El presidente de UNESID, Bernardo Velázquez señaló en el día de ayer, a lo largo de su intervención durante la 52 Junta General, el impacto que las relaciones internacionales, y en particular la guerra comercial entre EE.UU. y China, tienen para Europa y para nuestro país.
Durante los peores momentos de la pandemia de la Covid-19, la industria siderúrgica ha mantenido las fábricas abiertas contribuyendo a proveer a fabricantes de productos esenciales. Bernardo Velázquez, señalo que "la actividad industrial ha demostrado ser en tiempos de crisis un soporte de la vida económica, y la ciudadanía le ha reconocido su valor. Pero aun así, el nivel de funcionamiento de nuestra industria ha tenido que reducirse dada la paralización o la brusca bajada de fabricación de muchos de los sectores que consumen acero o productos de primera transformación".
En abril y mayo la caída de la producción de acero estuvo alrededor del 45% comparada con los mismos meses de 2019. Y pese a que en mayo se apreciaba un cierto arranque con respecto a abril, todavía se encuentra muy lejos de la aspiración en una situación normal.
Medidas propuestas al Gobierno
UNESID, junto con CCOO Industria y UGT-FICA, ha dirigido una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostrando la necesidad imperiosa de adoptar medidas que eliminen la brecha competitiva que genera en la siderurgia el precio de la electricidad.
En la carta, se proponen al Gobierno medidas concretas, como son la dotación efectiva de la compensación por los sobrecostes eléctricos derivados del CO2, la convocatoria de una nueva subasta de interrumpibilidad, y aprovechar los fondos de formación para la imprescindible transición a una siderurgia descarbonizada, y, finalmente, la aprobación urgente de un estatuto del consumidor electrointensivo que garantice una solución real, normativa y de futuro a la industria siderúrgica española.
Con estas condiciones, y de cara a la recuperación, la industria siderúrgica solo necesita un tratamiento similar al que dan los países europeos que compiten directamente con nosotros. El nivel de ayudas –siempre temporales– debe ser análogo para las industrias de los distintos países europeos. Y es absolutamente necesario acabar con las diferencias entre el precio de la electricidad que se paga en España y el que pagan en países de referencia de la Unión Europea, en particular Francia y Alemania. "Un país sin acero se convierte, inevitablemente en un país sin industria", señaló Velázquez.
UNESID confía en que el Gobierno ponga en marcha las medidas comprometidas para el logro de un precio competitivo de la energía eléctrica que favorezca la competitividad del sector y de la actividad industrial en España.
En el pasado ejercicio, UNESID aprobó un firme compromiso para alcanzar la descarbonización total del acero producido en España en 2050, pero solo se conseguirá si las condiciones regulatorias lo permiten. Solo desde esa base, conseguiremos seguir produciendo acero en España, generar riqueza y prosperidad a la sociedad española y obtener un beneficio para el planeta.