A partir del contexto energético nacional y europeo, y la evaluación de los posibles escenarios de transformación del modelo energético regional, se está definiendo la visión y los objetivos a alcanzar para que el nuevo modelo energético de Asturias siga cumpliendo con las particularidades regionales y continúe aportando riqueza y empleo de una manera sostenible.
En este escenario, se está acometiendo un impulso de las tecnologías de ahorro y eficiencia energética, un mayor uso de las fuentes renovables y el desarrollo de nuevas herramientas como el hidrógeno, el almacenamiento energético o la captura de CO2. En sintonía con este modelo, la Unión Europea ha consolidado su estrategia, iniciada hace varias décadas, de apostar por una economía de bajas emisiones. El objetivo final es que, a más tardar en el año 2050, las emisiones y absorciones de gases de efecto invernadero estén equilibradas, siendo entonces las emisiones netas nulas.
Esto supone un verdadero desafío para sus estados miembros, puesto que deberán afrontar profundas transformaciones tecnológicas, económicas y sociales que afectarán de manera especial a regiones como Asturias, donde el carbón ha tenido un gran peso en la economía. Un aspecto clave en este cambio va a ser la transformación del sector energético. Esto plantea una serie de retos para el año 2030, entre los que destacan reducir un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero, lograr que las energías renovables representen, al menos, el 32% del consumo de energía primaria o mejorar la eficiencia energética en un 32,5%.
El proceso de transición energética que afronta Asturias lo realizará asumiendo una visión a largo plazo, con horizonte a 2050, en la que se considerarán las particularidades de la región. Asturias tendrá para entonces un modelo energético descarbonizado, descentralizado, digitalizado y sostenible, que será un factor de producción facilitador de una alta competitividad. Será un modelo energético diversificado, en el que los vectores energéticos relevantes serán la electricidad y los gases renovables; la región será capaz de atraer inversiones y generar conocimiento, estará centrada en el ciudadano y tendrá capacidad de generar empleos de calidad.
Conocimiento y ciencia, claves para la transición energética
En un esfuerzo constante por ejecutar esa transición reclamada hacia la energía limpia en la región, diversas instituciones se dejan la piel para que eso suceda cuanto antes. Algunas de ellas, como Idonial, Fundación Asturiana de la Energía, INCAR-CSIC y la Universidad de Oviedo, a través del conocimiento, la investigación o la colaboración público-privada, están ya en el camino de conseguirlo. Es cuestión de tiempo y de un duro trabajo que el talento asturiano está realizando para posicionar la comunidad entre las mejores a nivel nacional y, por qué no, internacionalmente.
Para ello, están desarrollando diferentes proyectos que ponen el foco en ámbitos como el I+D+i o el talento entre muchos otros que son imprescindibles para que el cambio se produzca en el menor tiempo posible dado el margen que se impone a nivel europeo.
El Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR) con sede en la Corredoria-Oviedo (Asturias) es un centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), organismo público de Investigación adscrito al Ministerio de Ciencia e Innovación. Fundado en 1947 y ubicado en sus actuales instalaciones desde 1960, ha ido orientando su actividad científica a los retos más vanguardistas en el campo de la ciencia y tecnología del carbón y sus derivados. En la actualidad, sus principales líneas de investigación son el desarrollo de materiales de carbono de altas prestaciones para energía y la descarbonización de sectores industriales.
Un proyecto destacable que están desarrollando lleva por nombre CaLby2030. Se trata de una iniciativa europea que reformará la planta de captura de CO2 de la central térmica La Pereda (Asturias) para reducir sus emisiones de dióxido de carbono en niveles superiores al 99%. Financiada con 15 millones de euros por el programa Horizonte Europa, y coordinada por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (INCAR-CSIC), esta iniciativa pretende disminuir las emisiones y los costes energéticos en el sector industrial, con el objetivo final de poder construir plantas comerciales de captura de CO2 en 2030.
El proyecto, que situará al INCAR-CSIC como centro de investigación de referencia y al Grupo Hunosa a la vanguardia europea en tecnologías de captura de CO2, se prolongará durante 42 meses. A su finalización, se espera obtener la ingeniería necesaria para construir plantas comerciales de captura de dióxido de carbono en 2030.
Asimismo, incluirá un estudio sobre la percepción social que generará la central de La Pereda al reconvertirse en una central térmica de biomasa, con una captura del CO2 superior al 99% y con un cómputo de emisiones globales negativas.
Por su parte, la Universidad de Oviedo también se ha posicionado como un agente clave a través de la cual se elaboran proyectos enfocados a la transición energética. Se trata del principal motor de la investigación en Asturias. Cabe destacar que en sus instalaciones se desarrollan cerca del 80% de la I+D+i autonómica y disponen de servicios y equipamientos punteros para facilitar la transferencia de conocimiento hacia el tejido productivo.
• Cerca de 2000 investigadores
• 173 grupos acreditados
• Desarrolla el 80% de la I+D+i autonómica
• Ingresos directos e indirectos derivados de la producción científica cerca de 40M€ anuales
• 500 contratos y/o acuerdos con empresa
Los ingresos directos derivados de la producción científica se estiman en cerca de 40 millones de euros anuales y cuentan con 500 contratos o acuerdos con empresas para desarrollar proyectos de investigación y transferencia del conocimiento.
Estas investigaciones se llevan a cabo por cerca de 2000 investigadores que trabajan integrados en 173 grupos acreditados, en los que cada vez cobra más fuerza la posición de las mujeres en los puestos de dirección. Esta institución, a través del Vicerrectorado de Investigación, tiene como objetivo promover activamente la participación de sus investigadores en proyectos europeos, con especial interés en los del programa Horizonte Europa, enfocado en la investigación e innovación (I+i) de la Unión Europea (UE) para el periodo 2021-2027. Su objetivo general es lograr un impacto científico, tecnológico, económico y social de las inversiones de la UE en I+i, reforzando así sus bases científicas y tecnológicas y fomentando la competitividad de todos los Estados miembros.
Centros tecnológicos e I+D+i al sevicio del cambio
Las alianzas público-privadas entre las empresas y las administraciones públicas son ingredientes imprescindibles para la transición energética. La colaboración es uno de los instrumentos de crecimiento inteligente, sostenible e integrador, que a la vez garantiza un uso más racional de los fondos públicos. Por otra parte, la inversión en I+D+i y todos los proyectos que se desarrollan alrededor de dicho ámbito son de vital importancia para conseguir el cambio.
Idonial desarrolla su actividad en tres sedes: Gijón, Avilés y Llanera, las cuales cuentan con oficinas técnicas, talleres y laboratorios con equipamiento de última generación. Dispone además de una oficina comercial en Madrid. Surge en el año 2019 como consecuencia de la fusión de los centros tecnológicos ITMA (fundado en 1991) y PRODINTEC (fundado en 2004). Como centro tecnológico, su actividad principal es la realización de proyectos de I+D y la prestación de servicios con la finalidad de mejorar la competitividad de sus clientes.
Afronta la transición energética desde una doble vertiente. Por un lado, el centro aspira a cambiar paulatinamente la forma en la que utiliza la energía en sus procesos diarios con el objetivo de hacerlo más sostenible, eficiente y respetuoso con el medio ambiente. Ligado a este cambio, recientemente se han llevado a cabo acciones como un estudio de fuentes de energía renovable para abastecer las necesidades del centro, la adopción de medidas para la mejora de la eficiencia y el ahorro energético, y el fomento de buenas prácticas de consumo energético entre los trabajadores.
Por otra parte, como centro de investigación desarrolla líneas de trabajo orientadas a facilitar la transición hacia un sistema energético más sostenible y resiliente, llevando a cabo proyectos de I+D en el ámbito de la energía eólica, la fotovoltaica, el almacenamiento de energía o el hidrógeno verde.
A medio-largo plazo, Idonial aspira a consolidarse como uno de los centros nacionales de referencia en el desarrollo de soluciones innovadoras para la consecución de la transición energética. Para ello, tienen previsto impulsar de forma interna las líneas de investigación vinculadas al desarrollo y mejora de tecnologías de energía solar y fotovoltaica, el desarrollo de tecnologías de almacenamiento de energía mediante sales fundidas, las tecnologías asociadas a la utilización del hidrógeno como vector energético y también el desarrollo de tecnologías de medición y control avanzadas para la gestión del consumo energético. Por otro lado, el centro continuará fomentando colaboraciones con otros agentes para el desarrollo de proyectos de I+D colaborativos en el ámbito de la transición energética.
Una fundación que sirve de nexo entre empresas, sociedad y administración
La Fundación Asturiana de la Energía fue fundada en 2001 y tiene como principal objetivo el estudio de las necesidades energéticas de la región para tratar de satisfacerlas de la forma más eficiente posible. Dicha actuación se extiende a todas las fuentes de energía, infraestructuras, tecnologías de generación, transformación, transporte, almacenaje y utilización de la misma, así como a la gestión energética, la normativa y reglamentación, los mercados energéticos y financieros relativos a la energía, y otros sectores conexos, desde la perspectiva tanto de los suministradores como de los consumidores.
Lleva a cabo actividades relacionadas con la energía relativa a estudios, planificación, difusión, auditoria, formación, consultoría y asesoramiento, investigación tecnológica energética y participación financiera en proyectos energéticos, así como el seguimiento continuo de la evolución de los proyectos y la búsqueda de los medios necesarios para facilitar la consecución de los objetivos propuestos.
Uno de sus proyectos más ambiciosos es el de Biowind. La meta del mismo es mejorar la implantación de parques eólicos para alcanzar los retos de generación con renovables, contribuyendo al proceso de descarbonización y facilitando la aceptación social.
Se busca, además, colaborar con los diferentes agentes implicados para reducir la complejidad de la tramitación administrativa a la que están sometidos los proyectos eólicos. La energía eólica es la tecnología que se espera que proporcione la mayor contribución a los objetivos de energía renovable de la Unión Europea, lo que permitirá a las regiones cumplir los objetivos climáticos y de crecimiento en consonancia con el Pacto Verde.
En la actualidad, el despliegue de parques eólicos sigue siendo menor del necesario para alcanzar los objetivos climáticos en muchos territorios. Para mejorar este hecho, el Proyecto Biowind abordará dos factores muy importantes e interrelacionados que dificultan la generación eólica a nivel territorial, como son la oposición de las comunidades locales y los complicados procedimientos de obtención de permisos.
Otro proyecto llevado a cabo por FAEN es el de JUSTEM, que pretende llevar a cabo acciones y elaborar herramientas para dar soporte a regiones en transición a través de proyectos dirigidos a combatir la pobreza energética. Se realizará bajo el enfoque de una activa participación de los ciudadanos y de una adaptación de las estrategias regionales.
Para ello, se realizará una evaluación de la situación actual de las regiones participantes, se desarrollarán herramientas para facilitar la participación del público general, se organizarán talleres con ciudadanos, se desarrollará una propuesta de plan dirigido a combatir la pobreza energética y se creará una cartera de proyectos. Cada una de estas acciones se llevarán a cabo en las 6 regiones participantes, todas ellas regiones carboníferas en proceso de transición energética.
El proyecto tiene tres objetivos principales: crear soluciones prácticas para la capacitación de los ciudadanos y para su involucración en la Transición Justa; establecer metodología que permita alinear las Estrategias de Transición Energética regionales con las propuestas existentes de proyectos para combatir la pobreza energética; y desarrollar conocimiento sobre la pobreza energética y los medios para combatirla.
Otra de las grandes actividades de FAEN tiene que ver con la concienciación y divulgación, no solo con el tejido empresarial, sino con el conjunto de la sociedad asturiana. Prueba de ello son las decenas de actividades desarrolladas por esta fundación como el taller de energía eólica marina que tuvo lugar en la Playa de Poniente de Gijón en octubre y que contó con más de una treintena de participantes entre 8 y 12 años.