Comprender y conocer mejor la relación existente entre contaminación atmosférica y COVID-19 en una triple vertiente es el objetivo principal de uno de los veinte proyectos seleccionados por la Fundación BBVA para estudiar diversas facetas de la pandemia de COVID-19, liderado por el catedrático del Departamento de Ingenierías Química y Biomolecular de la Universidad de Cantabria (UC), Ignacio Fernández Olmo, investigador del grupo de I+D+i Desarrollo de Procesos Químicos y Control de Contaminantes, DePRO.
Con un presupuesto total de 85.378 euros, el proyecto "Contaminación atmosférica y COVID-19: ¿qué podemos aprender de esta pandemia?" cuenta, además, con la participación de un equipo internacional y multidisciplinar formado por Miguel Santibáñez Margüello, profesor Contratado Doctor del Departamento de Enfermería y responsable del grupo de I+D+i Salud Global (UC); Ana Santurtún Zarrabeitia, profesora Ayudante Doctor del Departamento de Fisiología y Farmacología, área de Medicina Legal. Grupo de I+D+i Biometeorología, GeoBioMet (UC); Laura Ruiz Azcona, profesora asociada del Departamento de Enfermería. Grupo de I+D+i Salud Global (UC); David Carslaw, profesor del Departamento de Química de la Universidad de York, UK; y Paula Santana, profesora de Geografía de la Salud en la Universidad de Coimbra.
En primer lugar, la investigación trata de conocer en qué medida se han modificado los niveles de los principales contaminantes atmosféricos a nivel regional y nacional como consecuencia de la drástica reducción del tráfico y una disminución parcial de la actividad industrial, originada por las restricciones derivadas de la implantación del estado de alarma en España.
En segundo lugar, el investigador principal, Ignacio Fernández, ha señalado que se trata de encontrar asociaciones entre exposición a "determinados contaminantes atmosféricos", especialmente de aquellos que afectan a la función respiratoria y cardiovascular como el material particulado (PM) y óxidos de nitrógeno (NOx), y la propagación del virus, así como con "su gravedad en cuanto al número de hospitalizaciones, ingresos en UCI y tasas de mortalidad".
Por último, investiga el posible papel que puede jugar el PM presente en el aire ambiente, como vector de transmisión del SARS-CoV-2.
En este sentido, la investigadora Ana Santurtún, ha explicado que la tercera vertiente es una "fase experimental", en la que se tomarán "muestras de material particulado tanto en ambientes exteriores como interiores, y en ellas se intentará detectar ARN del SARS-CoV-2", para lo que están comenzando "a poner a punto la técnica en el laboratorio a partir de filtros blancos", ha añadido.
Se trata de una convocatoria especial de Ayudas de la Fundación BBVA dotada con un total de 2,7 millones de euros en la que se evaluaron cerca de los 1.000 proyectos presentados, y en la que cinco comisiones de expertos han acordado la concesión de cuatro ayudas en Biomedicina (250.000 euros por proyecto); cuatro en Big Data e Inteligencia Artificial (150.000 euros por proyecto); cuatro en Ecología y Veterinaria (100.000 euros por proyecto); cuatro en Economía y Ciencias Sociales (100.000 euros por proyecto); y cuatro en Humanidades (75.000 euros por proyecto).
Los veinte proyectos que finalmente se seleccionaron implican a más de 400 investigadores que abordan desde distintos ángulos los mecanismos de la infección, su diagnóstico y tratamiento, así como su impacto psicosocial y económico.