El pasado 15 de marzo, fecha en la que el Gobierno decretó el estado de alarma y la suspensión de la actividad docente presencial, la Universidad de Oviedo se enfrentó a un reto sin precedentes: el de continuar con la labor de formación superior de casi 24.000 estudiantes mediante medios únicamente telemáticos.
Para afrontar ese desafío contamos, afortunadamente, con los mejores profesionales entre el personal universitario (profesorado y de administración y servicios) y, por supuesto, con estudiantes que dominan las nuevas tecnologías, ávidos de continuar con su formación en aras a salir al mercado laboral con las mejores y más actuales competencias académicas y profesionales.
Aunque la Universidad de Oviedo es una universidad basada principalmente en la interacción – directa y personal – entre todos los colectivos, lo que permite una formación más personalizada atendiendo a la diversidad de nuestro estudiantado, no hay que olvidar el hecho de que las herramientas que precisan los docentes para atender esta docencia presencial, ya llevan años implantadas, tanto la red de internet como las herramientas que hacen posible la comunicación.
En primer lugar, Internet - la red que todos conocemos y utilizamos con normalidad todos los días - nació para poder atender la conexión y el tratamiento masivo de datos de investigadores en diversas partes del mundo. En nuestro país, la primera red de conexión de internet (Red Iris) permitió la conexión entre universidades en aquella época incipiente. Recuerdo aquello años en los que no había proveedores de internet en España, en los cuales el correo electrónico y las páginas web solo podían verse en las instalaciones universitarias, a las que las empresas se acercaban para conocer de primera mano aquella tecnología emergente. Todo esto ocurría en torno a los años 1994-1995, hace ya un cuarto de siglo. Hoy todos disponemos de, al menos, una conexión a internet y no conozco a ningún estudiante que no tenga un teléfono móvil con el que pueda acceder a la misma.
En segundo lugar, las herramientas necesarias para que la comunicación sea posible, es decir, las aplicaciones que puedan servir para sustituir esa formación eminentemente presencial por otra "no presencial", la Universidad de Oviedo lleva desde hace años utilizando un Campus Virtual basado en la plataforma de código abierto Moodle. Esta plataforma da soporte, en la actualidad, a la práctica totalidad de asignaturas que la universidad ofrece a su estudiantado (más de 15.000). Entre sus características más importantes, se destaca su uso multiplataforma (PC, Mac, IOs, Android), su flexibilidad y facilidad para que el profesor incluya actividades para que el estudiante pueda continuar con su formación a distancia: apuntes, videos, cuestionarios, foros, e incluso dispone de incluir videoconferencia en tiempo real a través de la aplicación BigBlueButton.
Adicionalmente, la Universidad de Oviedo dispone de una suscripción anual de productos de Microsoft dirigidos a la comunidad universitaria entre los que se incluye, como parte del paquete de Office 365, la aplicación Teams. Esta aplicación permite una rápida y fácil interacción personal, a través de "equipos de trabajo" formados por estudiantes y profesores, sustituyendo la clase presencial por un aula virtual en la que todos pueden participar y a la cual el profesor puede subir documentos, videos y material docente, entre otras posibilidades. Dado que puede instalarse en cualquier dispositivo – incluidos teléfonos móviles – y hace uso de la nube de Microsoft, las capacidades, versatilidad y robustez de la aplicación y su infraestructura están garantizadas ante un uso intensivo de la misma.
Como conclusión, a lo largo de estos dias se ha podido comprobar que el uso intensivo del Campus Virtual, unido al despliegue de Teams, en la Universidad de Oviedo, está siendo una buena experiencia que ha permitido a toda la comunidad universitaria continuar trabajando desde sus domicilios en las labores de gestión, de formación y de investigación intrínsecas a la institución académica asturiana.