El calentamiento global y la escasez de recursos por el agotamiento o la sobreexplotación de las fuentes de origen han provocado que los consumidores, usuarios y empresas busquen soluciones más sostenibles y respetuosas con el medioambiente lo que ha dado lugar a un nuevo escenario productivo. Producir de manera más eficiente y sostenible se ha convertido en el gran reto de las empresas del Siglo XXI.
Además, los volúmenes de información y conocimiento compartidos gracias a Internet y las nuevas tecnologías eran impensables hace unas décadas. Todos estos flujos de información han permitido al usuario entender más su entorno, los mercados y hacerse experto manejando esa información. Y es en este punto donde nace la preocupación de los usuarios por el entorno y el medioambiente, tomando fuerza conceptos como “Economía Circular” o la “Filosofía de las 3Rs (Reutilizar, Reducir y Reciclar)” y buscando soluciones sostenibles en el mercado.
Materiales plásticos: de un modelo económico lineal a la economía circular
Nuestros clientes ya no solo nos piden productos de calidad o diseño, sino que valoran que les ofrezcamos un producto sostenible y respetuoso con el medioambiente. Buscan que el propio producto pueda tener una segunda vida o un nuevo uso una vez terminado su ciclo de vida útil.
Nuestros clientes ya no solo nos piden productos de calidad o diseño, sino que valoran que les ofrezcamos un producto sostenible y respetuoso con el medioambiente
En el caso de los plásticos, las exigencias son mayores dado el peligro que supone el plástico cuando este termina en los océanos. El sector de los envases y embalajes, asociaciones e instituciones han tomado conciencia de esta problemática y durante años se ha trabajado intensamente para buscar alternativas, mejorar procesos, evitar el plástico en determinados usos y concienciar a las empresas y los consumidores de un uso responsable. Pero, la prohibición no es la solución, sino la conversión de Residuos en Recursos mediante la fabricación empleando el reciclaje del plástico como solución a esta problemática. Usar el plástico reciclado permite la gestión y canalización de esos residuos y su reintroducción nuevamente en la cadena de valor como preconiza la economía circular.
Esta tendencia no es solo de aplicación a los envases y embalajes, grandes marcas como Adidas o Zara han comenzado a fabricar prendas textiles a partir de plástico reciclado por ejemplo.
Proceso productivo sostenible y eco-diseño en plástico
Nortpalet, fabricante de palets de plástico desde 2006, ha fijado como elementos diferenciadores la sostenibilidad y el eco-diseño, ofreciendo un valor añadido en productos considerados por muchos de sus clientes como “commodities”. Estos dos conceptos se convierten en pilares fundamentales de la Economía Circular.
El eco-diseño del producto busca incorporar conceptos en la fase de desarrollo y diseño que den lugar a un palet de plástico que reduzca el impacto medioambiental, por ejemplo alargando su vida útil o introduciendo características como la reparabilidad o la encajabilidad que permite reducir las emisiones de CO2.
En el caso de los plásticos, las exigencias son mayores dado el peligro que supone el plástico cuando este termina en los océanos
La sostenibilidad del producto se consigue gracias al análisis, la investigación y el desarrollo de fuentes de materia prima que respondan a al concepto de Economía Circular, cada vez más demandado por grandes empresas en los envases y embalajes utilizados.
Pero ¿qué podemos entender por Economía Circular? Es una forma de obtener un flujo económico cerrado de los materiales usados, de tal forma que se reduce el consumo de materias primas vírgenes, siendo sustituidas por materias primas recicladas, produciendo soluciones sostenibles y respetuosas con el medioambiente. En definitiva, es recurrir a los residuos plásticos y convertirlos de nuevo en un producto apto para ser usado, con propiedades similares a un producto fabricado en plástico virgen.
Nuestro proceso productivo se basa en recuperar los residuos plásticos procedentes de 2 fuentes principales. La primera es conocida con residuos post-industriales, principalmente cajas y otros palets de plástico que son recuperados y triturados para volver a ser inyectados. La segunda fuente son los residuos de post-consumo, los envases y residuos plásticos que son depositados en los contenedores amarillos. Estos residuos, sometidos a un proceso de clasificación, limpieza y transformación, se convierten en material apto para la fabricación.
Este segundo caso es el mayor ejemplo de Economía Circular. Los palets de plástico son usados por los fabricantes para entregar las mercancías en las grandes superficies. Los envases que transportan, muchas veces en plástico, acaban siendo depositados por el consumidor final en el contenedor amarillo. Y estos residuos finalmente son tratados y preparados para convertirse en materia prima de nuevos palets, que volverán a ser usados en la cadena de suministro.
Un circuito cerrado que involucra a todos los actores de la cadena de suministro, desde el fabricante hasta el consumidor final. Por tanto, el plástico es una solución viable y sostenible, además de ser higiénica y evitar focos de bacterias y parásitos. El mayor problema del plástico radica en todos, en hacer un uso responsable de los mismos y garantizar la correcta gestión del residuo para que este pueda ser reconvertido en materia prima.