos notorio puesto que hay una adaptación del organigrama que le da continuidad natural y estabilidad, y que la orienta al importante crecimiento actual y el previsto futuro.
Contamos, insisto porque para mí es muy relevante, con un gran equipo humano, involucrado y comprometido con el proyecto, con responsables que han acreditado su capacidad y competencia durante años, desde directores de área a directores de zona y oficinas, y con nuevas incorporaciones de valía contrastada.
Caja Rural Asturias está desarrollando una apuesta territorial por las empresas, ¿Cuáles son sus puntos fuertes?
Desde hace años venimos haciendo una apuesta decidida y fuerte por las empresas. En esto, dentro del sector financiero, hemos navegado a contracorriente. Respondiendo a la demanda de las empresas, hemos aportado recursos crecientes para mantener un modelo basado en la cercanía, la especialización y la calidad.
Por un lado, somos la entidad de referencia por número de oficinas en Asturias, lo que nos aproxima a todas las empresas. Esto no quiere decir que no seamos una banca omnicanal: al contrario, facilitamos a las empresas que seleccionen el canal que estimen más apropiado en cada caso para relacionarse con la Caja.
Por otro, disponemos de una estructura amplia, con gestores de empresa, de negocio internacional, de financiación más concreta… Que aportan especialización, asesoramiento y fiabilidad.
Otro punto fuerte es nuestro compromiso con nuestro territorio; somos un agente económico proactivo, arraigado y colaborativo en beneficio de nuestra comunidad. Y, dentro de este ámbito, me gustaría destacar nuestra fuerte relación con las instituciones empresariales. Tenemos sólidos vínculos y colaboramos con las principales instituciones y asociaciones empresariales de nuestro ámbito territorial, con participación en las mismas y/o con convenios de colaboración en beneficio de las empresas.
En definitiva, este modelo se ha convertido en una ventaja competitiva y comparativa, en una diferenciación que nos ha permitido crecer significativamente en la relación con las empresas.
¿Qué hace a la entidad destacar de entre sus competidores? ¿Cuál es vuestro valor diferencial?
Creo que tenemos varias ventajas comparativas. En primer lugar, nuestro compromiso con el territorio. La Caja es una herramienta en favor del desarrollo económico de los territorios de su ámbito de actuación. Nuestro conocimiento local y que las decisiones se tomen con autonomía en Asturias nos facilita en gran medida esa labor.
Otro valor diferencial es precisamente nuestro modelo de negocio, muy influido por nuestra misión, visión y valores. Los valores son parte de nuestra cultura empresarial, no como un slogan, sino algo necesariamente integrado en nuestra manera de trabajar y en la relación con los clientes -que son los que nos destacan esta percepción diferenciada-.
También quiero subrayar nuestra especialización y la calidad de nuestra oferta. Creo que hemos crecido mucho en los últimos años porque, unido a lo anterior, ofrecemos a nuestros clientes especialistas y asesores en todos los segmentos de negocio: empresas, negocio internacional, banca privada, seguros, financiación al consumo, etc.
El equipo profesional de la Caja es de un nivel excelente. A ello añadimos el incremento de la dotación de recursos para atender a nuestros clientes. Frente a los recortes habituales en el sector, hemos encontrado una oportunidad, la de hacer la banca que esperan nuestros clientes, no la que nos orientaría una visión estrictamente contable y más cortoplacista.
La amplia canalidad es un ejemplo que acredita tanto nuestro interés en el territorio como esta relevante dotación de recursos para atender a nuestros clientes como ellos nos demandan y esperan -colaborando, en determinadas zonas, contra la despoblación, el reto demográfico y el aislamiento financiero-.
¿Vais a hacer algún cambio en cuanto a la estrategia de cuota y penetración de mercado o seguiréis en la misma línea?
Una de nuestras señas de identidad es que somos muy estables y predecibles. Nuestro modelo de negocio no es de dientes de sierra. Seguiremos en la línea de escucha activa a nuestros clientes para hacer una oferta adaptada a sus necesidades y seguir incrementando nuestra cuota y penetración de mercado, que esperamos siga manteniendo el ritmo acelerado de los últimos años.
La línea seguida ha demostrado su éxito, ¿Por qué cambiarla? Eso sí, con humildad y con la autocrítica necesaria puesto que siempre se puede actualizar, mejorar y perfeccionar.
Una de las políticas que hacen única a vuestra entidad es la apuesta por las oficinas ¿Se prevén más aperturas este año? ¿Continuaréis con la apuesta fuera de la región?
Efectivamente, las oficinas son el corazón de la Caja, porque son los puntos de encuentro presenciales y relacionales con nuestros clientes. Para nosotros tienen un gran valor, como demuestra que no hayamos cerrado ninguna oficina y, al contrario, sigamos abriéndolas. Siempre, vuelvo a insistir, dentro de un modelo omnicanal.
Continuando con la pregunta, seguiremos apostando dentro de la región y también fuera. La continuidad de la expansión exterior ya la ha anunciado nuestro director general. No obstante, siguiendo nuestros criterios habituales de prudencia, nuestro proceso de expansión sigue un periodo largo de maduración, donde se exploran las opciones, se valoran las alternativas y se persigue un resultado coherente.
Es un proceso en el que hay una colaboración transversal de las distintas áreas de la Caja involucradas (inmovilizado, organización, marketing…), que enriquecen y dan forma a la propuesta final que valoran, como otras cuestiones estratégicas, nuestros órganos de decisión.
Vamos a centrarnos ahora en el tejido empresarial, ¿Qué papel está jugando la entidad con los fondos Next Generation? ¿Cómo está ayudando a los diferentes proyectos?
Desde el primer momento nos pareció de la mayor relevancia la gestión de estos fondos tan sobresalientes en su cuantía, y facilitar su acceso a nuestros clientes. No sólo los Next Generation, también otros como los de Transición Justa.
Como sabemos, programas anteriores de la Unión Europea, con dotaciones presupuestarias importantes, quedaban en ejecuciones o adjudicaciones inferiores a la mitad y se devolvían millones de euros a Europa, cuando podían haber contribuido a la generación de riqueza y empleo en nuestra comunidad.
El mayor problema en muchos casos es la gestión burocrática de las subvenciones, y en algunos de ellos los plazos cortos de presentación. Estos problemas se agravan dado el reducido tamaño y capacidad de la mayor parte de nuestras empresas. Por eso, decidimos aportar soluciones a los principales retos.
Por un lado, llegando a acuerdos de colaboración con especialistas en la gestión de estos fondos, de tal manera que las empresas pudiesen contar con gestores especializados que ponemos a su disposición. Por otro lado, facilitando líneas especiales de cofinanciación, que complementen la financiación vía fondos y sobre todo que den posibilidades de desarrollo e implementación a muchos proyectos. Los fondos tienen un efecto económico multiplicador que tenemos que facilitar.
Un gran reto de Asturias es hacer crecer sus empresas en tamaño, ¿Cuáles son las claves que detectáis desde Caja Rural de Asturias? ¿Cómo podéis ayudar?
Es un reto muy importante no sólo en Asturias, sino también a nivel nacional, en especial, en comparación con determinados países referentes, como Alemania.
Tenemos un tejido económico en el que predominan desproporcionadamente las micropymes (¡benditas sean!), pero la realidad nos indica que son menos resistentes ante los vaivenes del ciclo y que, en muchos casos, no tienen capacidad para aprovechar óptimamente las posibilidades que ofrece el mercado. Sin embargo, hay muchas micropymes que tienen un buen producto o servicio, escalable, y que podrían crecer, generando más riqueza y empleo. Facilitarlo produciría un efecto acumulado en el sistema que sería muy positivo y nada desdeñable.
Desde la Caja somos conscientes de nuestro papel catalizador. Nuestra principal función es la financiación de estas microempresas. Esa financiación, adaptada a las necesidades individuales, es la herramienta más poderosa para el crecimiento de las micropymes. A la misma la acompaña el asesoramiento. Por poner un ejemplo, si la empresa tiene posibilidad de desarrollo exterior, contará con un gestor de negocio internacional que la oriente.
Y, por último, destacar que tenemos firmados numerosos convenios de colaboración con otras instituciones o asociaciones empresariales que persiguen este mismo objetivo (desde una óptica diferente a la nuestra pero complementaria): favorecer el crecimiento de las empresas. Por ejemplo, tenemos convenios con Asturgar, Asturex o Femetal. Y también participamos en foros o instituciones, entre cuyos fines está alentar el crecimiento, como las Cámaras de Comercio o FADE.
Otro desafío tiene que ver con la atracción y fidelización del talento, ¿Cómo lo trabajáis desde la entidad?
Así es. En nuestra entidad es de un interés estratégico. Si algo nos diferencia -y nos tiene que seguir diferenciando- es la ilusión, compromiso e involucración de las personas, de mis compañeros, en el proyecto de la Caja. Nuestro modelo de Banca Cooperativa forma parte fundamental de nuestra cultura empresarial y va muy ligado a nuestra forma de hacer banca, un espacio en el que todos sumamos y somos más que la suma.
Por eso, estamos muy orgullosos de tener la calificación Great Place to Work, que nos acredita como una de las empresas preferidas para trabajar.