Seis jóvenes de diferentes lugares del mundo -Argentina, Moldavia, Granada y Asturias- se conocieron en Gijón casi por casualidad. Nunca habían trabajado juntos, algunos ni siquiera se habían visto en persona. Pero en un solo fin de semana unieron su talento para enfrentarse a un desafío global: el hackatón ‘NASA Space Apps Challenge 2024’. Lo que comenzó como una experiencia por curiosidad terminó convirtiéndose en un éxito inesperado: AsturExplorers se alzó como uno de los diez ganadores mundiales de la mayor competición de innovación del planeta.
Daniel Álvarez recuerda cómo todo comenzó casi de forma aleatoria: “Antes del concurso, AsturExplorers no existía. No nos conocíamos todos. Daniel Piñera, Coral Izquierdo y yo sí, porque estudiamos Ingeniería Informática juntos, pero no habíamos hablado nunca con Samuel G. Guerrero, Vlad Cortac ni Juan Ignacio Bousquet.”
La chispa se encendió cuando Coral descubrió el hackatón y decidió inscribirse junto con sus compañeros. Poco a poco, el equipo creció hasta los seis integrantes actuales. Pero no fue hasta el mismo viernes de la competición cuando se vieron las caras por primera vez. “Nos conocimos el día de la presentación en la Escuela Politécnica de Gijón”, comenta Álvarez.
El NASA Space Apps Challenge es el mayor hackatón del mundo. En 2024 batió récords de participación con más de 93.500 inscritos y 16.000 equipos en distintas sedes de todo el planeta. En España, se organizó en Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao y, por primera vez, en Gijón, Asturias, donde compitieron 20 equipos.
El NASA Space Apps Challenge es el mayor hackatón del mundo con más de 93.500 inscritos.
Daniel Piñera explica la mecánica del concurso: “La competición empieza a nivel local. Durante el fin de semana desarrollamos la idea y el domingo la presentamos ante un jurado en Gijón. De ahí salió un equipo ganador, y los tres mejores de cada sede. Después, un jurado internacional eligió el top 40 y, finalmente, otro comité seleccionó los diez ganadores globales, uno por cada categoría. Nosotros ganamos en la categoría de ‘Mejor concepto de misión’.”

Una app que hace accesibles los datos satelitales
El reto que escogieron tenía que resolver un problema concreto: facilitar a científicos y agricultores el acceso a los datos obtenidos de los satélites de la NASA. “Lo que hace nuestra aplicación no es producir datos, sino facilitar el acceso a los existentes”, explica Álvarez.
Actualmente, los datos satelitales están disponibles en un portal online de la NASA, pero descargar información específica puede ser un proceso complicado y pesado. “Si quieres obtener información de una finca concreta, tienes que descargarte imágenes enormes que ocupan cientos de gigas y abarcan una gran superficie”, indica. “Nuestra app permite a cualquier usuario acceder directamente a la información del lugar exacto que se necesita.”

Gracias a los satélites Landsat, que llevan en órbita desde 1972, la aplicación puede proporcionar un histórico de datos sobre humedad, temperatura, vegetación o cambios en el terreno. "Cada 14 días pasa un satélite, pero como son dos y van en direcciones opuestas, en realidad tenemos datos nuevos cada 8 días. Analizan la vegetación mediante infrarrojos, y aunque las imágenes puedan parecer borrosas porque abarcan muchos kilómetros, la información que obtenemos de cada píxel es extremadamente precisa", comenta Vlad.
El reto que escogieron tenía que resolver un problema concreto: facilitar a científicos y agricultores el acceso a los datos obtenidos de los satélites de la NASA.
Las aplicaciones son muchas: desde la agricultura de precisión hasta la monitorización de incendios forestales, el impacto del cambio climático o el desarrollo urbano. “También se está estudiando cómo se pueden detectar ciertas sustancias químicas en plantaciones, porque reaccionan a determinados rangos de luz que pueden captarse por satélite”, apunta Juan Ignacio.
Los datos satelitales pueden aplicarse a muchas más áreas además de la agricultura. Por ejemplo, se han usado para diseñar líneas eléctricas entre ciudades cuando atraviesan montes, minimizando el impacto ambiental. También permiten analizar el cambio climático comparando datos térmicos desde los años 70 hasta hoy, evaluar la deforestación a lo largo del tiempo o incluso monitorizar el deshielo de los glaciares y la contaminación lumínica en las ciudades", detalla Vlad.

Más allá del concurso: talento y oportunidades
Para el equipo, ganar este premio no solo ha sido una satisfacción personal, sino que también lo ven como una oportunidad para poner a Asturias en el mapa de la innovación. “Siempre parece que todo pasa en Madrid o Barcelona, pero en Asturias hay talento. Lo que faltan son oportunidades y apoyo para que las ideas se conviertan en realidad”, destaca Juan Ignacio. Vlad refuerza la idea: “Nadie nos pagó por hacer esto. Decidimos dedicar un fin de semana a probar qué pasaba, y aquí estamos.”

Ahora, el objetivo es llevar el proyecto más allá. “Nos gustaría montar una startup y desarrollar la aplicación”, comenta Bousquet. Pero aquí surge otro desafío: la financiación. “Nos cuesta imaginarnos cómo buscar inversión y estructurar un proyecto así. Nos encantaría quedarnos en Asturias, es vital contar con apoyo y evitar que la gente acabe marchándose.”
Un futuro prometedor
Mientras buscan financiación para viajar a la sede de la NASA y presentar su proyecto, el equipo tiene claro que su éxito puede inspirar a otros. “Si un grupo de seis desconocidos pudo conseguir esto en un fin de semana, ¿qué no podríamos hacer si hubiera más iniciativas así?”, reflexiona Juan Ignacio.

Para Piñera, la clave está en la visibilidad: “El hackatón no se publicitó demasiado en Asturias. Si más gente lo hubiera sabido, seguro que habríamos tenido más participantes y más ideas increíbles.”
Actualmente, AsturExplorers sigue explorando nuevas posibilidades. Arrancó como un experimento y ya ha dado sus primeros frutos… El futuro parece prometedor. Solo hace falta que, esta vez, la innovación en Asturias no se quede en el aire.
El objetivo es llevar el proyecto más allá. “Nos gustaría montar una startup y desarrollar la aplicación”.

Aunque nació en apenas un fin de semana, lo que lograron en esos días demuestra lo que puede surgir cuando el talento, la pasión y la tecnología se alinean con un propósito. Seis jóvenes que no se conocían, con orígenes distintos, con perfiles diferentes, pero con la misma inquietud por descubrir, aprender y crear. Quizá este sea solo el principio de un viaje aún más grande. Quizá dentro de unos años, AsturExplorers ya no sea solo el nombre de un equipo de hackatón, sino el de una empresa que, desde Asturias, esté marcando el futuro de la tecnología espacial.
Por ahora, lo que han demostrado es que con creatividad, esfuerzo y ganas de cambiar las cosas, hasta el cielo –o más allá– puede quedarse corto.