WindFloat Atlantic ya está plenamente operativo y suministra energía limpia a la red eléctrica de Portugal. Tras la conexión de la última de sus tres plataformas al cable de 20 kilómetros que conecta el parque eólico con la estación instalada en Viana do Castelo (Portugal), se finaliza la construcción del parque. WindFloat Atlantic, que cuenta con una capacidad total instalada de 25 MW, destaca como el primer parque eólico flotante semisumergible del mundo y podrá generar la suficiente energía como para abastecer al equivalente a 60.000 usuarios al año, lo que supone un ahorro de casi 1,1 millones de toneladas de CO2.
De esta forma, se confirma el éxito del proyecto arrancado por el consorcio Windplus hace una década, garantizando así el acceso a los mejores recursos eólicos en profundidades marítimas antes inaccesibles. Windplus ha sido capaz de instalar y conectar satisfactoriamente tres plataformas—con una altura de 30 metros y una distancia de 50 metros entre sus columnas— que permiten albergar los aerogeneradores de 8,4 MW, los más grandes del mundo jamás instalados en una superficie flotante.
El éxito de este proyecto radica en su tecnología: como por ejemplo su anclaje, que permite su instalación en aguas de más de 100 metros de profundidad, y su diseño, orientado a la estabilidad en condiciones climatológicas y de mareas adversas. El proyecto se ve beneficiado por la tecnología de montaje: ensamblaje en dique seco que permite importantes ahorros logísticos y económicos, y remolque de las plataformas por medio de remolcadores corrientes.
Estos avances técnicos, entre otros, ponen de manifiesto la capacidad del modelo de Windfloat Atlantic para ser replicado en otras geografías con lechos marinos o profundidades marítimas poco favorables que no permiten optar por la tecnología eólica marina tradicional fijada al fondo.
La puesta en marcha de este parque eólico flotante supone un hito clave para el sector, dado que la tecnología eólica flotante contribuye a la diversificación del origen de la energía, brinda un acceso a áreas marinas sin precedentes y supone un avance tecnológico relevante de cara a la descarbonización de la economía.