Rosana Prada nace en Mieres en 1975, es Ingeniera Superior de Minas por la Universidad de Oviedo y su experiencia laboral ha estado ligada al mundo de la energía y la industria en empresas como HUNOSA, Gamesa o la Asociación Eólica del Prinicpado de Asturias, entre otras. Desde enero de 2019 era la responsable de desarrollo de negocio del sector eólico y de la solar zona norte de España de la empresa Capital Energy. En septiembre de 2019 es nombrada directora general de Industria.
Recientemente, el presidente el Principado, Adrián Barbón, anunció que se iba a constituir una comisión para reconstruir la economía asturiana. ¿Qué nos puede comentar de esta comisión?
La verdad es que es una iniciativa que ha tenido el presidente y que es necesaria en estos tiempos, ya era necesario antes, ahora más tras esta crisis con la situación actual de la industria. Esta Comisión, como anunció el presidente, va a estar liderada por el vicepresidente, Juan Cofiño, el Consejero de Infraestructuras, y estará integrada de forma permanente por tres consejeros más: la Consejera de Hacienda, el Consejero de Industria y el Consejero de Ciencia.
En mi opinión, son los 4 pilares fundamentales para lo que pretende esta Comisión, que es contribuir a la reconstrucción de Asturias, a la reactivación. También, de forma no permanente, irá contando con otros miembros que Juan Cofiño irá definiendo. Esta Comisión, se encargará de ver hacia donde hemos de dirigir desde el Gobierno, tanto los recursos como los esfuerzos para lograr reactivar la economía asturiana, ver hacia donde hemos de disponer de todos los fondos que puedan llegar, tanto a nivel europeo como nacional.
¿Cuáles son las claves del Pacto de Concentración Social que están coordinando?
La concertación social es algo que viene de años atrás. La Concertación se crea para hacer una serie de intercambios políticos entre Gobierno como con los agentes sociales. Por supuesto, en el Gobierno del Principado, estamos trabajando diferentes directores generales de manera conjunta con sindicatos, UGT y Comisiones Obreras y con la FADE.
Se trata de llegar a un consenso que nos marque hacia dónde dirigir nuestras políticas en todos los campos: viviendas, educación, sanidad, industria. Concretamente, está formada por cinco grupos de trabajo y una de ellas está dedicada a la industria, por la gran importancia y relevancia que tiene.
El fin es alcanzar consensos, acuerdos, políticas comunes entre las partes y lograr alcanzar los objetivos de impulsar todos los sectores de la región. Existe una novedad en esta concertación, existe un grupo de trabajo destinado de manera exclusiva a materias de igualdad. Esperamos tener próximamente un documento base y a partir de ahí empezar a trabajar todos juntos.
Esta nueva concertación se ha empezado a principios de año, pero con la crisis sanitaria, las circunstancias han cambiado drásticamente y hemos tenido que rehacer los conceptos y empezar a trabajar.
Durante estos meses se ha apuntado a la importacia de la industria para la recuperación y la reconstrucción de la economía asturiana. ¿Qué medidas de calado va a tomar el Principado y la Consejería para el sector?
La propia concertación social va a ser un pilar fundamental en la parte que corresponde a industria, también la Comisión para la Reconstrucción o los Pactos de Fruela. Son tres políticas diferentes, que a la vez tienen que unificar criterios, crear simbiosis entre ellos y retroalimentarse.
En ese sentido, es muy importante la ciencia e innovación; justamente el Presidente creó recientemente una Consejería propia. Hemos de aprovechar la simbiosis que existe entre ciencia e industria, no pueden ir separadas de ninguna manera, mantenemos contactos continuos, grupos de trabajo, y es algo que debe ir de la mano. Sin ciencia, la industria no puede avanzar.
También es importante que se cree una política industrial, ya no a nivel regional, sino a nivel nacional o incluso europeo, y más tras esta situación, que sin esas ayudas no se podrían hacer muchas cosas. Estamos a expensas de esas políticas nacionales y europeas.
Como medidas particulares, reincidimos en lo mismo, la aprobación del estatuto electrointensivo, la implantación de un ajuste en fronteras, la recuperación de la subasta de interrumpibilidad.
¿Consideras que la digitalización de la industria es uno de los principales objetivos?
Es uno de los principales claramente, la industria tradicional como tal debe modernizarse y adaptarse a los nuevos tiempos, o sino el mercado se las come. El proceso de digitalización de la industria es fundamental, ya que esto nos permitirá crear nuevos modelos de producción, nuevos productos, obtener información de los procesos industriales o empresariales que tenemos.
Esto lo que va a hacer es dotar de una serie de ventajas a las empresas, de forma que puedan competir en mejores condiciones, porque sino estarán abocadas a desaparecer. El mercado es cada vez más global, sino se encuentra ya en el máximo de globalidad, pero las ventajas que le va a aportar son indiscutibles ya no solo para sobrevivir, sino para desarrollarse y crecer.
¿Cómo podríamos hacer para que la industria más pequeña se suba al carro de la digitalización?
Está claro que la industria, cuanto mayor es, más medios tiene para adaptarse a esta digitalización y ponerlo en práctica. Las pequeñas se ven más limitadas por los recursos, tanto humanos como económicos. Se trata de crear sinergias entre todas las empresas, de forma que el pequeño se pueda alimentar del grande, y viceversa, en ambos sentidos.
En este sentido, el IDEPA lleva mucho tiempo poniendo en contacto a empresas de todo tipo, de diferentes sectores, de diferentes ramas de actividad, diferentes tamaños, de forma que se puedan retroalimentar. Esa es la manera ya que, si no, una industria pequeña no tiene los recursos suficientes.
¿Cómo se podrán beneficiar empresas como ArcelorMittal, Asturiana de Zinc del nuevo Estatuto Electrointensivo?
El precio eléctrico es algo que nos está lastrando mucho. En Asturias existe un grupo muy grande y muy nutrido de empresas electrointensivas muy grandes e importantes, que tienen una gran aportación al PIB asturiano, pero que tiene el inconveniente del coste eléctrico que soportan.
Hace más de un año que llevamos solicitando que salga, y por fin sale un borrador a principios de año, pero no cumplió las expectativas, ya que quien más lo necesitaba era quien salía más perjudicado, las grandes consumidoras eléctricas.
En ese sentido, presentamos unas alegaciones al Ministerio de Industria y deseamos y esperamos que sean tenidas en cuenta, porque como el Decreto y el Estatuto salgan en las condiciones del borrador, sería peor. Somos optimistas y esperamos que tengan en cuenta y que la rebaja de la factura eléctrica sea mayor de lo que inicialmente recogía ese Estatuto.
¿Qué oportunidades ha detectado desde la Administración para la industria asturiana con la descarbonización y la economía circular?
Se está convirtiendo poco a poco casi en una obligación para nuestras empresas, desde el punto de vista normativo y legal y el de aprovechar las oportunidades. Estás obligado a reducir, lo que implica que tengas opciones para investigar, implantar o fabricar nuevos sistemas.
Por otro lado, la economía circular también es beneficiosa, ya no por lo que representa su implantación, sino por lo que supone una vez está implantada, un abaratamiento de costes, poder reutilizar productos que, en principio, deberán ser gestionados como residuos, tienes la oportunidad de volver a utilizarlos con el abaratamiento que supone tanto en costes como en tiempo.
En digitalización, es una oportunidad para crear sinergias entre diferentes empresas, que lo que una produce que es un residuo, para otra no lo es, y así se unifican las cadenas de valor, abaratando y aprovechando oportunidades.
Hablando de las sinergias, ¿crees que nos falta colaboración entre las empresas? ¿Cómo podríamos mejorar en este sentido?
Estamos intensificando los contactos con las empresas, siempre ha habido fluidez y diálogo, pero estamos tratando de adelantarnos y no esperar a que las empresas vengan a la Administración cuando tengan el problema encima. Mantenemos reuniones periódica que te permiten anticipar. De todas las conversaciones, a partir de algún problema de las empresas, surge una oportunidad de que pueda ser otra empresa la que lo suministre, y así estamos trabajando y avanzando mucho en ese sentido.
En estos meses hemos visto ejemplos de colaboración muy exitosos entre empresas y administraciones, ¿Cómo podríamos hacer para que ese proyecto tan exitoso no sea un hecho aislado y sea un punto de inicio de muchos más?
Es una labor de trabajo de prospección, de mantener trabajo, reuniones y llamadas, algo que seguimos haciendo. La futura implantación de una fábrica de mascarillas en Asturias, que posiblemente esté en funcionamiento en julio, es otra muestra de ello, hay una necesidad, tienes una idea, y empiezas a mover fichas para ver de que manera lo puedes materializar.
¿Cómo podemos hacer para que se nos conozca más fuera y tornemos esta desventaja en ventaja?
Desde siempre en Asturias nos hemos movido bastante en ese sentido. La ubicación territorial, por otro lado, también es ventajosa, ya que tenemos puertos, estamos abiertos hacia Europa, por lo que la situación geográfica la veo más bien como una ventaja.
Por ejemplo, tenemos a Asturex que se encarga del tema de internacionalización y los mercados exteriores de las empresas, está realizando una gran labor desde hace años acompañándolas, abriendo nuevos mercados.
Próximamente vamos a abrir la Oficina de Tracción Industrial, que nos va a permitir hacer una prospección de posibles inversores, de qué manera podemos atraer nuevos proyectos, de una manera más centrada, con una oficina dedicada exclusivamente a eso, que también nos va a abrir nuevas oportunidades.
Uno de los retos actuales tras esta crisis es captar inversores, ¿cómo podemos hacerlo?
La Oficina se encargará precisamente de eso, va a tener una serie de personas destinas a detectar, por un lado, posibles problemas en financiación que tengan nuestras empresas, y la Oficina se encargará de buscar posibles financiaciones de inversores privados, fondos o de cualquier tipo. Por otro lado, ya no buscar financiación para empresas con problemas sino para proyectos futuros.
¿Sobre qué pilares deberíamos asentar nuestra industria?
Personalmente, lo dividiría en dos. Por un lado, la tradicional que hay que modernizar, la electrointensiva, que está muy bien modernizar y traer otras ramas de actividad, pero no podemos olvidar la industria que ya tenemos y que no podemos perder. Debemos conseguir consolidarla y modernizarla, y así evitar que se vaya a otros territorios.
Al final, materiales como el acero o el aluminio son necesarios, y si no se fabrican aquí se hará en otro lugar, por lo que debemos mantenerlo aquí, dándole una estabilidad y unas líneas que le permitan seguir trabajando aquí.En esa línea, el estatuto electrointensivo es fundamental y prioritario. En las líneas de ayuda de compensación de los costes indirectos por emisiones de CO2. El modelo de trabajo es poder modernizar la industria que ya tenemos.
Por otro lado, aprovechar las oportunidades que vienen, la descarbonización, la transición ecológica y energética, buscas un modelo más sostenible medioambientalmente. La digitalización, por supuesto, es fundamental. Buscar nuevos nichos y aumentar la colaboración público-privada, que permitiría proyectos importantes, el incremento en I+D es fundamental, debemos llegar a ese 2%, a través de los centros de I+D de las grandes empresas, que si logramos que las grandes empresas tengan aquí sus centros, tendrá un valor añadido que va a hacer que sigan trabajando aquí, y es prioritario. Hay muchas líneas, y mucho trabajo que hacer, primero mantener las ramas de actividad que ya tenemos modernizadas y, por otro lado, esas nuevas ramas de actividad que nos van a dar valor añadido.