Nos desplazamos hasta La Pipa para charlar con Jesús Templado, director general de Bedrock - Data by design. Este ingeniero mecánico y aeroespacial de 30 años nacido en Gijón, lanzó Bedrock junto a Alex Lawton en julio de 2019. Esta compañía es conocida como una consultora boutique en ciencia de datos e inteligencia artificial y ya ha trabajado con empresas como Bosch, Esteve o Betway entre otras multinacionales.
¿Por qué surge este proyecto?
Cuándo se evalúa por qué surge un proyecto como Bedrock, puede concluirse que muchas organizaciones siguen ancladas en explotar modelos de negocio, hoy por hoy rentables, pero abocados a ser menos competitivos si no se crean los automatismos y eficiencias necesarias.
El día a día operativo al que se enfrentan miles de empresas les impide dedicar la suficiente atención, tiempo y recursos a la innovación, crítica para evolucionar hacia la Industria 4.0. Esta situación, como patología, es común a muchos negocios estables, que están olvidando que la investigación y la innovación son los dos pilares que se requieren para reinventar los modelos de negocio tradicionales.
La ciencia del dato y la IA, ya son un imperativo de supervivencia y evolución para cualquier empresa en cualquier sector. Las organizaciones adversas al cambio terminarán por verse desplazadas si no embeben los datos en el centro de sus productos, servicios e incluso operaciones y la situación de pandemia acelerará este cambio. Toda organización que no invierta recursos dedicados a crecer en estos campos van a sufrir, antes o después, para mantenerse a flote.
Profundizando un poco más, ¿cuál es la misión del proyecto?
Bedrock aspira a ser considerada internacionalmente como la referencia en consultoría de estrategia del sector de los datos y la inteligencia artificial. Bedrock debe, a través de su conocimiento científico estar entre los candidatos a transformar grandes empresas del Ibex35, FTSE o Fortune 500 desde Asturias, dejando huella global, generando conocimiento junto a la universidad, empleo y riqueza en la región. Todo en pro de que Asturias sea un referente dentro de la UE en tecnología, ciencia, sostenibilidad, inclusividad y bienestar social.
Para un gran número de empresas de carácter industrial o tradicional, existe una obvia necesidad de evolución en este campo y disponemos del talento científico y la configuración organizativa para abrir camino en estas áreas.
¿Cómo conseguis crear un impacto positivo en las organizaciones?
Nuestros proyectos están siempre alineados con desafíos reales de nuestros clientes que afectan a la rentabilidad de su negocio de forma directa. Es por esto que diseñamos y desarrollamos soluciones a medida siempre con un enfoque agnóstico en cuanto a la tecnología que empleamos. Así nuestros clientes perciben, y puedan medir, el retorno inmediato de la inversión en esta disciplina que ahora es base indiscutible para el crecimiento de su negocio.
Comúnmente partimos de la automatización de procesos, introduciendo progresivamente mecanismos de explotación de datos en casos de uso concretos hasta que nuestros clientes cuentan con la madurez necesaria, en cuanto a cultura organizacional y tecnología, para ser capaces de adoptar estas prácticas de forma transversal en todas las áreas de la organización.
¿Cómo de importante es la innovación en vuestro sector?
Bedrock no sobreviviría si la innovación y el conocimiento no fuesen nuestros pilares estratégicos dada nuestra tipología del proyecto estándar y el nicho en el que hemos nacido.
Hemos definido roles dentro de la organización que garantizan que en todos nuestros proyectos exista una fase inicial de conceptuación en la que se toma en cuenta tanto la perspectiva del cliente a nivel de individuo como los objetivos y retos globales actuales de la organización. Como consultores neutrales, seleccionamos lo mejor para cada cliente en función de su estado de madurez digital y su necesidad específica, lo que nos empuja a innovar desde dentro, saliendo también al mercado a descubrir, evaluar y testear las tecnologías que mejor se ajusten a cada reto.
Partimos de realizar sesiones formativas, talleres en los que hacemos rondas de entrevistas con las personas, analizamos los procesos de la empresa, los roles de los empleados... A esto le ponemos una capa más humana de lo que realmente necesitaría el negocio. El proyecto solo será un éxito si las personas implicadas tienen herramientas que les ayuden en su día a día para ser más eficientes. La cuestión es entender cómo un mecanismo basado en Ciencia de Datos o IA puede ayudar al negocio en su conjunto.
En la actualidad, ya contamos con apoyo a nivel europeo para potenciar proyectos I+D que afectan a la sociedad pero queremos comunicar a gritos la vocación colaborativa hacia empresas tecnológicas ya establecidas en la región.
Estáis tomando mucho peso en el sector, ¿cómo se explica este crecimiento tan rápido?
En nuestros comienzos no nacimos como una start-up al uso. Bedrock nació en el seno de un grupo empresarial consolidado en términos de reputación y modelo operacional que ya facturaba casi cerca de 80 millones de euros. Esto permitió un crecimiento orgánico constante durante esta primera fase, la plantilla creció paulatinamente y se desarrollaron relaciones comerciales con compañías de renombre también gracias a esta madurez.
Bedrock va por buen camino, ya que, en paralelo al brote de una pandemia mundial y una situación de crisis económica, hemos desarrollado proyectos que han servido para validar un modelo operativo propio y se ha construido una imagen de marca solvente en términos técnicos.
¿Por qué hacerlo desde Asturias?
A pesar de la misión de expansión internacional que nos marcamos desde el primer momento, queremos también lanzar iniciativas de innovación para y desde Asturias.
La empresa, orgullosa de sus orígenes, quiere lograr que Asturias se posicione a nivel global como un referente en el sector. Entendemos que para esto, es fundamental que la Universidad de Oviedo sea un lugar preferente de contratación y formación. Esta universidad promociona docenas de recién titulados técnicos, muy cualificados, evocados a emigrar por falta de existir proyectos de estas características en la región.
Queremos crecer apoyando a organizaciones de la región y de la misma forma queremos también que compañías de la industria asturiana puedan crecer al adoptar capacidades avanzadas y tecnología innovadora.
Creo que hay desconocimiento del ecosistema tecnológico que hay en Asturias, y hay complejo a la hora de contratar servicios. Muchas veces, una empresa grande prefiere buscar una empresa en Madrid para que ejecute estos proyectos ya que, en su opinión, les proporciona más seguridad. Muchas veces, trabajar con pequeñas empresas de la región proporciona una mayor flexibilidad y adaptación al proyecto que si se decide confiar en un gran proveedor tecnológico.
Muchas veces se habla de la dificultad de captar perfiles profesionales en vuestro sector, ¿qué opinión tenéis?
Primero queremos retener talento por ofrecer proyectos interesantes que sean un desafío intelectual y por estar a la vanguardia en tecnologías y metodologías. Pero también queremos atraerlo por ofrecer condiciones salariales alineadas con el mercado internacional, alineadas con un nicho en inminente ebullición. Esto es una premisa inquebrantable del proyecto a todas las escalas de la organización.
No se puede construir un equipo de referencia internacional sin ofrecer unas condiciones acordes al sector y la valía del profesional, independientemente de edad, sexo o lugar de residencia.
Las rebajas de condiciones actuales por el hecho de vivir en Asturias es una práctica que consigue desposicionar a la región y le resta credibilidad. Proyecta complejo de inferioridad y ahuyenta al talento. Consideramos que es una injusta práctica que veremos acentuada en determinadas empresas usando como excusa el momento de crisis.
Una retribución justa repercutirá en que en Asturias se incrementará el poder adquisitivo de la sociedad en general lo cual alimenta una dinámica de crecimiento del conjunto de la economía.
¿Cuáles son los próximos retos de Jesús Templado y de Bedrock?
Por mi rol en la organización, mis retos y los de Bedrock van de la mano. El mayor reto es posicionarnos en un sector de alta complejidad técnica que, aunque está en plena ebullición, en muchas ocasiones genera miedo e incertidumbre.
Por ejemplo, la IA todavía se percibe como una forma de reducir puestos de trabajo y no como la implementación de mecanismos y eficiencias operativas que permiten a los humanos desarrollar tareas donde realmente pueden aportar un valor diferenciador.
Por lo tanto, no se trata sólo de saber entender el negocio de nuestros clientes sino de ser impulsores de principios de formación, gestión del cambio y educación cultural como única forma de ser líderes de la industria para conquistar nuevos horizontes.