A través de 116 páginas, se repasan las cuestiones ligadas al territorio y movilidad de las personas, los impactos de la movilidad, incluidos los costes sociales, ambientales, de salud y económicos; la transformación del modelo actual y los actores que pueden protagonizarla, así como los ámbitos de actuación, sus prioridades y los distintos sistemas de desplazamiento, para finalmente abordar específicamente los planes de transporte al trabajo y su manera de implantarlos.
A continuación, os resumimos algunos de los aspectos más destacados de este informe.
Los criterios de planificación territorial y urbanística
La superficie urbanizada en España supera el 2,5 % del territorio (2011). Un 56 % es urbano, un 19% son zonas comerciales e industriales y un 6 % infraestructuras. Un 6 % está en construcción y un 5 % son zonas verdes artificiales.
La movilidad de los trabajadores/as tiene un peso muy elevado sobre el conjunto de la movilidad colectiva. Esto explica los impactos ambientales, sociales y económicos que se derivan cuando gran parte de los desplazamientos se realizan en medios de transporte ineficientes y contaminantes, como el automóvil privado.
El parque de vehículos y el censo de conductores en España ha ido en aumento en los últimos años, lo que pone de manifiesto la dependencia de los vehículos a motor en la movilidad cotidiana de los ciudadanos.
En 2016, el parque de vehículos a motor en España superaba los 32,1 millones; un 71 % eran turismos. El censo de conductores casi se ha duplicado en sólo 25 años.
Los impactos de la movilidad insostenible
Las congestiones viarias que se producen diariamente en las ciudades y los centros de actividad económica conllevan una pérdida significativa de tiempo que afectan tanto a la competitividad de las empresas, como al salario y el bienestar de las trabajadoras y trabajadores.
Los conductores españoles pierden, en algunas ciudades, más de 100 horas al año en congestiones de tráfico. Barcelona lidera la lista de ciudades más congestionadas, con unas 119 horas anuales.
Un 90% de la población urbana de la Unión Europea está expuesta a niveles de contaminación nocivos. Unas 430.000 muertes prematuras son atribuibles sobre todo a las partículas finas (alrededor de 31.000 en España)
El 94 % de las emisiones de gases de efecto invernadero del sector del transporte en la Unión Europea se deben a la movilidad por carretera. En España, el transporte emite el 30,3 % del CO2 total.
Las bases de una nueva economía: cambio de modelo
Es posible sentar las bases de una nueva economía que no tenga un nivel de dependencia tan elevado de la industria del automóvil privado como el que ha tenido hasta el momento, sino que se asiente en la potenciación de aquellas empresas (tanto fabricantes como de servicios) que centren su actividad en la movilidad sostenible.
Si bien la Estrategia Española de la Movilidad Sostenible y la Ley de Economía Sostenible apuestan por promover un nuevo modelo de movilidad más eficiente, seguro y saludable, y proporcionan un marco de objetivos, directrices y medidas de actuación para abordar de manera integral la cuestión, queda todavía mucho camino por recorrer en lo que se refiere a la movilidad cotidiana de las personas trabajadoras.
Avanzar hacia un modelo de movilidad más sostenible y seguro para los trabajadores y trabajadoras es una responsabilidad compartida. La mayoría de las actuaciones que pueden llevarse a cabo no dependen de un sólo actor social o económico, sino que exigen la colaboración y cooperación activa de todos los sectores implicados.
¿En qué cuestiones estratégicas se tiene que actuar?
- El cambio de hábitos colectivos: dar a los ciudadanos información, conocimiento e instrumentos para el cambio modal contribuye a reciclar los hábitos y comportamientos anclados en modelos insostenibles. El objetivo no debe ser estigmatizar el automóvil y su uso, sino introducir nuevas perspectivas y formas de entender la movilidad cotidiana.
- La movilidad a pie y en bicicleta: caminar es el medio de desplazamiento natural de las personas –con las limitaciones físicas que puedan existir en determinados casos y etapas de la vida–, y el que se utiliza en alguna etapa de todos los viajes cotidianos, sea cual sea el medio de transporte preferente. Promover el caminar y el uso de la bicicleta por parte de los trabajadores/ as contribuye a reducir el tráfico a motor y mejora la salud física.
- El transporte público colectivo y de empresa: El transporte público colectivo y el transporte de empresa son una alternativa real al vehículo privado a motor cuando los itinerarios de las líneas, la frecuencia y los horarios están adaptadas a las necesidades de los trabajadores/as y el servicio puede competir en igualdad de condiciones.
- El uso eficiente del automóvil: Compartir el coche o fomentar el uso de los vehículos multiusuario contribuye a realizar un uso más eficiente del vehículo privado y reduce los costes económicos de su uso cotidiano individual o a su tenencia en propiedad.
¿Cómo implantar un nuevo modelo de movilidad en la empresa?
El Plan de Transporte al Trabajo (PTT) de empresa es un instrumento de consenso y concertación cuyo propósito es impulsar políticas y actuaciones que preserven el derecho a una accesibilidad sostenible y segura de todas las personas a su lugar de trabajo.
El análisis de la situación de una empresa o centro de actividad económica en lo que se refiere a la accesibilidad de los trabajadores/as, es el punto de partida del proceso de implantación de un plan de acción para avanzar hacia un modelo más eficiente, saludable y seguro.
Un PTT -y, más concretamente, su plan de acción- es, ante todo, un documento vivo, flexible y abierto que debe ser reformulado de manera periódica para adaptarse a la realidad cambiante, incluso, si es necesario, en los valores y principios que lo impulsan.
A pesar de las dificultades que existen en España para impulsar medidas a favor de un modelo de movilidad de los trabajadores/as más sostenible, cada vez existen más experiencias y buenas prácticas, impulsadas tanto en el sector público como en el privado, que ponen en evidencia los beneficios que se consiguen actuando en el marco de la nueva cultura de la movilidad.
En conclusión, ha de existir un consenso como punto de partida para una nueva cultura de la movilidad, diseñar una estrategia de movilidad sostenible unificada y una planificación integrada del territorio, el entorno urbano y la movilidad. A su vez, ha de existir un fuerte compromiso por parte de las empresas y una participación activa de los trabajadores.