Para algunas empresas pequeñas, la supervivencia pasa por la especialización. Así lo ven en UROMAC, una empresa fundada en 1991 centrada en el diseño y fabricación de maquinaria para sectores tan exigentes como el militar, minería, forestal, construcción y ferrocarril. Esta compañía asturiana operaba principalmente en el sector construcción y obra pública nacional pero con la llegada de la crisis inmobiliaria en 2008, este sector dejó de ser tan relevante lo que produjo una progresiva reconversión de la compañía que la llevaría a su situación actual: abrirse totalmente a un mercado internacional, reconvertirse al sector ferroviario y trabajar por proyectos, dejando atrás la producción en serie. Esta misma semana, UROMAC cumple 30 años con una marcada filosofía: "hacer productos a medida y ultraespecializados para ser más competitivos en mercados internacionales".
No es de extrañar que esta especialización en el sector ferroviario, sumado al gran esfuerzo y trabajo de todo el equipo, les haya abierto las puertas de mercados extranjeros, de hecho, aproximadamente el 80% de su facturación se realiza fuera de España. Esta firme apuesta por la internacionalización ha llevado a UROMAC a desarrollar productos personalizados para el tranvía de París, la línea de alta velocidad de La Meca o en Doha donde todos los vehículos de rescate y mantenimiento están fabricados por la compañía asturiana. Además de estos proyectos ya asentados, recientemente han conseguido un importante contrato en India, un mercado muy difícil que según explican desde la compañía "es muy atractivo por su red de ferrocarriles".
Apuesta por la innovación y la especialización
La innovación se ha convertido en la piedra angular de cualquier compañía, en el caso de UROMAC, "la innovación consiste en desarrollar productos a medida muy especializados y con alto valor añadido. UROMAC se centra no sólo en la mejora continua de los productos ya existentes sino también en el desarrollo de otros nuevos.", explica Javier Fernández-Catuxo, Director General de UROMAC. Lo cierto es que el departamento de ingeniería de la empresa está cobrando cada vez más importancia, "somos integradores de tecnología, identificamos las tecnologías del mercado, las estudiamos en cada caso y las integramos de manera eficaz en nuestros productos", subraya Javier.
La movilidad está cambiando y en UROMAC son plenamente conscientes de ello, por este motivo, ya están estudiando como adaptarse hacia una movilidad más sostenible. Concretamente, tienen previsto adecuar y ampliar su fábrica ubicada en Castropol con el fin de adaptarse a las nuevas necesidades del mercado mediante "propulsiones híbridas y eléctricas diseñadas a medida ".
A este desarrollo, adaptación y crecimiento continuo, también ha contribuido el IDEPA que en los últimos años ha apoyado a la compañía con ayudas a la inversión e innovación. "Tenemos una gran relación con el IDEPA, siempre nos han apoyado. Además, nos han ayudado con la labor de asesoramiento en fases iniciales", asegura Fernández-Catuxo. El futuro parece prometedor para esta empresa asturiana que en corto plazo tiene previsto aumentar su plantilla, instalaciones y facturación. "Nuestros retos se basan en continuar con la especialización de productos, afianzarnos en los nichos de ferrocarril urbano, como tranvía y metro, y empezar con la transición hacia una movilidad más sostenible", señala Javier.