En el contexto de la segunda edición de Espacios Sostenibles, un proyecto del Clúster Ecco con el que se eligió a los jóvenes que representan la sostenibilidad asturiana, hablamos con Paz Orviz, gerente del Consorcio público de gestión de residuos de Asturias (COGERSA) para que nos contase cómo fue la experiencia de ser miembro del jurado y en qué se basaron para elegir a los ganadores, entre otros asuntos.
¿Cuál es la relación de COGERSA con el Clúster Ecco?
COGERSA es socia del Clúster Ecco, una asociación en la que, si bien sus miembros son mayoritariamente empresas privadas, nos hemos integrado como una entidad pública, ya que nos sentimos vinculados a los objetivos del Clúster y, particularmente, tenemos sinergias con el sector de la construcción. Por una parte, gestionamos residuos de construcción y demolición; por otra, fabricamos áridos reciclados, un material recuperado cuyo uso estamos promoviendo.
¿Por qué decidisteis formar parte del jurado del proyecto Espacios Sostenibles del Clúster?
En COGERSA tenemos claro que el cambio en los hábitos de consumo y el compromiso diario con el medio ambiente nace en las aulas. Nosotros somos pioneros en haber creado una red de centros educativos que trabajan diariamente en la educación ambiental, es nuestra Red de Escuelas por la Circularidad. Tenemos 200 centros educativos en un proyecto que va camino de los veinte años de trayectoria. Por tanto, esa relación que tenemos con la comunidad educativa asturiana la reforzamos a través de nuestra participación en concursos escolares como este de Espacios Sostenibles, en el que la correcta gestión de los residuos (desde la prevención, al reciclaje) es uno de los temas centrales.
¿Qué temáticas relacionadas con la entidad han tocado los jóvenes que participaron?
Han trabajado temas de agua, energías renovables, la incorporación de materiales sostenibles e incluso temáticas sociales, entre otros con los que COGERSA tiene una relación directa e indirecta. Para nosotros es una satisfacción que, dentro de los 50 proyectos presentados, haya sido una constante prácticamente en todos ellos la alusión a la gestión de los residuos y a la economía circular. Esto demuestra que estos niños y estas niñas llevan ya un aprendizaje nato respecto a la economía circular; y no solo en lo referente a separar para reciclar, sino incluso con relación a cuestiones más avanzadas como la incorporación de materiales reciclados a la fabricación de edificios o la generación de compost.
¿En qué os habéis basado para elegir a los ganadores?
Nos reunimos previamente para valorar los 50 proyectos. Estaban las maquetas y las correspondientes memorias y lo que percibimos es que había maquetas de un alto nivel técnico. Nos entraron por los ojos, por así decirlo, aquellas que tenían un trabajo importante de horas detrás. Así que, en definitiva, valoramos la calidad de la maqueta y la integración, lo más alta posible, de esos vectores que había que tener en cuenta. En la preselección tuvimos en cuenta, por supuesto, la calidad de las memorias y la transversalidad. Y también nos fijamos en el nivel de aterrizaje de las ideas en sus territorios respectivos, puesto que había proyectos concretados en los concejos que se desarrollaban, buscando edificios y emplazamientos muy específicos, lo que da muestra de un trabajo de exploración y conocimiento del entorno que hay que reconocer en el alumnado.
Quiero resaltar que había proyectos en concreto que tenían conceptos muy avanzados sobre residuos, como la utilización de hormigones reciclados o la instalación de sistemas neumáticos de recogida de residuos…
Desde mi punto de vista llegaron a la final las mejores, y lo que valoramos en la gala final fue la presentación, la puesta en escena. Quisiera destacar el nivel de los centros de Primaria, que han hecho una presentación muy trabajada y los profesores han demostrado un gran nivel de compromiso, ¡para quitarse el sombrero! Así da ganas de seguir haciendo cosas.
