La IA fue definida por J. McCarthy en 1956, como “la ciencia e ingeniería de hacer máquinas que se comporten de una forma que llamaríamos inteligente si el humano tuviese ese comportamiento”. La IA es un área de la informática y comparte algunas técnicas con otras disciplinas, como las matemáticas y la estadística o la ciencia cognitiva. Debido a la creciente complejidad de sus aportaciones es cada vez más interdisciplinar, con sinergias con la biología, la filosofía, el mundo del derecho, la psicología, la sociología y la economía.
En este momento, la IA es una de las disciplinas que puede influir más en la rápida transición hacia una nueva sociedad y economía. Es una revolución tecnológica, por lo que España debe involucrarse en el desarrollo de una estrategia de investigación, desarrollo tecnológico e innovación que contribuya a la generación de beneficios económicos y sociales en nuestro país.
El Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades (MCIU), en línea con la Comunicación de 2018 de la Comisión Europea al Parlamento Europeo, al Consejo Europeo, al Consejo y al Comité Económico y Social sobre IA para Europa, y el posterior Plan Coordinado sobre IA, ha trabajado en una Estrategia Española de I+D+I en Inteligencia Artificial. Este Ministerio creó en noviembre de 2018 el GTIA dedicado al diseño de dicha Estrategia.
La Estrategia para la IA en I+D+I de España establece una serie de Prioridades que serán enmarcadas en la nueva Estrategia Española de Ciencia, Tecnología e Innovación (EECTI) 2021-2028 y que deberán ser desarrolladas en iniciativas y actividades definidas y financiadas a través de los Planes Estatales de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECTI), movilizando las sinergias entre los distintos niveles de la administración pública y mediante el codesarrollo del sector público y privado. Es una condición en el desarrollo de las tecnologías y aplicaciones de la IA ligada a esta Estrategia evitar el sesgo negativo y los prejuicios de los que adolece nuestra sociedad, como el de género, raza u otras formas de discriminación, y de los que deberán librarse los sistemas de decisión de la IA.
Igualmente, incluye una serie de Recomendaciones que trascienden la I+D+I y reclaman la presencia de otros sectores y departamentos ministeriales debido a la naturaleza multidisciplinar y trasversal de la IA y la mencionada revolución tecnológica y social que implica. Dentro de éstas conviene remarcar el carácter de eje estratégico de la sociedad española del siglo XXI de la IA. Tras el acuerdo de la Comisión Delegada para Política Científica, Tecnológica y de Innovación para crear un Grupo de Trabajo Interministerial en IA en diciembre de 2018, las Administraciones competentes desarrollarán una Estrategia Nacional para la IA. Esta Estrategia Nacional incluirá ámbitos más allá de la I+D+I, que con toda certeza serán alterados por la entrada de la IA en la sociedad como son el mercado laboral, el modelo educativo, la legislación en vigor y las relaciones dentro de la propia sociedad con los nuevos servicios y sistemas desarrollados.
La Estrategia marca las siguientes Prioridades:
- Lograr una estructura organizativa que permita desarrollar un sistema de I+D+I en IA y medir su impacto.
- Establecer áreas estratégicas en las que es necesario centrar los esfuerzos de las actividades de I+D+I.
- Facilitar la transferencia del conocimiento y su retorno a la sociedad.Planificar las acciones de formación y profesionalización en el ámbito de la IA.
- Desarrollar un ecosistema digital de datos y valorizar las infraestructuras disponibles.
- Analizar la ética de la IA desde la perspectiva de la I+D+I.
La Estrategia realiza las siguientes Recomendaciones:
- Lanzar una Estrategia Nacional para la IA que permita el desarrollo e implementación de medidas específicas dirigidas a los sectores estratégicos nacionales. La evaluación y seguimiento de dichas medidas podrá ser realizada a través de un Observatorio Español de la IA.
- Aprovechar la IA para alcanzar los objetivos marcados en la Agenda 2030.
- Diseñar e Implementar actuaciones específicas que impulsen la transferencia de conocimiento al entorno socioeconómico.
- Lanzar o adaptar los programas de fomento de vocaciones, no limitado a la I+D, así como la atracción, retención y recuperación de talento dirigidas a la IA.
- Usar la IA para garantizar un uso óptimo de los datos abiertos. Crear un Instituto Nacional de Datos que permita planificar y definir una gobernanza sobre los datos procedentes de los diferentes niveles de la Administración Pública.
- Detectar las necesidades de adaptación y mejora de competencias en los distintos niveles de nuestro sistema educativo.
- Velar porque todas las actividades e iniciativas derivadas de los marcos estratégicos enfocados al desarrollo de la IA, así como sus resultados cumplen con los compromisos éticos, legales y sociales de nuestro país y de nuestro entorno europeo.