Terminada la inauguración de la Semana Impulso TIC, nos sentamos en los sillones verdes del Espacio Maqua de Avilés y hablamos de informática con el Decano del Colegio Oficial de Graduados en Ingeniería Informática e Ingenieros Técnicos en Informática del Principado.
Bueno, Alberto, cuéntanos, ¿qué supondrá esta edición de la Semana Impulso TIC? ¿Qué se puede uno encontrar en ella?
Volvemos a Avilés. Estructuramos la semana con una serie de conferencias y mesas redondas en torno a la Inteligencia Artificial y la transformación de los negocios, y cómo se utiliza la digitalización en el sector público; la ingeniería informática en el ámbito financiero, donde abordaremos conceptos como la neobanca, por ejemplo; tecnologías de la información y de la comunicación de última generación aplicadas a los negocios; o ciencia y tecnología en femenino para abarcar el tema de la brecha de género, entre otros.
Tras esta edición nos centraremos en buscar espacios de colaboración interdisciplinares en las ingenierías y mirar hacia Europa. Tenemos que empezar a salir y que ellos vengan hacia aquí.
¿Por qué el lema de que informática y negocios son aliados? ¿Cómo va a afectar la Inteligencia Artificial al futuro financiero?
La Inteligencia Artificial en el futuro financiero tendrá y de hecho tiene un impacto inmediato, que es la forma en la que se presta el servicio al consumidor particular. Por ejemplo, se cierran muchas oficinas de los bancos porque la modalidad de banca minorista hacia el ciudadano pasa a tener un formato mucho más digital, y esa IA probablemente permita una serie de productos y servicios que hoy en día no acabamos de ver claros porque estamos en esa fase de definición.
En cuanto a las empresas, evidentemente la IA no solo facilitará la operación financiera como tal una vez que la tienes decidida, sino que con antelación, cuando estás haciendo tu toma de decisiones a la hora de definir cómo financiarte, cuánto, etc, tengas un soporte externo y tomes un determinado camino de forma más informada.
¿Qué valor diferencial tienen en común los premiados?
El valor diferencial que nosotros buscamos es que tengan a lo largo de su trayectoria o en sus proyectos no solo un expertise, un know how importante en informática, sino un compromiso con ella. Por ejemplo Isabel Sevilla, que es una pionera en la informática y lleva implicándose desde que todo esto empezaba y desde que la formación superior convergía a ser reglada realmente; nuestros cibervoluntarios tienen un fortísimo compromiso en contribuir a divulgar la digitalización a segmentos de la sociedad como la gente mayor o los niños, que necesitan un acompañamiento y soporte.
También hiberus tiene una fuerte implicación y una operación en el ámbito de la informática muy transversal; CTIC y su actividad en lo rural, que permiten que las tecnologías sean capilares y lleguen a esas partes de la geografía, a las personas que viven en esas zonas; y el colegio Santo Ángel, el IES Candás y el IES Sánchez Lastra, que tienen tres proyectos relacionados con la informática, aplicados y con un grado de compromiso.
¿De qué manera estas jornadas son importantes para la sociedad asturiana?
Como decano de uno de los colegios, identifico la intención de aportar valor que hay detrás de estas jornadas.
Efectivamente son los informáticos quienes deben esforzarse en comunicar a qué se dedican, cuáles son sus resultados operativos en términos de productos, servicios, cuál es su ingeniería previa, su innovación para la sociedad… No es una profesión que tiene una tradición secular como aquellas dedicadas al Derecho o a la Salud, que la sociedad las reconoce e identifica.
Tenemos que hacer ver a la sociedad los beneficios que aporta la disciplina. La semana es importante por eso, pero además nosotros debemos empeñarnos en mejorar nuestra propia comunicación. Si uno piensa en una película americana de los años 60, 70 y 80, el informático era una persona de bata, con corbata y con un montón de bolígrafos en el bolsillo, que trabajaba en un centro de procesamiento de datos.
De esa imagen hemos evolucionado a otra, a un extremo total: una mujer u hombre en camiseta comiendo fast food en el sótano de un edificio donde solo se puede asegurar que tiene un montón de pantallas, teclados y una conexión de banda ancha muy potente. No. Da igual cómo se vaya vestido, pero la informática es en esencia una ciencia. No puede ser que se genere un estereotipo sobre cómo es el profesional, pues esto dificulta la absorción por parte de la sociedad de cuáles son los productos y servicios con los que la informática puede contribuir a la misma.
Estoy convencido de que parte del problema de la brecha que tenemos viene de ciertas cuestiones de imagen que se deben corregir con el marketing y la comunicación.
¿Qué posibilidades ofrece actualmente Asturias para que crezcan las empresas TIC? ¿Cuáles son los deberes que tiene la región?
Asturias tiene un ecosistema digital en marcha. Tenemos empresas como por ejemplo nuestro patrocinador platino, Ebroker, que tiene un producto en el ámbito de la correduría de seguros realmente interesante y que tiene su centro de negocios localizado en Pravia. Asturias tiene ciertas ventajas porque somos una industria donde el problema no es tanto la producción en cadena sino llegar al momento de producir, ahí es donde tenemos que hacer los esfuerzos.
La orografía asturiana, la distribución poblacional, hace que sea un sitio interesante que tiene cierta idoneidad para poder implantar este tipo de ecosistemas que persigo. De hecho, aquí existen muchas empresas asturianas y multinacionales que ya asentaron los cimientos. Por tanto, creo que además de que Asturias tiene una extensión en kilómetros cuadrados que nos permitiría tener mucha más población, es un sitio interesante por aspectos como el climatológico, que la hacen atractiva.
Deberíamos ser capaces de atraer, con las facilidades que presenta la digitalización, más inversión y sobre todo darnos a conocer en el mundo de las TIC y en otros mundos en Europa. Esperamos que esta semana tenga algún matiz en el futuro europeo.
Muchas empresas siguen diciendo que faltan profesionales. ¿Qué solución se plantea desde los colegios ante este reto?
Los retos más inmediatos de los colegios surgen en base a una afirmación: necesitamos más colegiados. Cuanto mayor nivel de colegiación tengamos, mayor músculo supondrá. No obstante, nosotros a veces en términos absolutos y otras en lo que respecta a la población, somos tanto COIIPA como CITIPA de los colegios más grandes de España.
Pero hay que hacer un trabajo y ser capaces de llegar a los nuevos egresados para conseguir que la informática entre en un marco de nivelación comparable a otras ingenierías. Hay que tratar de que la informática esté en un nivel competencial y de regulación a la altura de otras disciplinas más antiguas y consolidadas; y hay que hacerlo no solo a nivel de España sino de Europa, con las actividades de comunicación que se hacen tanto a las personas más jóvenes que van a decidir su futuro como a las personas mayores a quienes se les viene la digitalización encima.
Esas acciones tienen que ir creciendo y buscando vectores de acción para conseguir que estudie, una parte importante de la población, ingeniería informática.
De todos modos pienso que los tiempos y la evolución humana tienen sus momentos. Ahora mismo estamos en una revolución importante y quizá en ellas se producen desajustes en la oferta y la demanda, así como en el número de profesionales. Ahora mismo está habiendo una digitalización muy intensa y se producen esos desajustes, pero todo irá convergiendo.