Iniciar un negocio siempre es una aventura que empieza con mucha ilusión y algunos miedos. Es comenzar y encontrarse con muchos retos imprevistos.
Hacerlo en el extranjero conlleva más, más de todo; más ilusión, más miedo, más papeleo, más satisfacción, y más beneficio, necesariamente. Uno no monta un negocio fuera o se internacionaliza, o no debería hacerlo, simplemente para sobrevivir. Los errores también suelen salir más caros.
¿Qué problemas he encontrado o encuentro en China?
Para trabajar fuera necesitamos permiso de trabajo y residencia. En los 4 años que llevo allí, su sistema ha mejorado notablemente en rapidez, facilidad para presentar documentación y legalidad. Cuando llegué no se legalizaban los documentos extranjeros en la provincia. Con una traducción cualquiera al chino de documentos y certificados, quedaban legalizados con el sello de la empresa en China, que respondía de que todo fuera verdad. Esto cambió rápido.
Necesitamos una casa. Cada vez que se vuelve al país hay que registrarse en una comisaría local en las primeras 24 horas. Las expectativas personales respecto a la vivienda tienen que estar claras al ir a una inmobiliaria, donde seguramente no hablan inglés. Luego hay que saber cómo pagar los suministros. Algunos sólo pueden comprarse con el equivalente al whatsapp, Wechat. Los impuestos son otra historia.
Al constituir la empresa, cuidado. Porque necesita un domicilio previo, pagar una renta de un lugar que sea legal para la constitución de empresas extranjeras, y porque la localización es muy importante para que el negocio sea visible o tenga caché, o, simplemente, credibilidad.
Las barreras culturales son muy altas y las distancias largas en todos los sentidos. Uno busca clientes y debe adaptarse al mercado local, que hay que estudiar previamente. En Asia, los idiomas, sistemas legales, culturales, burocracias son diferentes. A veces sólo quieren tratar con locales.
Los costes personales también son altos. Estar lejos de familia y amigos, sobre todo para lo malo. Recibir mensajes de fallecimientos en el whatsapp o por email, sabiendo que no podrás llegar para el funeral ni llorar en un hombro de confianza. Cuanto más lejos culturalmente, más difícil, porque las amistades fuera pueden no ser “equivalentes”.
Si tu familia no está es duro. Pero llevársela también conlleva retos. Los colegios adecuados si hay hijos, el trabajo de la pareja, el lugar y los contactos y apoyos locales que pueda haber al instalarse son factores de éxito importantes. Ser mujer puede tener ventajas e inconvenientes. Juegan también las expectativas locales. Y el choque cultural se produce al ir y al volver.
Emprender en el extranjero puede no ser para todo el mundo, pero intentarlo te cambia la vida.