EDICIÓN #15 | SEPTIEMBRE

"Tratamos de dar solución a problemas sociales teniendo en cuenta a todos los sectores de la sociedad"

Ramón Rubio, director de la Cátedra MediaLab, busca conseguir que ante un reto la respuesta sea "pregunta a la Universidad de Oviedo, ellos saben cómo"

Ramón Rubio en la entrada del MediaLab, en la Escuela Politécnica de Gijón
photo_camera Ramón Rubio en la entrada del MediaLab, en la Escuela Politécnica de Gijón

Nacido en Gijón en 1974, Ramón Rubio es director de la Cátedra de MediaLab, su último proyecto de un profesor incansable que siempre está disponible ante los retos que surgen como la fabricación de pantallas durante la pandemia, que dio paso a un proyecto solidario de fabricación de mascarillas.

  • Tenéis el reto de ser la semilla para la evolución de la Universidad, ¿cómo evoluciona el cambio?

Desde sus inicios en 2018 el MediaLab ha tratado de ofrecer una imagen diferente de la Universidad. Se trabajó mucho la visión que teníamos a largo plazo y la podríamos resumir en tres pilares: formación transversal, relación empresarial cercana y liderazgo social.

La formación transversal tiene como objetivo tener universitarios que estén a la altura de su tiempo. No son sólo profesionales, sino que conocen los problemas de la sociedad en la que viven. Se trata de formar en liderazgo, trabajo en equipo, iniciativa, gestión de recursos, identificar oportunidades, etc. Nada nuevo que no esté recogido en el marco de competencias emprendedoras de la Unión Europea.

La relación empresa-universidad siempre necesita revisiones. Desde MediaLab acercamos empresas que están en sus primeros años a los estudiantes, a la vez que cerramos proyectos de colaboración que suponen el acercamiento de estudiantes a proyectos reales de empresa: son nuestro "Retos de empresa". Buscamos una relación fluida entre ambas partes.

Por último, el liderazgo social supone que la Universidad participe activamente en buscar soluciones a los problemas en Asturias. ¿Cómo puede la universidad ayudar en tiempos de la COVID-19? ¿Cómo podemos ayudar a universitarios que no quieren marchar de Asturias? ¿Cómo podemos colaborar con entidades como Mar de Niebla que resuelven el problema inmediato de cientos de personas con necesidades? ¿Cómo podemos mejorar el transporte urbano? ¿los problemas sanitarios? Nuestro reto es que ante estas preguntas, la respuesta sea: "pregunta a la Universidad de Oviedo, ellos saben cómo".

Trabajamos en la construcción de estos pilares con metodologías ágiles, desde la innovación abierta, buscando socios y aliados que compartan esta visión. Si queremos ser ejemplo en 2035, hay que dar ejemplo hoy. Así, si queremos que en 2035 la Universidad de Oviedo sea energéticamente independiente, hoy tenemos que estar prototipando. Y lo hacemos. La energía consumida por las cátedras MediaLab y Smart Cities de la Universidad ya se genera de la primera instalación de autoconsumo de la Universidad que se inaugurará en unos días.

  • El MediaLab dispone de varias líneas de conocimiento sobre las que trabajar desde su inicio en 2018, ¿Cómo evolucionan?

Una de las inspiraciones del MediaLab ha sido siempre Hugh Herr y su grupo de investigación en el MIT. Tratamos de implantar esa forma de trabajar y en el inicio planteamos cuatro líneas de trabajo alineadas con la estrategia de especialización inteligente RIS3 que tenía Asturias en ese momento. MediaLab nace con líneas en Destinos turísticos inteligentes, Ingeniería y envejecimiento, Nanomateriales y biomedicina y Naturalizando el diseño. Durante el primer año realizamos jornadas de difusión, talleres, hackatones en cada línea. Es cierto que ahora las líneas se difuminan y ponemos el foco en actividades transversales en que tienen cabida todos a la vez. Quizás fuimos muy ambiciosos al querer replicar una estructura similar a la del MIT Media Lab con los recursos que tenemos. También tenemos en cuenta que la estrategia de especialización se está renovando (Asturias S3) y MediaLab apoyará y se adaptará a las decisiones que tome la consejería sobre el rumbo que debe tomar la región.

  • Habéis sido parte de la red ciudadana de coronavirusmakers, ¿cómo podemos favorecer estas redes ciudadanas de ayuda?

Simplemente preguntándonos: "Con lo que sé y los recursos que tengo, ¿cómo podría yo ayudar?". Responder a esa pregunta es el primer paso. Cientos de personas la respondieron al inicio de la pandemia. Muchas sabían coser, otras tenían una impresora 3d, otras tenían un taxi... Desde un punto de vista individual, la respuesta solidaria en Asturias ha sido impresionante. Pero parece que en tiempo de urgencia es más sencillo hacerse la pregunta. Cuando no estamos en esa situación, ante una llamada a la creación de una red ciudadana con un determinado fin, se responde de otra forma. No hay urgencia, y sin ella no hay tanto interés.

Sin embargo, creo que sí podemos aprovechar el momento para reivindicar lo bien que ha funcionado la innovación abierta. Grupos de diferentes perfiles se han autoorganizado gracias a las redes sociales para ayudar a un sector sanitario desabastecido. Ese modelo de trabajo ha funcionado. Se puede probar esa gestión del conocimiento en otros ámbitos que nos afecten en la ciudad o la región. En MediaLab ya hemos realizado proyectos así en distintos ámbitos.

  • Mezclar Ingeniería y Filosofía ha sido uno de los retos conseguidos por el medialab, ¿qué supuso este evento?

Es el gran ejemplo que tenemos en el MediaLab de formación transversal: sentar a debatir a estudiantes de ingeniería y filosofía. En la Escuela de ingeniería de Gijón se imparte una asignatura de ecodiseño donde las primeras semanas de la asignatura la imparten profesoras de filosofía. La riqueza que supone para los estudiantes año tras año nos impulsó a organizar estas jornadas que han celebrado a principios de marzo la segunda edición.

Ya estamos preparando la tercera. Tenemos un grupo de trabajo que desde el final de la segunda edición se ha reunido cada quince días para preparar un programa para 2021 que abarca ya dos días y en el que trataremos temas como el posthumanismo, capitalismo digital, basura digital o tecnología y desarrollo.

  • Habéis realizado múltiples actividades para repensar Gijón o el Hospital de Cabueñes, ¿Qué conclusiones obtenéis de los mismos?

Lo llamamos retos de la sociedad.

El año pasado celebramos unas jornadas de innovación abierta para repensar la ciudad: participaron escolares de primaria, secundaria, emprendedores, gobierno local y especialistas en temas urbanos con el objetivo de obtener soluciones en formato concepto. La riqueza de las soluciones que surgieron fue tremenda. Así que nos animamos para realizar otro reto a finales de año. En esta ocasión en torno al sector salud. En esta ocasión los proyectos se trabajaron durante tres meses con grupos multidisciplinares. Alguno de ellos sigue trabajando el proyecto y valoran la idea de emprender a partir de esa idea.

Este año hemos trabajado la economía circular desde esta perspectiva de innovación abierta. A pesar de estar limitados por el confinamiento, pudimos generar más de trescientas ideas sostenibles a partir de "Sería maravilloso si en Gijón..."

Ya estamos trabajando en el siguiente reto: "la economía azul", esperemos tener la jornada de difusión a finales de año.

Por cierto, la fundación COTEC nos ha puesto como ejemplo de aplicación de innovación abierta.

  • Julio ha sido un mes intenso en Medialab, cuéntanos los proyectos propuestos.

No sólo julio, todo empezó durante el confinamiento. La Universidad no se puede quedar de brazos cruzados ante la situación social que se vivía y además de participar en el movimiento coronavirusmakers, lanzamos tres proyectos: uno de formación transversal realizado en el mes de mayo. Se impartieron ocho talleres de temas tan diferentes como: ética en la ingeniería, biomimética, Storytelling, microrrelatos, papiroflexia o la Bauhaus. Plantear talleres por videoconferencia fue todo un reto, pero estamos muy contentos con los resultados y de cara al año que viene queremos seguir evolucionando la idea.

El segundo de los proyectos fue el de las mascarillas. En abril de 2020, el grupo de diseño del MediaLab de la Universidad de Oviedo decide iniciar un proyecto solidario con el fin de llevar mascarillas a aquellas organizaciones que las pudieran necesitar. El plan era sencillo: MediaLab facilitaba a un grupo de voluntarios los materiales. Éstos cosían las mascarillas y donaban al menos la mitad. Durante casi dos meses se estuvieron probando los materiales homologados por el Ministerio y diseñando el patrón más sencillo de mascarillas higiénicas reutilizables.  El proyecto se publicita en Asturias a principios de junio y rápidamente se forma un equipo de 200 personas de toda Asturias, que ofrecen su tiempo y su hilo para la elaboración de estas mascarillas. Se desbordaron las previsiones de participación. La firma de un convenio de colaboración con el colegio de diplomados en enfermería de Asturias, CODEPA fue en este momento imprescindible para que el proyecto pueda sobrevivir, pues MediaLab no dispone de recursos materiales para abastecer a voluntarios y a organizaciones.

A principios de septiembre ya se han donado casi mil mascarillas reutilizables que han sido donadas a entidades como: Hogar de San José, Médicos del Mundo, Unidad de Atención Infantil Temprana de Gijón, COCEMFE Asturias o el Albergue Covadonga.

Finalmente, el tercer proyecto que arrancamos en julio trataba de responder a esta pregunta: ¿cómo podemos imaginar una ciudad COVID free con ayuda de la tecnología? Surgieron cuatro proyectos: mejorar las viseras homologadas impresas en 3d, diseñar un higienizador de manos, un contador de personas y un control de luminarias por voz y app móvil. En esta ocasión. La ayuda económica vino de la Fundación Caja Rural de Asturias.

El primero de ellos trata de buscar puntos de mejora a las viseras faciales que tanto se imprimieron durante el confinamiento. Los otros tres han desarrollado ese mes un prototipo que pretendemos instalar en la Universidad de Oviedo a lo largo del año. Los tres están conectados con una base de datos que recoge el número de usos del higienizador, las personas que entran y salen, sus horarios, controlar las luces que están encendidas y apagadas... Ya tenemos los prototipos al 80%, sólo nos queda un pequeño empujón para tener las demostraciones listas.

  • El MBA de Impulsa es un nuevo reto al que te sumas, ¿cómo pueden participar los emprendedores? ¿Cómo es su desarrollo?

El MBA recoge el testigo de tres años de curso experto universitario en startups y da un paso más. Es una aceleración de proyectos de emprendimiento con carácter innovador que este año se enriquece con la colaboración de Tetuan valley y con un consejo asesor formado por Manuel Blanco (Divisadero), Nacho Escudero, Mariel Díaz (Triditive), Pablo Martín (Izertis) y Germán Heredia (Empathy). Este año, MediaLab ha colaborado en la edición del curso experto y estamos encantados de seguir participando en esta nueva orientación.

Los emprendedores se pueden apuntar en la página web: www.impulsamba.com. Deben tener ya una idea de negocio innovador y tan sólo entrarán al programa MBA diez proyectos.

Los proyectos elegidos podrán ir acelerando su idea o negocio durante los seis meses del MBA, recibiendo formación en producto, marketing, dirección y finanzas. La formación será completamente online y todos los proyectos estarán tutorizados por un especialista en el campo.

Creo sinceramente que es una oportunidad enorme para aquellos que tienen una idea ya desarrollada, pero que no conocen mercado: finanzas, marketing, producto, ventas...

  • ¿Algo más?

Hace unos días tuve el placer de conversar con un grupo de makers en la CometCon organizada en Gijón. Siempre me he sentido muy vinculado al movimiento maker y creo que son ejemplo de cómo afrontar los tiempos que vivimos. Muchos autores coinciden en que estamos pasando de un mundo complicado a un mundo complejo. En un mundo complicado, los problemas difíciles, "tan sólo" requieren de mejor formación, pero finalmente se podrán solucionar. En un mundo complejo, existen tantas variables que afectan a los problemas que no podemos prever qué puede ocurrir tras el siguiente paso que demos, y por tanto vivimos en la incertidumbre. El inicio del curso escolar o el mercado laboral, son dos ejemplos de incertidumbre actual. ¿Qué podemos hacer para gestionar esa incertidumbre? Si lo supiéramos no sería incertidumbre, así que no lo sabemos. Pero si podemos gestionarla haciendo experimentos, prototipos, pruebas que exploren futuros escenarios. Creo que así debiéramos hacerlo en educación. Sin embargo se subrayan tan sólo los cambios metodológicos (¡ahora usamos Zoom o Teams!) en lugar de fomentar la experimentación como herramienta para gestionar el mundo en el que vivimos hoy. Los makers saben de incertidumbre. Saben que una ventana abierta les puede estropear cinco horas de impresión, saben que el mismo código, la misma impresora, el mismo modelo, pueden dar lugar a piezas diferentes. Saben que siempre puede salir algo mal, pero su actitud es la de hacer, hacer y volver a hacer. Ojalá podamos imitar en la formación reglada esa actitud.