«Aunque emprender es arriesgar, se necesitan algunas alarmas bien activadas y algunas muescas en el revólver fruto de la experiencia». Este texto de Martín Varsavsky aparece en el prólogo del libro La Burbuja Emprendedora escrito por Javier García y Enrique González.
Hay personas que llevan emprendiendo toda su vida sin saberlo. Cada uno de nosotros seguro que tenemos en nuestro entorno múltiples ejemplos (cada vez menos por desgracia). No hay que irse al ámbito tecnológico o de startups para detectar ese emprendimiento, esa búsqueda de sostenibilidad del negocio, esa experiencia de usuario que ha ido cambiando y adaptándose día a día. Actividades empresariales cercanas que dinamizaban los pueblos y los barrios de las ciudades. La situación está cambiando un poco ahora. Mi espejo en ese sentido siempre será Elisa Bango, la mujer del ya fallecido José Coalla que abrió sobre 1974 el primer negocio que tendrían en Asturias y que actualmente regenta “al pie del cañón” la tienda de ultramarinos Coalla Gourmet en la calle Uría de Gijón. Su forma de tratar a los clientes (sean asiduos o no), el cuidado con el que trata el producto y su visión le permite tener la capacidad de generar historias. Esas historias son las que hacen que sus clientes quieran repetir las compras en su tienda.
“Cuando alguien inicia una actividad profesional por cuenta propia deberían darle obligatoriamente una guía”
La palabra éxito deriva de la palabra “exitur” = salida, aunque una de las acepciones que encontramos es “resultado favorable”. Me gusta el primer significado por trasladarnos a los comienzos de cualquier iniciativa/proyecto. La salida es el punto inicial por el que pasa cualquier persona u organización que emprenda una actividad, bien sea desarrollando un producto(s), ofreciendo un servicio(s) y que tendrá que tener en cuenta una serie de puntos clave si quiere desarrollar un proyecto sostenible en el tiempo. Si ese objetivo no se consigue nos enfrentaremos cara a cara al fracaso aunque bien es cierto que tendríamos que definir con anterioridad que es para nosotros éxito y fracaso.
“Esas decisiones pasadas y que llevaron a un fracaso emprendedor también ayudan a ir forjando algún que otro éxito”
Cuando alguien inicia una actividad profesional por cuenta propia deberían darle obligatoriamente una guía para que tenga claro cuales son las cosas verdaderamente importantes más allá de tener un buen producto, ofrecer buenos servicios, formar un buen equipo o construir una marca coherente con el público objetivo al que se dirige. Por mi experiencia, a través de un fracaso emprendedor propio, creo que lo más importante es la estructura/gestión económico financiera y la toma de decisiones rápidas. No se puede esperar a ver que pasa y debemos afrontar las situaciones complicadas con decisión intentando proyectar una visión estratégica a lo que estemos desarrollando. Cuando menciono esa guía de uso me refiero fundamentalmente a la falta de formación y cultura económica práctica que existe en nuestra sociedad y que es muy necesaria activar tanto para la vida personal como empresarial de las personas (incluyo aquí también a los más jóvenes). Hace unos días me contaban Javier García y Borja Rubí de Random Walk Business School (nueva escuela de negocios y formación especializada en Oviedo) los distintos contactos que habían mantenido tanto con instituciones públicas como con centros formativos para ofrecer este tipo de itinerarios formativos y la nula respuesta que habían obtenido. Creo sinceramente que en mi caso fueron esa falta de toma de decisiones las que hicieron que un proyecto que llegó a tener ocho personas trabajando en el sector del diseño/comunicación no consiguiese ser viable después de 10 años de vida. Seguro que hubo algún otro motivo como apostar por algún proyecto “poniendo todos los huevos en la misma cesta”. Si ese proyecto te absorbe todos tus recursos y al final no cobras es complicado sobrevivir en el entorno actual donde el acceso a financiación, al menos en mi caso, no era fácil. Espero que muchos de los que podáis estar leyendo este artículo os sintáis identificados con lo que os traslado.
“Cuando menciono esa guía de uso me refiero fundamentalmente a la falta de formación y cultura económica práctica que existe en nuestra sociedad”
Esas decisiones pasadas y que llevaron a un fracaso emprendedor también ayudan a ir forjando algún que otro éxito. El aprendizaje es sin duda el mejor de ellos ya que a medida que pasan los años y te enfrentas a toda esa toma de decisiones, sean rápidas o no, si reflexionas sobre ello, tendrás la capacidad de afrontar de otra manera los nuevos proyectos o retos profesionales a los que te enfrentes. Son esas muescas que menciona Martín Varsavsky en el prólogo del libro La Burbuja Emprendedora.
Culturalmente nos queda mucho camino para ser conscientes de lo importante que es para un entorno como Asturias dotar de recursos y ofrecer facilidades a los jóvenes que actualmente están formándose, para que intenten desarrollar proyectos por su cuenta, generar nuevas ideas viables en el tiempo, ayudarlos a equivocarse y que puedan aprender el éxito del fracaso.