En pleno contexto de adaptación a la nueva movilidad, uno de los puntos prioritarios para el sector de la distribución es impulsar la reconversión y la formación de profesionales capaces de dar respuesta a las exigencias de este nuevo mercado. De hecho, la adecuación de los talleres al vehículo eléctrico evitará la desaparición de un 20% de los negocios posventa de aquí a 2030, fecha en la que el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) aspira a contar con un parque de cinco millones de modelos enchufables.
Así lo han estimado la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor, Reparación y Recambios (GANVAM) y la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE) durante la jornada virtual "El coche eléctrico sí tiene quien lo repare" en la que, apoyados por el director general de Industria y Pyme, Galo Gutiérrez, presentaron el "Cuaderno de recomendaciones para el mantenimiento y reparación de vehículos híbridos y eléctricos".
En palabras de director general de Industria, que confirmó que será el 20 de octubre la fecha en la que se abrirá la ventanilla para la gestión de ayudas del Renove, iniciativas como esta contribuyen al despegue del vehículo eléctrico en un momento en el que la Administración debe acompañar a toda la cadena de valor para ayudarla en esta transición.
Así, este cuaderno de recomendaciones -fruto del Grupo de Trabajo de Movilidad Eléctrica derivado de la alianza entre ambas asociaciones para impulsar el desarrollo de estos vehículos en el parque- será la base de los programas de formación de operarios y jefes de taller, así como la referencia para adecuar los centros de trabajo teniendo en cuenta todo el mapa de riesgos que se deriva de la electromovilidad.
Mediante esta iniciativa, que ha tenido en cuenta las aportaciones de más de 15.000 talleres de todo el territorio nacional, ambas entidades facilitarán la adaptación de los talleres a este nuevo escenario, a la vez que contribuirán a que los usuarios salven uno de los principales obstáculos para la implantación del eléctrico en nuestro país que, junto al precio de adquisición o la ausencia de puntos de recarga suficientes, es la desconfianza en la cualificación de los centros posventa.
Precisamente, una de las claves para facilitar la adaptación de los talleres al vehículo eléctrico recogidas en este cuaderno de recomendaciones es, además de un box eléctrico que elimine por completo los riesgos de la alta tensión, la conveniencia de contar con un punto de recarga rápida que permita validar la intervención realizada, a la vez que posibilite a estos establecimientos ofrecer la carga como servicio adicional a los conductores. Esta adaptación, que necesita del apoyo económico de las administraciones, aceleraría la capilaridad de la red de infraestructuras en más de 40.000 puntos, contribuyendo también a superar otro de los frenos al desarrollo de la movilidad eléctrica.
La experiencia normativa de Alemania y Francia
Dado que no existe en España una normativa que armonice o regule esta adaptación a la movilidad eléctrica, ambas asociaciones se han anticipado tomando como referencia toda la reglamentación actual a nivel nacional referente a talleres e instalaciones eléctricas, así como a infraestructuras de recarga; inspirándose también en las normas relativas a la prevención de riesgos en obras, instalaciones y entornos eléctricos de países vecinos como Alemania y Francia, que se han convertido en los motores europeos de esta industria.
Así, sobre esas bases (detalles de las referencias normativas en el documento anexo), este cuaderno de recomendaciones especifica las medidas de protección y protocolos de seguridad que deben seguir los profesionales al enfrentarse a vehículos de baterías de alto voltaje.
Bomberos y asistencia en carretera, también deben acogerse a estas recomendaciones
En este sentido, la manipulación de los vehículos eléctricos no solo cambia las rutinas de los talleres, sino de cualquier profesional que asista un siniestro en carretera, como pueden ser los servicios de asistencia en carretera o los bomberos, que deberán seguir las pautas específicas contempladas en este cuaderno de recomendaciones asumiendo que la electricidad representa un riesgo invisible, pero siempre presente.