Hola, Félix, buenas tardes. Ante todo, muchas gracias por recibirnos en tu casa. Queremos saber un poco más sobre ti, cuéntanos quién es Félix Baragaño.
Soy empresario de segunda generación, de familia empresaria por ambas partes, por lo que puede decirse que estaba predestinado a dedicarme a esto (risas). Estoy casado, tengo dos hijos que están empezando la universidad y me considero una persona familiar, aunque dedico la mayor parte de mi tiempo al ámbito de la empresa y, por supuesto, al cargo que desempeño en la Cámara de Comercio de Gijón.
Nos gustaría conocer tu trayectoria profesional.
Estudié ingeniería industrial, y cuando terminé quise seguir la trayectoria paterna y me incorporé a la empresa familiar en el año 1985. A los dos años, la muerte de mi padre precipitó que tuviera que asumir la dirección de la empresa, todo un reto, no exento de complejidad, dada mi aún escasa experiencia. En 1992, un año de crisis, desarrollé mi primer proyecto empresarial de importancia, consistente en montar una planta de granallado y prepintado de chapa gruesa, en las antiguas naves de Laminación Oeste en Ensidesa. Nuestra empresa era pequeña y tuvimos que invertir mucho dinero, fue un reto muy ambicioso. Recuerdo que me tocó hacer de todo: negociar con el cliente y con los bancos, desarrollar la ingeniería del proyecto, dirigir la obra... Lo cierto es que la instalación tuvo una buena acogida en el mercado y a partir de ahí fuimos desarrollando otros muchos proyectos e integrándonos además en sectores distintos, tanto en España como en otros países. Después, entre 2010 y 2013, que fueron años muy complicados, tuvimos que reducir bastante la compañía, pero, afortunadamente, a partir de 2014 volvimos a estabilizarla y actualmente volvemos a una etapa de crecimiento, con nuevos centros de trabajo en los que desarrollar nuestra actividad, dentro de la especialidad de los tratamientos y recubrimientos de superficies.
Ingeniero de profesión y empresario, ¿cómo surgió la idea o la oportunidad de ser presidente de la Cámara de Comercio de Gijón?
Formaba parte de la Junta Directiva de Femetal, y en el seno de ésta, y ante el momento que estaba viviendo la Cámara, se planteó la conveniencia de optar a la presidencia, pidiéndome mis compañeros que fuera yo quien asumiera ese reto y responsabilidad, tanto por el bien de la institución como en servicio y representación del conjunto del tejido empresarial. En aquel momento las Cámaras en general y también la nuestra, estaban sufriendo una crisis muy grave, por lo que tuvimos que hacer unos ajustes muy importantes: reducir plantilla, rebajas de salarios y presupuestos, fueron momentos muy duros. Con mucho esfuerzo por parte de todos se fueron cumpliendo objetivos, consolidando un superávit razonable y recuperando un presupuesto por encima de los seis millones de euros.
Recuerdo que me tocó hacer de todo: negociar con el cliente y con los bancos, desarrollar la ingeniería del proyecto, dirigir la obra...
¿Qué próximas metas tienes en mente?
En el ámbito empresarial, mi objetivo es continuar desarrollando el negocio. Actualmente tenemos tres líneas claras de actividad: seguir creciendo en los sectores más maduros para ganar volumen y tener una economía de escala; seguir introduciéndonos en nuevos sectores, como puede ser el aeronáutico, que tiene unas posibilidades de crecimiento muy altas, y crecer en cuanto a desarrollo tecnológico interno y digitalización. Respecto a la Cámara de Comercio, nuestro reto es la mejora permanente tanto de sus actividades como de las instalaciones, para cuya ampliación tenemos varios proyectos en marcha.
¿Cómo ves el sector industrial asturiano?, ¿crees que está en desventaja con respecto al resto de provincias?
Estamos claramente en inferioridad de condiciones; la formación es un aspecto que debemos mejorar obligatoriamente, pero evidentemente nuestras tasas impositivas son superiores a las de otras comunidades autónomas, lo que no favorece que podamos atraer ni directivos ni empresas, y Madrid se convierte así en una especie de agujero negro que se lo lleva todo. Respecto a otros países de la Unión Europea, nos vemos muy perjudicados por el alto coste de la energía eléctrica, y la competencia se hace muy complicada cuando ellos pagan unos precios mucho más bajos que nosotros.
¿Qué opinas de la desaceleración o bajada de pedidos en las empresas?
Se trata de una clara consecuencia de la desaceleración mundial. Las políticas proteccionistas que está imponiendo Trump perjudican al comercio mundial, de modo que China, por ejemplo, un país con unos niveles altísimos de exportación, va a derivar sus productos hacia Europa si hay mercados que se le cierran, lo que provocará que nuestros productos tengan muchas más dificultades para competir. El panorama, por lo tanto, no es bueno, pero las empresas tenemos que hacer un esfuerzo por ser imaginativos y seguir buscando productos de alto valor añadido y, focalizándonos en ellos, seguir compitiendo.
Respecto a la Cámara de Comercio, nuestro reto es la mejora permanente tanto de sus actividades como de las instalaciones, para cuya ampliación tenemos varios proyectos en marcha
Ya estamos a las puertas de la 63ª Feria Internacional de Muestras de Asturias, ¿qué nos podemos encontrar nuevo este año?
Bueno, yo aprendí de nuestro querido Álvaro Muñiz que las novedades no las propone la Cámara, sino los expositores, y éstos muchas veces son tremendamente celosos a la hora de desvelar lo que van a hacer y los productos que van a traer, porque desean mantener la expectación de los visitantes. Lo que sí puedo adelantar es que habrá nuevos expositores, como IKEA, tendremos coches eléctricos para movernos en el entorno, el autobús lanzadera desde el campus universitario seguirá activo durante esta edición para resolver los problemas de aparcamiento y, en cuanto al recinto, habrá también novedades importantes.
¿Cómo influye la Feria en el tejido industrial y tecnológico?
Influye de una manera sustancial: la Feria es una extraordinaria herramienta de marketing para todas las empresas que tienen presencia en ella y traen sus productos más novedosos. A veces pensamos en la venta directa y, sin embargo, tiene mucho más peso la presencia por imagen de marca.
El panorama, por lo tanto, no es bueno, pero las empresas tenemos que hacer un esfuerzo por ser imaginativos y seguir buscando productos de alto valor añadido y, focalizándonos en ellos, seguir compitiendo