EDICIÓN #14 | REACTIVACIÓN

“Espero que la historia de Asturias sea de reinvención permanente, no nos agarremos al pasado”

Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec, considera que el modelo de globalización "ha sido un gran fracaso"

Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec
photo_camera Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec

Nacido en Oviedo en 1975, Jorge Barrero ha desarrollado su trayectoria profesional ligada a la dinamización empresarial desde la innovación, como consultor, divulgador científico o experto en transferencia de tecnología. Es Licenciado en Bioquímica y Máster en Estudios Multidisciplinares de Ciencia Tecnología y Sociedad por la Universidad de Salamanca. Fue el Director General del Gabinete del Ministerio de Ciencia e Innovación. Desde el año 2015 es el director general de la Fundación Cotec. En los últimos meses ha estado facilitando la conexión entre makers e instituciones para luchar contra la Covid-19.

  • Si hay un colectivo que ha cobrado protagonismo es el movimiento maker, ¿qué valoración podríamos hacer?

Ha sido un cambio de paradigma, o al menos, la validación de un paradigma por el cual ya había muchas personas apostando. No podemos pensar que el ciudadano es un mero receptor de conocimiento e innovación, sino que puede ser un agente activo y en algunas ocasiones el protagonista absoluto de una innovación.

En este caso, se han invertido los flujos tradicionales que se estudian al analizar la innovación, siempre se habla de un flujo de conocimiento "academia-industria-sociedad", eso es lo normal. Lo que no es habitual es que el proceso sea completamente el inverso, que la innovación emerja de ciudadanos voluntarios, que de manera particular se han puesto a diseñar y a fabricar productos. Se ha generado un conocimiento que ha acabado trasladándose a la empresa, inicialmente a la pyme, posteriormente a la gran empresa y finalmente a la academia.

De hecho, ahora es cuando se empiezan a hacer incluso investigaciones sobre respiradores low cost o sobre la ventaja de un determinado diseño frente a otro a nivel académico. Ha sido algo realmente singular y haberlo vivido de cerca ha sido un auténtico privilegio que no vamos a olvidar nunca.

  • Ahora nos toca canalizar esa ciencia e innovación ciudadana, ¿cómo lo podemos hacer?

Es una pregunta que en realidad contiene un dilema porque en la medida en que lo voluntario, lo social, o lo espontáneo se institucionaliza pierde un poco de su frescura, pero a la vez, es esencial que este "ejército" espontáneo que ha surgido se organice.

Algunos han descrito la situación que hemos vivido como un paralelismo con lo que ocurrió en las playas de Dunquerque con el rescate de los soldados británicos que, a falta de transporte militar, tuvieron que recurrir a un montón de personas que cedieron sus yates, sus pequeñas embarcaciones pesqueras y cruzaron el canal varias veces para rescatar a sus soldados. Esto es algo parecido, ahora necesitamos nuestro desembarco de Normandía y, evidentemente, para eso es necesaria una planificación y una institucionalización de los procesos que no te va a dar nunca una red de voluntarios.

Seguramente tocará generar una mínima estructura, una asociación que permita estar conectado, no tener que reconstruirse de cero si ocurre algo y que, además, esa red sea una red de conocimiento, que sirva para aprender sobre el propio movimiento. De la noche a la mañana es imposible hacerlo mejor de lo que se ha hecho, pero ahora que hay tiempo, deberíamos intentarlo.

  • La tecnología ha sido el hilo conductor de este movimiento, ¿la actuación de España ante la Covid-19 ha sido mejor gracias a ese uso de la tecnología?

Puede que mi opinión no sea muy objetiva así que recurriré a otras más autorizadas e independientes, cómo puede ser la de la Comisión Europea, que ha señalado la red de Coronavirus Makers como uno de los casos de éxito de gestión de la pandemia.

También me referiré a todos los países que han imitado el movimiento y que han generado plataformas espejo, tanto en la parte de fabricación de EPIS, como en la parte de diseño de respiradores. El movimiento no ha sido útil solamente en España, podríamos decir que ha sido incluso más útil todavía fuera donde han tenido más tiempo para organizarse.

Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec

Jorge Barrero, director general de la Fundación Cotec

 

  • Estos meses cargados de ciencia, innovación y colaboración, ¿pueden suponer un empujón para estos sectores en Asturias?

Asturias ha tenido desde el principio un papel muy relevante, mucho más de lo que le correspondería por su tamaño o por su peso en el sistema de innovación. Esto se debe a una suma de factores que han favorecido esa innovación. En primer lugar, el tamaño de la región que permite que la red se organice de manera más o menos sencilla. En segundo lugar, el hecho de que Asturias no ha tenido en ningún momento una situación muy dramática en sus UCIS.

Aquí ha tenido también un peso muy importante el Gobierno del Principado, y en particular, el consejero Borja Sánchez, que ha estado desde el principio volcado en todo esto. No hay que dejar a un lado la colaboración de la industria asturiana y la flexibilidad que han demostrado las instalaciones fabriles y los centros de innovación como thyssenkrupp, ArcelorMittal... y los centros tecnológicos que tiene Asturias, y en particular, el know-how que tiene en impresión 3D.

En Cotec, cuando tuvimos que seleccionar un partner para desarrollar conocimientos en el ámbito de la impresión 3D, en particular en el ámbito de la propiedad industrial e intelectual en 3D, elegimos a IDONIAL. Estar bien posicionados puede suponer un empuje a favor.

  • En el informe Cotec, Asturias sigue apareciendo a la cola de inversión en I+D+I, ¿crees que esta nueva Consejería de Innovación puede ser la palanca para invertir esta tendencia?

No creo que sea ni condición necesaria ni condición suficiente, es decir, hay Comunidades que van muy bien sin tener una Consejería específica, y hay otras que tienen Consejería y que por desgracia no consiguen salir de su situación endémica de retraso.

En cualquier caso, no se pueden cambiar las cosas si no pruebas soluciones distintas. Para nosotros tener un Consejero que tenga competencias de ciencia, innovación, universidad, y del ámbito digital, es valioso porque es un interlocutor con el que Cotec se sentirá siempre cómodo.

Borja Sánchez, tanto a nivel personal como profesional, reúne condiciones para hacer un buen trabajo y tengo entendido que está ganando un cierto peso, fundamental de cara al Presidente Adrian Barbón. A parte de las competencias, debes demostrar que eres parte de la solución y eso no va sólo de competencias, va de estar en el momento adecuado haciendo lo que se espera de ti.

  • Como comentaba, la industria también ha tenido que aprender en esta pandemia, ¿qué conclusiones sacas?

A escala global ha sido un gran fracaso de los sistemas del modelo de globalización, de fabricación y consumo en cadenas globales de suministro. No sólo porque no llegaban los suministros de las máquinas o de los EPIs que necesitábamos, sino porque tampoco había suficientes componentes, la rotura de stock se produjo en varios eslabones de la cadena.

Aquí hay una gran oportunidad en recuperar una cierta soberanía industrial en Europa. No hablo de proteccionismo, sino de tener una red de seguridad para suministros esenciales y una hoja de ruta para reconvertir en industrias esenciales aquellas que a lo mejor no lo son tanto pero que pueden tener un segundo uso.

Además, creo que esta nueva forma de fabricar, donde hemos convertido miles de pymes y decenas de miles de hogares en HUBs de fabricación, nos tiene que hacer pensar un poco en que esa Cuarta Revolución Industrial va a cambiar las reglas del juego.

Los HUBs industriales ya no tienen tanto sentido, lo tenían en la época de la Segunda Revolución Industrial cuando hacía falta carbón y madera. Se habla de reindustrializar Europa o España, pero es que en realidad podríamos hablar de reindustrializar Asturias, Bilbao o cuatro sitios más que algún día tuvieron industria, porque en realidad el resto de España no la tuvo nunca.

  • Con respecto al medio rural del que nos hablabas antes ¿es la innovación también una oportunidad para su desarrollo?

Nosotros decimos que innovación es todo cambio basado en conocimiento que genera valor, no sólo cambio tecnológico, no sólo conocimiento científico y no sólo valor económico. La supervivencia de un pueblo es hoy sinónimo de que algo se ha hecho bien, ya que realmente en un entorno tan complejo como en el que viven los pueblos, solamente aquellos que tienen la capacidad de reinventarse permanentemente sobreviven a largo plazo. Yo espero que la historia de Asturias sea una historia de reinvención permanente, no nos agarremos al pasado, ahora Asturias tiene otros activos que jugar.

  • ¿Puede la Transición Justa ser esa oportunidad para los pueblos y para Asturias?

Sí, pero de esas dos palabras hay una que es subjetiva y discutible y otra que no. Justa es discutible y subjetiva, transición no lo es. No podemos usar este concepto como un eufemismo para hablar de que no va a cambiar nada, esto se acabó, el carbón se acabó por el bien de todos, contamina muchísimo. Puede que tengamos que hacer una reserva estratégica, pero debemos buscar un futuro alternativo mejor.

  • Para finalizar, ¿podría centrar en un único punto por dónde va a pasar ese futuro de Asturias?

El elemento clave del mundo actual ya no es la materia prima o la energía, lo que marca ahora la diferencia es el talento y las personas. Asturias tiene que contar con los asturianos que están en Asturias, con los no asturianos que están en Asturias y con los asturianos que no están en Asturias. Hay que entender que todo eso es Asturias, y cuando entendamos todo eso debemos poner en juego todo ese activo, que es el talento y el compromiso de la gente para sacar adelante el territorio.