Hoy en día existen dispositivos para medir casi cualquier cosa: datos relacionados con la salud (frecuencia cardíaca, o actividad diaria, entre otros), condiciones meteorológicas (datos de presión, de humedad, etc.), información acerca del tráfico, y muchos más. La mayoría de estos dispositivos disponen además de la tecnología necesaria para subir esos datos a la nube de forma que puedan ser compartidos y puestos en valor por distintas aplicaciones. El concepto de 'IoT' (Internet of Things por sus siglas en inglés) se podría definir como una "red de dispositivos electrónicos interrelacionados, capaces de recibir y enviar información sin requerir intervención humana". Esa interrelación de datos da lugar a nuevas oportunidades de negocio y a la mejora de procesos ya existentes.
Redes de comunicaciones como Sigfox, Nb-IoT, o Lorawan, ofrecen unos costes muy reducidos que facilitan el despliegue de proyectos de sensorización en escenarios muy diversos. El número de fabricantes de dispositivos con módulos de comunicaciones adaptados al envío de pequeños paquetes de datos es muy elevado en la actualidad. Estamos en un momento en que es sencillo acceder a la sensórica y la tecnología. Sin ir más lejos, casi todo el mundo cuenta con un "dispositivo IoT" en su mano: los teléfonos móviles disponen de distintos sensores que nos pueden dar información acerca de posición, presión, iluminación, etc. y que incluyen el módulo de comunicaciones para enviarla.
La tecnología de Internet de las Cosas facilita la monitorización, el control y ayuda en la toma de decisiones casi en cualquier sector. El control de consumo eléctrico es un punto de interés para cualquier empresa, igualmente ocurre con la localización y el seguimiento de activos. IoT también puede ayudar en la monitorización de temperaturas y otras variables en el envío tanto de productos alimentarios como de medicamentos. El incremento de pulseras de actividad y relojes inteligentes, permiten que las personas mejoren su cuidado personal. La monitorización de parámetros de salud, de rutinas diarias pueden mejorar considerablemente el seguimiento de enfermos crónicos y pacientes frágiles. El sector agrario es otro que cada día se encuentra más sensorizado para la mejora de los cultivos. En todos los sectores la tecnología puede aplicarse para obtener mejores resultados.
Cada día más empresas llevan a cabo proyectos de IoT para, en unos casos, mejorar su actividad y ser más competitivos, y en otros, para ofrecer nuevos servicios a sus clientes o crear nuevas oportunidades de negocio.
La forma de enfocar este tipo se oportunidades suele ser partir de una prueba de concepto (POC) en la que se valida que la tecnología aporta valor al proceso al que se le aplica. Esto viene a ser algo así como un "miniproyecto" de innovación que permite testar, ver el interés y acotar con más seguridad el proyecto a mayor escala. En estos proyectos pequeños, se validan tanto sensórica, como software, comunicaciones y plataformas. En ocasiones incluso se plantean distintas alternativas tecnológicas para determinar cuál es la que mejor resuelve el reto planteado. Las conclusiones obtenidas en el cierre, son la base necesaria para emprender un proyecto de mayor envergadura con garantías, o descartarlo si no se ve un retorno claro. En cualquier caso, por lo general, las empresas que invierten en este tipo de POC siempre amplían conocimiento tanto de sus propios procesos como de tecnología que les puede ser útil también en otras ocasiones.