Aviso: la entrevista se realizó antes de la Guerra Rusia-Ucrania
La pandemia originado por la Covid-19 supuso un parón casi en seco de las exportaciones, sin embargo, las empresas asturianas se recuperaron muy bien. El 2019 fue un año récord con un valor aproximado de 4.900 millones de euros, bajando en el 2020 casi 1.000 millones de euros. Lo que ocurrió en 2021 es que estos datos se recuperaron con creces, las últimas cifras que tenemos son del mes de noviembre (mes récord con 584 millones de euros) y que sumaban un total de 4790 millones de euros.
Teresa Vigón, directora de Asturex, está convencida de que "vamos a superar las cifras de 2019". Esto se debe a que, según nuestra protagonista, "las empresas asturianas aprendieron con la crisis del 2008 que es necesario tener una vía de negocio continuada con el exterior".
¿Cuáles son las principales oportunidades para las empresas asturianas en materia de internacionalización?
Consideramos que hay que mirar hacia Asia y Oriente Medio que aparentemente están recuperándose antes de la Pandemia. La otra vía es África donde todo está por hacer. Latinoamérica está sufriendo más para salir de la crisis. No obstante, no es sencillo la zona oriental por la barrera idiomática y cultural.
¿Cuáles son los problemas o barreras más obvias?
El primero es una inversión en tiempo, recursos humanos y, por tanto, en dinero. Hay que tener en cuenta que al final hay que insistir, el éxito no es inmediato, no es "tirar la caña y pescar".
Se necesita una situación económica saneada pero la mayor barrera es la mental. Debemos pensar que sí podemos. En la actualidad estamos exportando productos con escaso valor añadido como puede ser el agua. Esto nos demuestra que la barrera principal es el querer, en mi opinión supone más del 50% de las posibilidades.
Si analizamos los sectores, ¿cuáles muestran un mayor crecimiento?
El sector del metal es clave en la exportación asturiana superando ya el 60% del total. Tenemos casos muy concretos y visibles como Windar Renovables, esta compañía está creciendo y presenta un horizonte muy favorable.
Por otro lado, la industria agroalimentaria es un sector pequeño, de gran calidad, pero con poca capacidad de producción. Cuenta con muchos artesanos, es decir, orientados al mercado más gourmet o especializado. En resumen, el sector metal, energía -especialmente el de las renovables- o las TIC están creciendo mucho a nivel internacional.
Hablemos de Asturex, ¿cómo ayudáis a las empresas en ese proceso de empezar a exportar?
Disponemos de varios programas y servicios de ayudas que facilitan los primeros pasos pero también cuando el proceso está más avanzado. Lo primero es tener un plan para llevarlo a cabo por parte de toda la empresa, pero sobre todo por parte de la dirección de la empresa.
El programa de iniciación sitúa a un consultor con experiencia durante 10 meses al lado de la empresa para ayudarle a analizar sus capacidades y tomar decisiones sobre qué líneas son internacionalizables y cuáles no. A partir de ahí, lo siguiente es elaborar el plan de internacionalización y ayudar a luego ejecutarlo. Otra de las opciones que cada vez tiene mejor acogida es la contratación de un becario que apoye estas tareas operativas porque hemos detectado que las empresas les cuesta poder aportar recursos humanos y de esta manera se facilita avanzar y porque no, convertirse en el embrión del departamento de exportación de la empresa.
Con la pandemia se cancelaron muchas de las ferias internacionales y de las expediciones comerciales, ¿cuál es la situación actual?
Cierto. Hemos tenido que parar dos misiones comerciales a Senegal y Egipto. Pero aún así la idea es retomar la presencialidad siempre que podamos. Tenemos previstas visitas a Costa de Marfil y a la WindEnergy Hamburgo 2022. Nuestra intención es hacerlo presencial, pero dependeremos de la situación sanitaria.
¿Cuáles son los retos para los próximos 5 años para Asturex y las empresas asturianas?
El reto principal es meternos de lleno en la internacionalización digital. Debemos aumentar los campos a tratar: producción, gestión interna, comunicación, gestión comercial... La empresa asturiana debe creérselo, no pensar que es para otros, aunque muchas empresas ya lo están aprovechando y hay grandes ejemplos.
El siguiente reto es la sostenibilidad que debe integrarse en nuestros programas para ver cómo afectan a las empresas los Objetivos de Desarrollo Sostenible que además están empezando ya a ser exigidos por empresas para sus proveedores.