De acuerdo al avance de la Contabilidad Trimestral del INE, durante el primer trimestre de 2020, la economía española experimentó un retroceso que se estima en el -4,1% en tasa interanual, frente al crecimiento del 1,8% registrado en el trimestre precedente. Respecto al trimestre anterior, la caída del PIB fue del -5,2%.
Sin embargo, el propio INE advierte en una nota técnica de que las revisiones que se llevarán a cabo de este dato probablemente serán de una "magnitud mayor que la habitual". Obviamente, el comportamiento del PIB durante este trimestre ha quedado determinado por la propagación de la pandemia de COVID-19 y el parón económico derivado de la situación. Primero, por la interrupción de las cadenas de suministro internacionales que provocó una ralentización o paralización de algunos procesos productivos en España y, luego, por las medidas de confinamiento decretadas tanto en España como en los principales países desarrollados, lo que ha causado una caída de la demanda sin precedentes.
La parálisis de la actividad también se ha trasladado al mercado de trabajo. El número de ocupados, en términos de empleo equivalente a tiempo completo, aún no refleja en toda su magnitud el impacto de la pandemia. Su reducción interanual es del -0,6%, lo que representa una disminución de 102.000 empleos en un año.
Una variable que refleja de manera más clara, según el INE, los efectos de la pandemia y de las restricciones de movilidad y de actividad adoptadas en el mercado de trabajo, es el número de horas efectivamente trabajadas, que se redujeron un -4,2% en términos interanuales durante el primer trimestre de 2020. Por sectores, todos ellos redujeron el número de horas efectivamente trabajadas, aunque el impacto del brote de COVID-19 fue más intenso en los servicios, con una caída del -5,5% y, sobre todo, en la construcción, (-9,8%).
El número de horas efectivamente trabajadas en la industria se redujo un -2,8% respecto al mismo trimestre del año anterior. Perspectivas Si bien parece claro que la economía española experimentará en 2020 una profunda recesión nunca antes vista, existe incertidumbre sobre su magnitud. El posible rango de variación de la tasa de crecimiento del PIB es muy amplio.
Según las previsiones de la Cámara de Comercio de España, en 2020, la caída del PIB podría oscilar entre el -7% en el mejor de los escenarios posibles dada la situación actual, y el -11% si se tardara en restaurar la normalidad y se produjera una destrucción intensa del tejido empresarial. En este último escenario, la caída interanual del PIB durante el segundo y tercer trimestre del año podría superar el -15%.
En paralelo, el mercado de trabajo recibirá todo el impacto de la recesión. La evolución de la tasa de paro podría alcanzar el 30% de la población activa a lo largo del segundo y tercer trimestre del año, en el peor de los escenarios, registrando para el conjunto de 2020 una tasa media del 26%. En el caso de tomar las medidas adecuadas para contener la destrucción de empresas y para incentivar la recuperación de la actividad productiva, la caída del empleo podría acotarse y la tasa de paro en 2020 situarse en el entorno del 22% de media anual.
Cuanto antes se levante el confinamiento de la población y se recupere la actividad productiva, más acotado será el impacto; aunque hay que tener en cuenta que sectores claves en la estructura productiva de la economía española como el comercio, el turismo o el trasporte de viajeros, podrían tardar en recuperar la normalidad necesaria. Además, hay que destacar los problemas de liquidez a los que se están enfrentando una mayoría de las empresas, sobre todo pymes y autónomos, cuyos ingresos son nulos mientras que buena parte de los gastos fijos se mantienen. El resultado podría ser una destrucción sin precedentes del tejido empresarial, de no tomarse medidas adicionales a las ya anunciadas por el Ejecutivo. Este desplome económico excepcional exige medidas contundentes, capaces de generar confianza y dispuestas a aprovechar el potencial que supone la colaboración públicoprivada.
En este sentido, el Pleno de la Cámara de España, aprobó ayer un Documento de Propuestas para la recuperación y reconstrucción social y económica de España con el ánimo de contribuir al diálogo constructivo para superar el impacto en el tejido productivo de la pandemia del COVID-19. Estas propuestas parten de la consideración de la empresa como la figura esencial del sistema económico, generadora de empleo y riqueza para el conjunto de la sociedad.
Sobre esta base, la Cámara de España insta al diseño en paralelo y a la articulación efectiva de medidas transversales en dos sentidos: actuaciones a corto plazo, orientadas a la fase de recuperación económica; y otras reformas estructurales para la fase de reconstrucción, con un horizonte a 10 años. Como complemento a estas medidas horizontales, la Cámara de España trabaja también en la concreción de propuestas para sectores relevantes de la economía española y que están sufriendo un impacto significativo como consecuencia de la pandemia.
El marco de aplicación de esta batería de medidas debería ser un gran Acuerdo Nacional de recuperación y para la reconstrucción, fruto del consenso entre los agentes políticos, económicos, empresariales y sociales.
Fuente: Cámara de Comercio de España