Ingeniero de minas por la Universidad de Oviedo, presidente del Grupo Isastur y vicepresidente de Femetal, por su labor al frente del Grupo Isastur, empresas asturianas especializadas de forma mayoritaria en el sector estratégico de la energía con referentes como ISOTRON, con gran actividad internacional, que ha sufrido una fuerte expansión y da empleo en torno al millar de personas.
Enhorabuena por el premio, ¿cómo te sientes?
Pues muy bien, como es natural. Es un verdadero placer que te hagan un reconocimiento público de este tipo. Además, lo digo sin falsa modestia porque me siento valorado personalmente, pero también entiendo que es un reconocimiento a lo que hicimos juntos mis más directos colaboradores y yo durante todo este tiempo.
Ingeniero, ¿vocacional?, ¿acertaste?
Nunca tuve conciencia de tener una vocación marcada. Pero creo que acerté. Me gusta lo que hacemos los ingenieros. En sentido amplio: abordar problemas técnicos, organizar, normalizar y optimizar procesos, meternos en campos nuevos, etc.
Tengo la suerte de haberlo pasado bien en mi trabajo, no todos los días, pero en general. Cuando era más de estar por así decir en el campo de batalla, y también cuando me tocaron papeles de gestión.
¿Están los ingenieros valorados por la sociedad?
Yo creo que sí. Hay que tener en cuenta que los ingenieros tenemos un campo de trabajo muy amplio, hay ingenieros de muchos tipos, y es difícil encontrar empresas medianas que no tengan ingenieros en diseño, producción, construcción, mantenimiento, etc. Yo creo que es una profesión que tiene prestigio y es respetada en general.
Cuéntanos algo sobre tu puesto
Hace años mi padre me recomendó que leyese un libro de Mintzberg acerca del papel de un gerente. Se describe cómo en realidad no es algo ordenado y académico, y es un rol que no tiene fácil definición. A veces uno termina el día preguntándose qué hizo de provecho.
Digamos que hago un poco de todo. En conjunto, diría que mi papel es más el de contribuir a definir la filosofía de organización, y en poner a disposición de los directivos los datos que les sirvan para la toma de decisiones y la gestión.
Diría también que tengo poco protagonismo directo en las operaciones. Estoy más bien en el back office. Se nota en que no viajo mucho y tengo muchas reuniones, pequeñas y grandes.
¿Cuál es el impacto de la transformación digital en tu día a día?
En ese aspecto, diría que mi papel es algo peculiar. Desde mis inicios en la empresa, hace más de 35 años, me enfoqué en los sistemas de información. Y en eso sigo. Como antes decía, estoy bastante centrado en el manejo de los datos y la organización. Todo ello tiene una relación muy clara con la digitalización.
¿Cómo está evolucionando la automatización industrial?
Empecé hace muchos años en esa área. Pero la verdad es que hace también bastantes que no me ocupo de eso. Ahora oigo hablar del internet de las cosas, la conectividad total, etc. Las cosas están evolucionando sobre todo hacia la integración de elementos susceptibles de ser monitorizados o controlados, la obtención de datos de todo tipo. El reto está en utilizarlos luego adecuadamente.
- ¿Se están integrando las tecnológicas en la industria?
Sí claro. Hay algunos campos en los que la revolución digital tiene aplicaciones más inmediatas. Por ejemplo, la recogida masiva de datos que sirvan para anunciar a los consumidores concretos cosas que sean de su gusto cuando pasan cerca, tiene aplicación para el comercio, la hostelería, etc.
Pero hay muchas otras cosas que se aplican en las industrias. Se me ocurre que se podría pintar del color adecuado un vehículo de una cadena de montaje en cuanto se confirma el pedido del cliente en la otra parte del mundo.
Hace poco leí una frase en ese sentido: todo lo que se pueda automatizar, se automatizará. La industria en general siempre estuvo ahí.
¿Qué valoras más en un proveedor?
No tengo relación directa con el proceso de compras, pero en mi opinión el cumplimiento de compromisos es lo que más valor tiene.
Un consejo para los recién titulados en ingeniería y para aquellos que quieran emprender.
Hace siglos la humanidad miraba al pasado con cierta añoranza, el modelo estaba en el pasado, siempre había habido un año anterior con mejores cosechas. Eso cambió con el auge de las ciencias y la técnica, hace unos cinco o seis siglos. Desde entonces la sociedad tiene la convicción de que el futuro nos depara algo mejor.
A eso nos dedicamos, a construir ese futuro. Les diría que miren al futuro con confianza, que no se aferren a modelos que pueden quedar obsoletos.