Nacido en Oviedo en 1979, Iván Aitor Lucas del Amo cursó sus estudios en Ingeniería Superior Industrial en la especialidad de Organización Industrial y en el Máster en Gestión de Proyectos de tecnología de la información. Cuenta con una amplia trayectoria en gestión de proyectos internacionales y de fondos europeos, así como experiencia docente acreditada de más de 3.000 horas en materia de Nuevas Tecnologías, Innovación y Consolidación Empresarial, Nuevos Modelos de Negocio, BIG Data y Seguridad Informática para diferentes entidades. Desde septiembre de 2019, forma parte de la Consejería de Ciencia, Innovación y Universidad capitaneada por Borja Sánchez que ha cobrado especial relevancia por sus actuaciones y proyectos frente a la Covid-19.
¿Qué objetivos y fechas se marca el Consejo Asturiano de Ciencia, Tecnología e Innovación?
Los integrantes de este Consejo no tienen remuneración ninguna, y lo quiero dejar claro porque creo que es importante trasladar a la ciudadanía que hay personas que ejercen un trabajo voluntario para mejorar la región en la que vivimos. Provienen del ámbito empresarial, académico, educativo, formativo... En los próximos días tendremos ciertos documentos elaborados de trabajo donde esos miembros integrantes han podido participar. De hecho, ya tiene borradores que podrán nutrir con sus aportaciones, esperamos que a final de año tengamos una primera aproximación.
De ahí saldrán grupos de trabajo específicos por áreas y sectores, y un grupo de trabajo específico que tendrá una labor: evaluar la ejecución del Plan de Ciencia y Tecnología del Principado de Asturias. No es una vinculación cerrada, sino que es una orientación que se marca el Gobierno junto con los agentes sociales. Queremos que sirva de base para el siguiente Plan de Ciencia y Tecnología, que tiene que ir relacionado con el del Gobierno de España, y que a su vez va alineado con las estrategias europeas y las líneas maestras por las que se van a trasladar los fondos.
¿Cree que falta comunicación entre Administración, grupos investigadores, centros de I+D+i y empresas?
Sí, creo que no es óptima. Tenemos margen de mejora, en este último año hemos podido ir cambiando alguna inercia que encontramos más adecuada a la participación público-privada y a la participación de todo el ecosistema de I+D+i. Europa nos está diciendo por qué caminos hay que ir. Nos podemos encontrar una separación entre la investigación y el mercado, y hace falta unirla. A veces el conocimiento y la necesidad empresarial no encaja o no hemos sabido ver ese encaje.
Durante este año, hemos estado trabajando para dotar al ecosistema de esos engranajes necesarios, pudimos ver cómo en cuestión de tiempo récord se consiguió organizar cadenas de valor completas, Asturias consiguió liderar esta generación de cadenas de valor. Hemos avanzado mucho en estos 4 meses, se podría decir que hemos avanzado un año por mes. Esto ha sido una prueba de fuego para la sociedad, por desgracia acompañada de una terrible pandemia que obviamente jamás hubiéramos querido, pero yo quiero ver el único lado positivo que le encuentro, que es avanzar como sociedad en este aspecto.
¿Qué nos puede adelantar de la Estrategia de Transformación Digital que están preparando?
Queremos que participen las empresas, las instituciones, las administraciones locales, la ciudadanía, el sector tecnológico y por supuesto el académico. Queremos lanzar 6 áreas de estudio o análisis. Por un lado, la conectividad, es decir, qué implica esa conectividad y que vamos a demandar como sociedad y requerir el día de mañana. Por otro lado, queremos lanzar también un área de reflexión y de encuentro sobre la educación, es decir, qué vamos a necesitar para formar al ciudadano del futuro.
La universidad, por ejemplo, va dando pasos para ese acomodo a las nuevas necesidades que va a requerir la empresa, pero de ahí a que salga la primera persona graduada con estos estudios van a pasar unos años. Queremos preguntar a las empresas y asociaciones empresariales qué necesidades tienen como empresas, hacia dónde necesitan ir y qué requerimientos pueden surgirles.
Hay que evitar que la ciudadanía sufra una ruptura digital. La transformación digital es imparable, siempre se va a dar un porcentaje de gente que se vaya a quedar atrás o tenga más riesgo, hay que luchar para que ese porcentaje sea el menor posible.
Háblenos un poco más de esa apuesta del Principado por la conectividad...
Para nosotros, desde que entramos en septiembre de 2019, la conectividad ha sido primordial, se ha convertido en un eje de trabajo en el que no escatimaremos ningún tipo de recurso para lograr una Asturias hiperconectada. En la actualidad, está vigente el Plan de Extensión de Banda Ancha de Nueva Generación del 2019 que obviamente sufrirá retrasos ya que tenía que haberse desplegado a lo largo del 2020. El PEBA 2020 se desplegará a lo largo del próximo año.
Las previsiones que manejamos es que probablemente en torno al 3% de población en Asturias podría quedar en "zona blanca", aquella que está por debajo de 30MB de conexión. También hay que decir que se desarrollarán conexiones y despliegues privados y de los propios operadores, es decir, aquellos no subvencionados por el plan PEBA. Hemos conseguido dotar al plan PEBA con más de 9.5 millones de euros para subvencionar a los operadores con Fondos Estructurales Europeos.
Esta operación que parece que lleva 5 minutos nos ha llevado meses de trabajo. Esto hace que nos pongamos a la cabeza. Va a haber unas 48.000 unidades inmobiliarias desplegadas con fibra óptica, y estamos hablando de que va a tener una importancia para unas 150.000 personas teniendo en cuenta que son 2-3 personas por unidad inmobiliaria. Obviamente eso nos coloca hacia el objetivo de la Asturias hiperconectada.
Pensando en el futuro, ¿podría convertirse Asturias en un paraíso digital?
Yo creo que Asturias podría llegar a ser ese paraíso de pruebas, un paraíso sumamente interesante para poder desarrollarlo. Tenemos mimbres, capacidades, hemos avanzado mucho. Fijaos que entre estos dos últimos PEBA, el 19 y el 20, estamos hablando de unas 80.000 unidades inmobiliarias. Eso es muchísima gente saliendo de zona blanca y metiéndose con fibra óptica. Hemos hecho grandes despliegues y más que se van a seguir haciendo.
Asturias camina hacia eso, hacia ser un hub digital, un paraíso digital donde podamos hacer nuestras pruebas. Estamos dando pasos con la cátedra 5G donde vamos a hacer ese pequeño laboratorio abierto uniendo ecosistema formativo de universidad con ecosistema empresarial. Esta cátedra pone a la vanguardia a nuestra Universidad en unas áreas y a Asturias en otras, eso no lo tenemos en ningún sitio. Esa unión entre lo académico y lo profesional solo se está dando aquí. Queremos poner a Asturias donde se merece y hacer de ella un atractor digital y un atractivo de tecnologías y de empresas.
En Asturias contamos con un buen número de empresas tecnológicas que podrían ayudar a digitalizar y transformar digitalmente la región, ¿se contempla llevar a cabo actuaciones y proyectos de la mano de estas empresas?
Por supuesto. Llevamos la colaboración público-privada en el ADN. En Asturias hay más de 8600 profesionales trabajando en el ámbito de las nuevas tecnologías. Proporcionan algo más del 2,3% de empleo de la región. Es un empleo donde el 70-75% es estable, indefinido o de larga duración. Es decir, vemos ciertos puntos que hacen muy interesante el sector tecnológico en Asturias. Tenemos multinacionales de muchísimos países afincadas aquí con centros de desarrollo. Contamos con una Universidad puntera dentro del ránking de Shanghai de las 500 universidades más importantes del mundo.
Tenemos empresas históricas y otras más modernas que están cotizadas en el mercado secundario bursátil. Para que os hagáis una idea, la Milla del Conocimiento de Gijón genera más o menos el 25% del PIB de la ciudad. Estamos hablando de que una ciudad como Gijón tiene casi más PIB asociado a las nuevas tecnologías que por cualquier otra parte económica.
Tenemos ciertos mimbres que nos hacen pensar en las grandes posibilidades que esto tiene. Ámbitos de mejora en grande y mediana empresa, que obviamente pueden apoyarse en estas empresas. Muchas de las empresas asturianas están presentes por medio mundo con delegaciones y oficinas por un sinfín de países que casi no podría ni enumerar y seguramente me dejaría alguno. Sin duda contaremos con estas empresas para desarrollar nuestros planes.
¿Cómo puede absorber Asturias las ayudas dirigidas a la ciencia, innovación e investigación que llegan desde la Unión Europea?
La absorción de estas ayudas va a venir de dos vías: una va a ser de la colaboración público-privada con proyectos estratégicos para la región, que obviamente serán de gran envergadura con generación de empleo, estabilidad de ese empleo y con todos los ítems que marca la Unión Europea. Y la otra parte, vendrá por una dotación presupuestaria a mayores en líneas ya existentes o líneas presupuestarias nuevas y proyectos nuevos. Yo quiero que las empresas empiecen a ser permeables las unas con las otras y empiecen a ver que Europa nos dice que tenemos que colaborar entre nosotros. Por tanto, creo que esa simbiosis entre pequeña y gran empresa es natural. Son cosas que nos trae la nueva sociedad y que ya hemos visto.
Es decir, no es algo que sólo vaya a pasar en el mundo empresarial, sino que esto también pasa en el mundo social. Estas situaciones han venido para quedarse, la empresa tiene que escuchar y aprender, y por supuesto la Administración también, empresa y Administración tienen que ir de la mano. Estamos en el buen camino, Asturias está bien posicionada, está haciendo los deberes a nivel público y privado.
Cuando vengan esos fondos, vamos a estar preparados para poder correr esa maratón, eso es lo que nos propusimos en septiembre del año pasado cuando no sabíamos nada de la Covid-19. Yo creo que hemos ido entrenando, es verdad que hemos tenido que cambiar de pista y de zapatillas a lo largo de estos meses, pero realmente creo que seguimos con un buen ecosistema más afinado y con mayor capacidad de absorción que hace un año.
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