Juan Carlos Aguilera es Doctor Ingeniero de Minas por la Universidad de Oviedo y Director General de la Fundación Asturiana de la Energía y de la Fundación Barredo. Presente en varios consejos de administración y patronatos; miembro de grupos de trabajo regional, nacional y europeo. Es actualmente el experto autonómico que representa la posición española en el Clúster de Clima, Energía y Movilidad del Comité de Programa Horizonte Europa. Analizamos en esta entrevista el futuro de la energía en Asturias.
¿Están las empresas asturianas adaptadas a los cambios que vienen en materia energética?
La transición energética hacia un modelo descarbonizado requiere tiempo. Empezó hace décadas y necesitaremos aún muchos años para alcanzar los objetivos fijados. En cada momento se toman decisiones en base al conocimiento existente. Las empresas han hecho cambios tecnológicos y de gestión para adaptarse. Pero es un proceso de mejora continua para competir en mercados globales, así que la necesidad de adaptación es permanente. Si a ello añadimos que la innovación es cada vez más rápida, nos encontramos en un entorno de toma de decisiones complejo.
Por eso es necesario procesar cada vez más información, mirando hacia el interior de la empresa, pero también analizar las tendencias del exterior. Datos que pueden ir desde el comportamiento de la competencia o las cadenas de suministro hasta otros aspectos no conectados con nuestra actividad como la opinión pública o la salud, tal como hemos visto con la pandemia. Creo que las empresas asturianas demuestran capacidad para cambiar y adaptarse, lo que les aporta competitividad y eso le hace estar preparadas.
¿Qué papel ha de jugar la Administración en esta transición energética?
El papel de la Administración es múltiple: rol ejemplarizante e incentivador para abrir mercado a soluciones, servicios y productos; papel de regulador, planificador y garante de buen funcionamiento del sistema; y capacidad sancionadora para desterrar los comportamientos indebidos o contrarios al interés general. Para ello ha de aplicar soluciones en contratación, abrir programas de ayuda, facilitar una fiscalidad adecuada. Haciéndolo directamente y a través de todo el sector público. En los últimos años esto ha permitido modernizar la iluminación pública con tecnología LED, contar con flotas de vehículos más sostenibles o incorporar renovables como ejemplos de inversión pública.
Ahora toca analizar los cambios que se están produciendo y ver cómo aprovechar al máximo los recursos propios de los que disponemos. Por eso se trabaja intensamente en documentos estratégicos que integren modelos de gobernanza. Además, una adecuada digitalización la acercará al ciudadano y a las empresas.
Háblenos un poco del proyecto C-Track50 impulsado por FAEN
Como muchas de las iniciativas en las que FAEN participa, es un proyecto de colaboración con múltiples entidades europeas, intercambiando conocimiento y experiencias. El objetivo es desarrollar modelos para la toma de decisiones y trabajar con ayuntamientos de la región con el objetivo de implantar modelos energéticos sostenibles a nivel local. Para ello la definición de planes locales de acción como herramienta de trabajo.
Estamos trabajando muy de cerca con más de diez ayuntamientos y esperamos que los resultados se plasmen en inversión, empleo mejora energética y ambiental y mejores niveles de gobernanza.
¿Qué oportunidades se abren con el Hidrógeno Verde?
Con el hidrógeno se abren muchas posibilidades, tanto a nivel de conocimiento, empleo o actividad económica. Se trata de un vector energético que puede llegar a la industria, al transporte o a la edificación. Sin embargo, detectamos un fenómeno de concentración de esfuerzos en proyectos de hidrógeno, quizá impulsados por el anuncio de disponibilidad de fondos públicos de apoyo y hay que calibrar muy bien los tiempos en los que se deben desarrollar.
Centrarse ahora en proyectos con electrolizadores de pequeño tamaño, aunque nos aporte referencias industriales y experiencia, puede ser poco competitivo. Pero no hacerlo podría hacernos llegar tarde al mercado. Por otro lado, tratar de escalar los electrolizadores a gran tamaño, como parece que demandará el mercado futuro, puede representar un riesgo inasumible si no contamos con experiencia previa. En definitiva, si el hidrógeno va a ser importante en las necesidades industriales y de transporte de la región debemos tratar de que los desarrollos estén en sintonía y que haya equilibrio en la propuesta de proyectos y en toma de decisiones, sobre todo con fondos públicos.
A la larga hay que tener presente que para producir hidrógeno serán necesarias energía barata y agua, y que el coste del transporte podría no ser determinante a la hora de competir en costes. Es decir, que como con el carbón, el hidrógeno podría acabar llegándonos por los puertos, o podríamos exportarlo si somos competitivos. Con toda esta incertidumbre el riesgo de equivocarse es muy alto, tanto para tomar decisiones de hacer como de no hacer.
¿Qué iniciativas está llevando a cabo el Principado en esta materia?
En este sentido, el Principado ha tratado de mantenerse lo más activo posible, con presencia en plataformas europeas, en las que FAEN ha actuado en su representación, impulsando colaboraciones, alegaciones y propuestas a documentos nacionales y por supuesto, desarrollando la iniciativa H2 ReCoDe, con el objetivo de ofrecer una visión regional de los múltiples proyectos de hidrógeno que se han presentado por las empresas.
En la fase actual de desarrollo del mercado es importante fijar claramente la idea de que Asturias es un Valle de hidrógeno, concepto que se ha formulado a nivel internacional. Una semilla que puede servir para el crecimiento del uso de hidrógeno en otros sectores y actividades en la región, y que a la postre facilite Reactivación, Competitividad y Descarbonización de la economía regional.
Eólica offshore, ¿otra gran oportunidad para Asturias?
El mercado global de eólica marina crecerá significativamente en el mundo en los próximos años. En nuestras costas y en muchos otros lugares del mundo la tecnología que se desarrollará será la flotante. Y eso es casi sinónimo de construir barcos, casi uno por máquina. Es importante posicionarse con referencias industriales, colaboraciones tecnológicas y participación en proyectos. Para ello habrá que facilitar la posibilidad de que las empresas regionales puedan mantener una cartera continua de actividad, sin los altibajos que ha vivido la eólica terrestre.
Capital humano y disponibilidad espacial van a ser factores importantes. En FAEN llevamos años trabajando para identificar especialidades profesionales futuras y para definir espacio marítimo en el que, con la mínima afección a otras actividades existentes como la pesca o la navegación, se puedan desarrollar proyectos demostrativos y comerciales. Será un mercado global importante para Asturias y para todas las regiones cantábricas.
¿Tendrá la geotermia un papel relevante en la estrategia de Asturias hacia esa transición energética?
Sí. La combinación de la electrificación, el uso de recursos renovables, la disponibilidad de recursos como el agua de mina y la centralización de ofertas a través de servicios energéticos abren oportunidades para su desarrollo, sobre todo en edificación, pero también en otros sectores. Disponemos de ejemplos de éxito en Asturias, como la red existente en Mieres y en la que está integrada la climatización de la sede de la Fundación. Son instalaciones referentes para otras regiones europeas que muestran la viabilidad de esta alternativa, en la que se mezcla transición energética, responsabilidad social, y diversificación económica.
¿Puede hacer una predicción para los próximos años en cuanto a la generación de empleo?
Es muy difícil hacer predicciones, sobre todo en un marco de incertidumbre creado por la pandemia. Está claro que el sector perderá a corto plazo empleo directo como consecuencia de cierres de térmicas. El reto estará en sustituirlo por empleo industrial como efecto de la tracción que ejerza la inversión energética y por supuesto, parte en el nuevo modelo energético (movilidad, renovables, almacenamiento, hidrógeno, eficiencia y rehabilitación energética de edificios).
Parece que siempre nos olvidamos del almacenamiento energético...
Es otro de los ejes en los que Asturias debe apuntalar su transición energética. A nivel de red eléctrica se requiere de determinados servicios que es difícil garantizar sólo con renovables. De ello puede depender también parte de la competitividad de las plantas industriales de la región. Así es que este pilar resulta importante. En este sentido se abren diferentes soluciones tecnológicas que podrían estar presentes en el futuro y de las que la región puede sacar partido, bien por la ingeniería, por la fabricación de componentes o por el aprovechamiento de recursos energéticos y materias primas autóctonos.
Para terminar, ¿cuáles son los planes de futuro de FAEN?
Nuestro objetivo es seguir aportando soluciones y proyectos energéticos a la región: hidrógeno, almacenamiento, inteligencia artificial, materias primas, y todo lo que esté ligado a un nuevo modelo energético sostenible e inteligente. Para ello necesitamos la colaboración con todos los agentes, la confianza de empresas en nuestro patronato y por supuesto la posibilidad de seguir ofreciendo colaboraciones a las diferentes administraciones de la región. Cada aportación económica a nuestra actividad tiene un retorno en la región, de forma directa en las entidades que colaboran con nosotros, y sobre todo, en niños, jóvenes y profesionales de la región a los que dedicamos gran parte de nuestra actividad. Cumplimos ahora 20 años. Vamos a por otros 20 de dedicación.