Este 2024, la Fundación Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación (CTIC) está de cumpleaños. Ayer celebró su 20 aniversario en el entorno idílico del valle de Peón, donde se sitúa el que el presidente, Roberto Paraja, denominó el “hijo pequeño” de la matriz: CTIC Rural Tech. Al encuentro acudieron más de 200 personas, entre ellas empleados, entidades colaboradoras, miembros de las administraciones públicas, pero sobre todo amigos.
Y es que CTIC ha sido partícipe y testigo en estas dos décadas de una revolución tecnológica y social que ha cambiado el mundo; y mientras toda esa transición iba sucediendo, sin querer -o quizás a propósito- el centro ha tejido una serie de lazos, conexiones que dieron como resultado una red gigante de actores implicados en hacer de la región una cuna de la innovación a nivel mundial.
Pablo Priesca, el primer director general que tuvo el centro, se ha encargado de recoger con mimo la historia de una de las organizaciones más importantes de Asturias. Una vez recabada, el siguiente paso fue plasmarla en el libro ‘El viaje de CTIC, 20 años creando futuro’. En él hace una división por épocas, desde la ‘Prehistoria’, pasando por la ‘Edad Antigua’, la ‘Edad Media’, hasta el periodo final de la ‘Edad Moderna’. Nombres, fechas, lugares, anécdotas por doquier son ya un recuerdo en forma de lectura que permanecerá por siempre.
Los 600 de CTIC
Cuando nació CTIC, recordó Priesca, “no había Facebook, los móviles no eran smartphones, y lo que todo el mundo ahora conoce como el Internet de las Cosas (IoT), el blockchain, la computación en la nube… No existía”. Ni siquiera la Inteligencia Artificial era como lo es hoy en día, “existía en los laboratorios, pero no de esta forma tan a la vista de la sociedad, con un uso masivo por parte de la gente. Y nosotros hemos estado en el nacimiento de todas estas tecnologías”. Tanto Pablo como Roberto se sienten “privilegiados” por haber vivido dicha transformación.
Para que fuese posible que CTIC formase parte del cambio jugó un papel muy importante la formación y la capacidad de adaptación de los trabajadores: “Ha pasado mucha gente, 600 personas, la mayoría sin experiencia laboral, directamente de la Universidad; muchos de ellos se marcharon a Estados Unidos, Australia, Finlandia, Alemania, Inglaterra… Fueron fichados por organizaciones y empresas internacionales gracias a los proyectos en los que nosotros estábamos involucrados”, explicó Priesca.
Para Paraja, CTIC es “el máster más concurrido que existe en la región”.
La tecnología cambia, el propósito no
Ya en el escenario el actual director general, Pablo Coca, subrayó una reflexión que predice el futuro de la entidad: “Si bien, debido a la evolución de la tecnología, hoy no usamos ninguna de las que había en 2004, nuestro propósito se mantiene igual que el primer día. Y este no es otro que usar la tecnología que llegue para mejorar el desarrollo del territorio y la competitividad de las empresas”.
Hubo palabras de agradecimiento para los representantes de las entidades allí presentes y para los de las que no pudieron acudir pero que les hicieron llegar un mensaje afectuoso; y tanto Coca como Paraja quisieron destacar la presencia del profesor angoleño Pedro Sebastião Teta, “el mayor aportador privado dentro del capítulo de facturación”.
Allí en Angola CTIC ha desarrollado desde hace siete años múltiples proyectos y estrategias de implantación digital y de formación de personal. Se implantó una red de mediatecas para la expansión de las nuevas tecnologías.
Otra de las personas ligadas a la organización es Andreu Veà, un pionero de Internet y emprendedor en el sector de las telecomunicaciones entre muchos otros títulos. Fue a celebrar el aniversario del centro y ofreció una charla en la que contó su experiencia personal en el mundo de la tecnología.
Arrancó con la pregunta ‘¿Me acompañáis a un futuro que para algunas personas ya es presente?’ y a partir de ahí habló de sus vivencias en Silicon Valley, donde conoció a su mentor, Vint Cerf, considerado uno de los padres de Internet; o a Douglas Engelbart, el inventor del ratón.
Andreu considera CTIC “un sitio donde pasan cosas mágicas”.
Grandes esperanzas depositadas en CTIC Rural Tech
El laboratorio natural que es CTIC Rural Tech tiene tan solo dos años, pero ya está dando grandes resultados. “Ya estábamos trabajando la tecnología para el entorno rural desde CTIC cuando nadie en este país se preocupaba de que pudiesen ser necesarias en este entorno”, apuntó Roberto Paraja.
Fue un sueño que debían lograr. Y con esas instalaciones consiguieron que fuese adelante. “Estamos muy contentos, no paramos de recibir premios. Pero lo más importante es la labor que se ha hecho con los vecinos, la cual resulta reconfortante”, aseguró.
El centro tuvo una acogida “extraordinaria” tanto con los niños de la escuela que está dentro del recinto como con los mayores del entorno “para recuperar su historia”.
Lo último sucedido fue el reconocimiento del Premio Princesa de Asturias, que ha sido, aseguró el presidente, “mucho más de lo esperado”.