Una empresa, especialmente industrial, se transforma digitalmente únicamente cuando se transforma en sus procesos, en sus experiencias, en los objetivos, en los procedimientos, en la relación con las personas (empleados, clientes y proveedores), cuando evoluciona usando la tecnología digital como un medio, no como un fin en sí mismo.
Para ello, el principal cambio que hay que dar en la empresa que se quiera transformar digitalmente es el del cambio de mentalidad de las personas que lideran la organización.
Una vez conseguido que la dirección de la empresa confíe en la tecnología, y se dé cuenta de que la transformación digital es mucho más que digitalizar, que los rendimientos son a medio/largo plazo, que se va a ganar productividad, que requiere inversión, que hay que centrarse en los objetivos, y en analizar las áreas y qué procesos son los más convenientes de digitalizarse, ahí comenzará el proceso de transformación.
El siguiente paso es la aplicación de la tecnología: deberá buscar a una empresa tecnológica, de las que den confianza, que tengan un equipo profesional detrás con suficiente experiencia en la prestación de servicios en el ámbito de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC), y lo más importante, que tenga un equipo profesional de consultores de calidad (no sólo programadores, sino consultores), que escuchen a la empresa, que entiendan su problemática y que propongan las herramientas digitales más adecuadas a las necesidades del cliente.
En el mundo de las TIC hay algunos vendedores de humo, por lo que hay que elegir bien al socio tecnológico, que será aquella empresa que aporte seriedad, conocimiento y experiencia suficiente para que el proyecto llegue a buen puerto y se cumplan los objetivos de la digitalización de la empresa, que es la transformación digital de la misma de forma eficiente, segura y escalable.
Es un paso muy importante para evitar una involución digital, especialmente importante cuanto mayor es el tamaño de la empresa, mayor la inversión y el riesgo. Hay que escoger siempre a la tecnológica de venta paciente, que aporte compromiso y que acompañe a la empresa que se está transformando digitalmente.
Los cambios digitales generan muchas dudas y reticencias en las organizaciones, especialmente aquellas que están presentes en los sectores más tradicionales como es el caso de la industria. Esas dudas se escalan en vertical en las compañías, desde la dirección al último de los operarios, y los líderes de estas empresas deben inculcar el uso de las nuevas tecnologías a todo el equipo humano de la misma, si es que se quiere transformar digitalmente y no involucionar digitalmente. No hay mayor fracaso digital que el de digitalizarse, y no usar las nuevas herramientas y tener que volver a los métodos anteriores.
Una dirección de la empresa que se haya transformado digitalmente, tendrá una ventaja competitiva inigualable frente a otra que no lo haya hecho, ya que tendrá en tiempo real datos e información fidedigna de su mercado, de sus clientes y del proceso que se encierran en las paredes de sus instalaciones.
Una empresa transformada digitalmente ha puesto al cliente en el centro de su negocio, adaptando su canal de comunicación a los canales y los medios que sus clientes han escogido, mejorando la experiencia del cliente en cada paso, en cada pedido, en cada experiencia, y la empresa digital es la que mejor se adapta al cliente.
Una empresa transformada digitalmente es muchísimo más eficiente y productiva, la hace mucho más competitiva, ya que ha ido sustituyendo aquellos procesos y procedimientos manuales por los digitales, transformando los puestos de trabajo de sus empleados, minimizando la realización de tareas improductivas, manuales y repetitivas.
Esta digitalización de los procesos aporta información y datos de cómo está funcionando la empresa que son vitales para tomar las mejores decisiones, y centrarse en destinar recursos a lo que realmente se necesita mejorar, evitando el uso de la intuición y el talento del líder, sino que ese talento se use para tomar decisiones basadas en datos que nos ha proporcionado la transformación digital.
Una empresa que se ha transformado digitalmente, que ha digitalizado sus procesos, que ha puesto en el centro de su negocio al cliente, que tiene datos masivos de su mercado y de sus clientes, tiene una ventaja competitiva para que las personas que lideran las organizaciones puedan desarrollar nuevos modelos de negocio, adaptándose a los cambios y evoluciones de sus clientes, redefiniendo constantemente el modo en que se relacionan, su modelo de negocio, sus mercados y sus procedimientos.
¿Da miedo la transformación digital? ¿Da miedo el cambio? ¿Hay resistencia al cambio digital? Mucho más miedo da no transformarse digitalmente y que otros lo hagan por ti, antes, más rápido y más eficientes.