«Tenemos la capacidad de hacerlo de muchas formas. Por supuesto, podemos votar en las urnas y decir a los políticos lo que pensamos sobre la educación, la privacidad, las armas letales autónomas, el desempleo tecnológico y otros asuntos. Pero también votamos todos los días a través de lo que decidimos comprar, las noticias que decidimos consumir, lo que decidimos compartir y el ejemplo que damos con nuestro comportamiento. ¿Queremos ser alguien que interrumpe todas sus conversaciones para mirar su móvil, o alguien que se sienta capaz de usar la tecnología de forma planificada y consciente? ¿Queremos ser dueños de la tecnología o que la tecnología se adueñe de nosotros?». Así termina el libro Vida 3.0. Que significa ser humano en la era de la Inteligencia Artificial de Max Tegmark.
La movilidad, necesita de nuevas soluciones compatibles con la sostenibilidad medioambiental y la integración de las diferentes demandas de los ciudadanos. Esos cambios o movimientos activos ya se están dando a nivel global y en Asturias empieza a llegar la ola. No es un reto sencillo ya que ello conlleva cambios en nuestros hábitos de comportamiento que en ocasiones son difíciles de provocar, aunque las generaciones más jóvenes ya están tomando conciencia de ello con ejemplos como el de la joven sueca Greta Thunberg y el movimiento “Fridays For Future”.
La movilidad necesita de nuevas soluciones compatibles con la sostenibilidad ,medioambiental y la integración de las diferentes demandas de los ciudadanos.
El término “Inteligencia Artificial” fue el más buscado en LinkedIn durante el año 2018 y el uso de esta tecnología ya nos está afectando y nos afectará aún más en nuestro día a día ayudando a conseguir el objetivo de mejorar la sostenibilidad medioambiental. Tanto el aprendizaje automático, las redes neuronales o el procesamiento del lenguaje natural son tecnologías dentro de la inteligencia artificial que bien estructuradas y aplicados nos ayudarán a cumplir los objetivos marcados.
Tenemos que darnos cuenta que al final somos nosotros, humanos, los que debemos provocar el cambio.
En Asturias se están dado pasos hacia la movilidad sostenible con distintos proyectos que se han puesto en marcha en los últimos meses. Organizaciones como Alimerka, ejemplo en la transformación de su flota de vehículos industriales, que ahora son propulsados por GNL (Gas Natural Licuado) que les permite una reducción del 30% de emisiones de CO2. Otro proyecto novedoso que se ha presentado recientemente es Guppy, que ofrecerá una flota de 50 vehículos compartidos 100% eléctricos que unirán Avilés, Gijón y Oviedo con el Aeropuerto de Asturias y otros puntos de interés. Una iniciativa liderada por Grupo Junquera que será pionero del modelo “carsharing” en Asturias. También Tucycle en Gijón, alquiler de bicicletas geolocalizadas que cuenta con una amplia red de estaciones con un total de 150 bicicletas distribuidas por todos los barrios de la ciudad y que es accesible a través de una app que te permite conocer la situación de las bicicletas y acceder a ellas. Y tendremos muchos más seguro en un futuro próximo. Me consta que compañías con implantación global en servicios de movilidad sostenible aterrizarán en nuestro territorio próximamente.
¿Y qué nos aporta la inteligencia artificial en todo este camino? El aprendizaje automático fundamentalmente nos ayuda a encontrar patrones en un conjunto de datos para poder optimizar la toma de decisiones, mientras que las redes neuronales ayudan a ir aprendiendo sobre ese conjunto de datos mientras que el procesamiento del lenguaje natural nos ayudará, entre otras cosas, a automatizar conversaciones o entender otros lenguajes. Si lo llevamos a los ejemplos anteriores de empresas y usos concretos Alimerka podrá optimizar las rutas y carga de su flota logística y los momentos de repostaje de sus vehículos en función de la demanda de sus tiendas, Guppy podrá tomar decisiones de instalación de nuevos puntos de interés para sus vehículos, optimizar tiempos de espera/demanda, y anticiparse al mantenimiento de sus vehículos o Tucycle podrá tener indicadores de uso con los que crear nuevos espacios de carriles bici dentro de las localidades en las que opere. Y todo ello lo podremos activar con nuestra voz a través de nuestros dispositivos móviles.
Tomar conciencia sobre la movilidad sostenible es necesario y la inteligencia artificial será uno de los activadores que nos ayudará en ese camino. Pero tenemos que darnos cuenta que al final somos nosotros, humanos, los que debemos provocar el cambio.