El paro registrado en las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) durante el mes de marzo se incrementó en 302.265 personas respecto al mes anterior, situando el número total de desempleados en 3.548.312. Esta evolución representó un incremento del 9,3% mensual.
En términos anuales, el número de parados inscritos en las oficinas del SEPE en marzo creció en 293.228 personas respecto al mismo mes del año anterior, un 9,0% más. Se trata del primer aumento anual del paro desde septiembre de 2013, mes en el que el incremento anual fue del 0,4%.
De acuerdo con la información del SEPE, es de destacar cómo el grueso de la destrucción de empleo se produjo en la segunda mitad del mes debido a la pandemia de COVID-19 y a las medidas de confinamiento establecidas, ya que durante los primeros 12 días de marzo el número de parados registrados solo se había incrementado en cerca de 2.900 personas.
Según los datos difundidos por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, por sectores cabe señalar cómo el grueso del incremento mensual del paro, en términos absolutos, se concentró en el sector servicios, con un aumento de 206.000 desempleados en marzo respecto al mes anterior (9,0%), aunque en términos porcentuales este avance fue superior en el sector industrial y, sobre todo, en el sector de la construcción, con aumentos mensuales del 9,2% y del 22,9%, respectivamente (incrementos absolutos de 25.000 y 58.000 nuevos parados).
Por otra parte, el número de afiliados a la Seguridad Social constatado a finales del mes de marzo se redujo en 834.000 personas respecto al mes anterior (-4,3%). Un registro nunca antes visto y que se deriva directamente de la situación de excepcionalidad que está atravesando la economía española.
En términos anuales, la disminución fue del 3,4% y 652.000 afiliados menos. El número de contratos registrados durante el mes de marzo ha caído un 26,5% respecto al mismo mes del año anterior.
La pandemia ha impactado en un momento coyuntural especialmente delicado para la economía española, caracterizado por la desaceleración de la actividad estimada para el conjunto del ejercicio.
Además, esta crisis sanitaria se ha desencadenado al comienzo de la temporada alta en algunos sectores clave, como el turismo o la agricultura. Circunstancias que determinan un efecto particularmente negativo de la pandemia sobre el mercado de trabajo español.
Las perspectivas no son optimistas, dada la incertidumbre sobre la duración de la crisis sanitaria y del efecto de las medidas adoptadas para su resolución, cuyo impacto sobre la paralización de una parte relevante de la actividad económica es evidente.
En este escenario, las previsiones para el mes de abril avanzan un empeoramiento del mercado de trabajo español, con un marcado incremento en el paro registrado y un significativo descenso en los afiliados a la Seguridad Social.
Desde la Cámara de Comercio de España se vuelve a llamar la atención sobre la necesidad de una respuesta de la política económica basada en la sanidad, la empresa y el Estado.
La Administración tiene que amparar a los ciudadanos en situación de vulnerabilidad y a las empresas que están inmersas en graves dificultades, ya que son la clave para encarar con éxito las fases posteriores de reconstrucción económica y social de España.
En esta solución, el paraguas europeo es esencial para que nuestro país pueda acometer con firmeza nuevas medidas de apoyo que permitan hacer frente a los devastadores efectos económicos de la pandemia.
En paralelo a la urgencia sanitaria, es el momento de comenzar a pensar en el medio y largo plazo, y diseñar ahora las medidas concretas para la recuperación económica y social.
Las empresas serán claves en el proceso de reconstrucción, por lo que la Cámara de España está trabajando con todas ellas para elaborar un paquete de propuestas que elevará al Gobierno en aras del interés general.