“Cualquier organismo que no se suba al carro de la Inteligencia Artificial se va a quedar fuera”. Así de rotunda arrancó María Candelaria Pereira, directora general de Protección de Datos y Coordinación de Sistemas de Información y Comunicación en el Ayuntamiento de Gijón, su intervención de bienvenida en el Congreso Kit Digital de Inteligencia Artificial e Innovación para Pymes organizado por la Cámara de Comercio de Gijón a través de su Oficina Acelera Pyme que tuvo lugar el pasado día 5 de diciembre en el anfiteatro del Palacio de Congresos del recinto ferial Luis Adaro. Su objetivo no fue otro que hacer ver a las pequeñas y medianas empresas las oportunidades que brinda esta tecnología a su vida diaria y tratar de eliminar cualquier tipo de suspicacia o miedo.
A día de hoy, aseguró Pedro López Ferrer, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Gijón, “la digitalización está al alcance de todas las empresas; se han invertido más de 3.000 millones de euros en financiación para ello”. Entre ellas, el Kit Digital, un paquete de ayudas que sirve, tal y como explicó Mariano González, experto en Transformación Digital en CTIC Centro Tecnológico, “para aprender a sacarle partido con asesoramiento experto, porque la IA es mucho más que ChatGPT y similares. Está en sus fases iniciales, pero su potencial es enorme”.
Pereira, además, quiso hacer apología de la protección de los datos, pues esta “garantiza la libre circulación” de los mismos. Para que los proyectos prosperen, aconsejó, las empresas “deben centrar y ser cuidadosos con los datos desde la fase más embrionaria, porque si no podría fracasar”. IA y datos, previno, “van a caminar de la mano”.
A nivel regional, aseguró Javier Fernández, director general de Estrategia Digital e Inteligencia Artificial del Gobierno, hace tiempo que “el Principado decidió darle un gran protagonismo porque creemos que esta no es una tecnología más, sino que va a producir un cambio social difícil de prever y es nuestro deber tratar de entender esta revolución”. Es para el gobierno autonómico obligatorio “prestar los mejores servicios públicos usando las herramientas necesarias para ello” las cuales ayudarán en la mejora de la comunicación o a tomar mejores decisiones, no sin exponerse, eso sí, a riesgos reales como “la protección de datos, la ciberseguridad, el empleo…”.
La evolución de la IA
La Inteligencia Artificial y la Generativa, como explicó Nerea Luis Mingueza, investigadora en Inteligencia Artificial y fundadora de T3chFest, durante su charla magistral que llevó por título ‘Copilotos para el futuro’, “reúne características y comportamientos similares al de la inteligencia humana o animal, con la diferencia de que gracias a los algoritmos llegamos a hacer determinadas tareas que de otro modo no se podría”.
Nerea Luis hizo un repaso a la trayectoria de esta tecnología, desde aquellas primeras veces que se empezó a ver en las películas de ciencia ficción, los primeros asistentes conversacionales, el coche autónomo o casos de robótica social o terapéutica: “La IA se está situando de forma transversal en muchos sectores, como en el campo de la salud o en el funcionamiento de las ciudades, gracias a la cual podemos sensorizar grandes ciudades para extraer datos y convertirlos en conocimiento para la toma de decisiones. Es lo que se denominan ‘smartcities’.
Otros grandes hitos de su historia fueron, por ejemplo, cuando en 2017 “empezó a coger tracción al emigrar todo el mundo hacia el cloud ya que abarataba costes y no requería la compra de una infraestructura”. También en 2018, aunque ya en 2014 empezó a generarse, “NVIDIA presentó un trabajo que se viralizó denominado 'This Person Does Not Exist', una web que crea imágenes de personas que no existen”.
Después se produjo una evolución del tipo de dato y llegó la multimodalidad: tabular, imágenes, audio, vídeo, documentos… “Ahora hablamos con la IA a través del chat, hay una interactuación, una aplicación al día a día… Esto explotó hasta el nivel de tener un nuevo software”.
La investigadora ofreció algunos consejos de ‘buen prompting’ como “pedir un rol, dar una instrucción, hacer una pregunta, aportar un contexto y poner ejemplos” y profundizó en algunos usos que tienen que ver con la organización de facturas o la descripción de imágenes, entre otros.
Y en ese punto de la organización de facturas se paró también Alex Rayón, vicerrector de Relaciones Internacionales y Transformación Digital de la Universidad de Deusto, director de Deusto Data y profesor del área de economía y transformación digital, tanto en la Facultad de Ingeniería como en la Business School de la Universidad de Deusto. Entró en ChatGPT y fue hablando con la IA haciendo ver a los asistentes que es como un niño pequeño que va creciendo y aprendiendo, pero para eso hay que enseñarle. “Las IAs no son máquinas determinísticas, sino probabilísticas como nosotros, por eso no siempre dan la misma respuesta”. Con ella es posible “hacer transcripciones de textos considerando matices del folclore local o incluso buscar jurisprudencia en un caso de demanda” entre muchísimas otras utilidades.
Entonces, ¿todo lo resuelven las máquinas? “Sí y no. Hacerlo, lo hace, pero nosotros tenemos que saber qué preguntarle porque eso, por el momento, no son capaces”.
El valle de las excusas
José Luis Izquierdo, alias Mago More, experto en innovación, creatividad y emprendimiento, se encargó de mostrar la parte más reflexiva: “No son las empresas más fuertes ni las más inteligentes las que sobreviven sino las que mejor se adaptan al medio” dijo, colocando la palabra ‘empresas’ donde va ‘especies’ en la frase original de Darwin. Y es que, desde su punto de vista “lo único constante es el cambio”. Han cambiado y cambian muchos aspectos, como el entorno, la distribución, los productos, la tecnología o la competencia, y de lo que se trata, cree, es “de buscar aplicaciones lógicas a lo que necesitas. Por ejemplo, si tu cliente es de otro país, haz un vídeo hablando con un avatar en otro idioma”.
Pero, ¿cuándo se debe hacer el cambio? “Hay que estar todo el rato cambiando para tener músculo”, aseguró. El problema es lo que denomina el ‘valle de las excusas’: “La tecnología no va conmigo, no tengo medios suficientes, lo hemos hecho siempre así…”. Lo suyo es, “afilar el hacha” antes de cortar el árbol, es decir, aprender de IA antes de usarla.
Tradición más innovación
La última parte del congreso consistió en una mesa redonda moderada por Chus García, director de Economía del Dato en CTIC Centro Tecnológico, y en la que también participó, para dar su punto de vista, el Mago More. En este coloquio se expusieron algunos casos de éxito en los que la tecnología transformó de algún modo a las empresas participantes.
¿Cómo se mezcla IA con la realización del queso? A esta pregunta respondió Enrique López, consejero delegado en Industrias Lácteas Monteverde, S.A. Para él, lo esencial es “estar convencido de que la tecnología puede aportar algo a la empresa, beneficios que pueden derivar de su aplicación”. En su caso, disponen de 63 presentaciones diferentes de queso y “la leche que se recibe no es igual de un día para otro porque el clima extremadamente frío o cálido puede variar el estrés de la vaca”.
Por eso, lo que han intentado es, una vez hecho el análisis de la leche que se recibe, “que el algoritmo nos diga cuál es el queso idóneo con ese tipo de leche. Los datos, cogidos de la inteligencia humana y llevados a la artificial, nos lleva a optimizar el producto”. Con el tiempo que han ganado, aseguró, se dedican a desarrollar nuevos productos.
Daniel González, director de Invesmark, contó que llevan 35 años en el sector y han visto pasar de todo, “desde los primeros años que los ordenadores costaban dos millones de pesetas, la mitad de un piso por entonces hasta estudios que duraban cuatro o cinco meses por el tiempo que tardabas en programarlos, pues no había aplicaciones comerciales para hacerlo”. Ahora están comprobado la evolución, un “avance espectacular”.
Para González la IA es “la máquina del tiempo” porque te lo da: “Dejas atrás lo rutinario y tienes tiempo para pensar”. Ellos están usando IA Generativa para casi todo, pero en concreto, aplicado a la investigación de mercados, dijo, “nos sirve para hacer un análisis de información cualitativa. Por ejemplo, al recibir opiniones de 3000 personas, ahora en cuestión de segundos, ChatGPT te dice los temas principales. El tiempo que te hace ganar es espectacular, puedes incluso ordenar respuestas”. También lo utilizan para la generación de informes automáticos, pues antes dedicaban mucho tiempo a su redacción. “Ahora tenemos tiempo para pensar y aportar soluciones”.
En su caso, Alberto González, director Desarrollo de Negocio Internacional en TEKOX, aseguró que siempre han intentado estar al día con las novedades para mejorar procesos. Se plantearon: ¿Dónde conectamos la ia con los productos? “En el proceso industrial es muy importante que las máquinas estén en perfecto estado. Por eso, más allá de la Generativa, en los últimos meses sobre todo, hemos utilizado herramientas de IA predictiva que ya llevamos años usando pero para evitar roturas de utillajes, por ejemplo”.
Y es que las máquinas de mecanizado las sensorizan, y para ello miden ciertos parámetros como temperaturas, consumo e incluso añaden un ‘sensor humano’. Reconoce que los algoritmos “no son tan inmediatos como la Generativa” pero en su caso particular al necesitar datos han de usar la IA tradicional.