El camino se demuestra andando. Por eso, en una fecha tan señalada como la de ayer: el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Conecta y el Ayuntamiento de Avilés quisieron celebrarlo por todo lo alto con un nuevo episodio de ‘Tardes para la innovación’ iniciativa impulsada por el consistorio que se desarrolló en el Espacio Maqua. En este caso, el marco fue, como no podía ser de otra manera, ‘El talento femenino en el impulso de la Ciencia y la Innovación’.
El viceconsejero de Ciencia, Innovación, Investigación y Transformación Digital del Principado de Asturias, Iván Aitor Lucas del Amo, se encargó de contextualizar la jornada con afirmaciones contundentes: “Hay un techo que se debe romper”. ¿Cómo es posible, dice, “que nos llamemos sociedad igualitaria cuando el 50% del talento solo representa el 12% de puestos en algunas áreas”? Una sociedad “que se hace llamar moderna como la nuestra, que quiere ser igualitaria y que de verdad hace una apuesta, tiene que hacerlo en todos los ámbitos”.

En el día de ayer se hizo especial hincapié en las primeras etapas para despertar esas vocaciones científicas “que tanto hacen falta”, pero el viceconsejero arrojó algo de luz compartiendo algunos datos prometedores: “Tenemos más del 67% de solicitudes hechas por mujeres para las convocatorias para después de terminar la carrera, de chicas que acaban sus estudios superiores y quieren empezar esa etapa investigadora; hemos visto también que luego, cuando tienen que ir al postdoctorado, esto baja al 53%, pero aun así es una cifra interesante”. El problema llega en lo que se denomina ‘Ciencia de Excelencia’, los grupos de investigación o “grupines”, donde la cifra, apuntó Iván Aitor, “baja muchísimo más”.
Es necesario, por tanto, “seguir trabajando” en este largo camino, para que “el talento no se vaya diluyendo”. Cabe destacar, también, que el año pasado “hubo un 34% más de mujeres trabajando en puestos de I+D” por lo que el futuro está cargado de esperanza.
Inspirando a las nuevas generaciones
Hay muchas maneras de inspirarse. Por ejemplo, a Patricia Gómez Leiva, By-products process engineer en ArcelorMittal, le inspiró una película de un volcán. A raíz de ahí, cuando era pequeña, “soñaba con viajar por el mundo visitando volcanes y estudiar su comportamiento. Años más tarde me enamoré de las rocas y los minerales y todo esto me llevó a interesarme por el mundo de la química”. Una cadena de acontecimientos se dieron para que ella hoy esté donde está haciendo lo que más le gusta.
Y ese fue el mensaje que quiso transmitir durante su intervención en Maqua. Precisamente ayer por la mañana estuvo en un colegio con alumnos de Primaria a quienes les enseñó a fabricar un volcán casero, y es en esas edades cuando, dice Gómez, “las niñas son más participativas”. El problema arranca a partir de la ESO y, sobre todo, en Bachillerato: “Recuerdo ir a dar una charla a alumnos más mayores y fue llamativo observar cómo los chicos se pusieron delante y las chicas detrás. Ellos hacían preguntas sin parar y a ellas solo les faltó irse detrás de las butacas”. A medida que crecen, asegura, “las mujeres buscan no ser visibles, esconderse, y eso hay que trabajarlo”.

Además de su trabajo de ArcelorMittal en el que ella es la única mujer de entre más de 200 hombres, también está inmersa en otros proyectos que promueven el impulso de las mujeres en el mundo de la Ciencia y la Innovación, como es ‘Inspira STEAM’, ha sido embajadora de la STEM Woman Association en Asturias, o ha escrito, junto a otras mujeres, el libro ‘Las aventuras en el árbol de la Ciencia’, más que inspirador para todas aquellas personas que, como ella, desde jóvenes les pica el gusanillo de la rama científica.
La soñadora, la impostora y la curiosa
Andrea Sánchez, ingeniera de Investigación en Idonial Centro Tecnológico; Jimena Pascual, directora de Innovación Organizativa y Social en CTIC Centro Tecnológico; y Carmen Lambert, investigadora postdoctoral en ISPA-FINBA, fueron las protagonistas de la mesa redonda ‘El papel de la innovación y la investigación para el desarrollo de Asturias’.

Cada una de ellas, además de tener un perfil muy diferente, también tuvieron motivaciones a la hora de decantarse por una profesión, dispares. Carmen Lambert, de pequeña, tenía un sueño: “Quería inventar una pastilla que permitiese a las personas comer de todo y adelgazar”; y aunque no lo ha conseguido, sí que es cierto que, a día de hoy se dedica a investigar en el grupo de endocrinología, sobre todo la diabetes y la obesidad. Por eso, dijo, “tenemos que inculcarle a las niñas que pueden tener un sueño y lograrlo o no, pero al menos lucharlo”.
Jimena Pascual advirtió a todos los allí presentes que ella era “la impostora” de la jornada. Y es que no es científica, sino humanista. Siempre le inspiró Indiana Jones y quería ser historiadora y arqueóloga, aunque entendió que no era lo suyo. A día de hoy es un “alma intrusa en la ciencia”; comenzó en CTIC en telecentros, donde descubrió que “la tecnología no es solo un tema para investigar, sino también para que llegue a las empresas. La ciencia no puede quedar en el laboratorio, sino ir más allá”.
Para Pascual “es fundamental tener una vocación científica independientemente de la carrera que elijas”, y considera que “hay que promover estas vocaciones pero sin obligar a las mujeres a que tomen un camino que quizá no quieren llevar. A lo mejor sí queremos ser grandes educadoras con tecnología o humanistas digitales, que buena falta hace en un mundo dominado por hombres”.
Por su parte, Andrea Sánchez se describió como “una persona inquieta y curiosa por naturaleza” a la que el mundo de la ingeniería le atraía. Con dieciséis años tuvo de referente a un profesor que dio luz a lo que se quería dedicar: el mundo de los materiales. En la carrera encontró la especialidad y se fue al País Vasco a estudiar un máster y trabajar, después llegó el doctorado y finalmente pudo retornar a su tierra natal para, en Idonial, dedicarse a los procesos de fabricación, a las microestructuras, etc.

El gusanillo tecnológico y científico
Para las tres, tener referentes es imprescindible en edades tempranas. Sin embargo, como dice Jimena Pascual, “no todo el mundo tiene una persona cerca con ese perfil” y esa lejanía provoca un “miedo al riesgo” por parte de muchas jóvenes. Es necesario cambiar esa perspectiva “y conseguir que a todo el mundo le pique el gusanillo de la tecnología”. A través de iniciativas como la jornada de ayer, aseguró Andrea Sánchez, “se hace llegar a las jóvenes el mensaje”, pero para Carmen Lambert existe otro factor que puede echar para atrás a muchas chicas, y es “la falta de seguridad, es decir, que sepan que podrán vivir de ello”.

La diversidad en la plantilla es primordial, pero no solo en lo que a género se refiere. “Debe haber una diversidad de género, pero también generacional, de territorios y de estratos sociales”, afirmó Pascual. Y ahí es donde entra en juego también la colaboración entre instituciones, algo que Sánchez vio muy presente en el País Vasco: “Había mucha conexión entre universidad, centros tecnológicos y empresas, y eso permitía hacer las investigaciones para resolver problemas de la industria”.
La diversidad entre entidades para desarrollar proyectos adquiere cada vez más importancia, porque, tal y como compartió Lambert “sin las aportaciones de otras no se podrían llevar a cabo”. Y aquí es donde surge el concepto ‘coopetir’ que destacó la directora de Innovación Organizativa y Social en CTIC, es decir, colaborar y, a la vez, competir. En los últimos años desde este Centro Tecnológico han sacado proyectos colaborando con centros con los que antes competían; por eso, para ella es fundamental “quitarse las vergüenzas de contar lo que se está haciendo”.
Proyectos que lideran la región
Las tres participantes de la mesa compartieron algunos proyectos que tienen entre manos. Carmen está volcada en uno que tiene que ver con la búsqueda de diagnóstico de diabetes gestacional temprano: “Cuando te quedas embarazada te hacen la prueba para este diagnóstico, a nadie le gusta, se tarda mucho y se realiza a partir del segundo trimestre del embarazo. Nuestra idea es que con un análisis de sangre poder encontrar un marcador que te indique si la padeces o el riesgo de padecerla.
En Idonial, muchos de los proyectos son confidenciales, pero Andrea desveló que están trabajando con ArcelorMittal en lo que al horno eléctrico respecta, para la optimización de procesos y microestructura, en fabricación aditiva, y también ha finalizado un proyecto europeo en el que investiga piezas de grandes espesores, entre otros.
En CTIC están desarrollando una iniciativa junto al SESPA y Ficyt. Este proyecto se centra en la prevención de la violencia hacia las mujeres en el ámbito sociosanitario “porque parece ser que se ha incrementado muchísimo”. Se pusieron a trabajar tanto en la parte de factores humanos, porque “la tecnología está incidiendo de forma negativa en el trato a las mujeres de este sector” y a través del análisis de sentimientos en redes sociales “para ver esta información que nos dé datos concluyentes para el estudio”.
