José Luis Alperi Jove - SOMA-FITAG-UGT
Partiendo de que no se puede generalizar por la heterogeneidad del tejido empresarial, y que entiendo la empresa como un instrumento cuyo objetivo final es generar riqueza, redistribuirla entre la sociedad y obtener un retorno razonable de riesgo por la inversión; (hablo de empresarios individuales, no de aquellas empresas que se organizan en participaciones de capital); pienso que la imagen de los empresarios ante la sociedad podría mejorar con tres cuestiones fundamentales:
1.- Mejorando las relaciones laborales, que en muchos casos se han deteriorado hasta límites desaconsejables, llegando incluso a no respetar la LOLS.
2.- Deben ser más proactivos y tomar las iniciativas que les corresponden, y no intentar colgar todas las responsabilidades a las Administraciones, desechando el falso corporativismo, y siendo lealmente autocríticos dentro del colectivo.
3.- Ejerciendo y comprometiéndose de verdad con los Planes de Igualdad, con la Seguridad y Salud en el Trabajo, y con la responsabilidad Social Corporativa; y que no quede solo en papel para cumplir el trámite.
Juan José Del Campo Gorostidi - CORPORATE DEVELOPMENT SERVICES SL
Practicando un Liderazgo de Servicio, ejercido con autoridad moral y de conocimiento, asentado en la coherencia del discurso con los comportamientos y los hechos. Creando entornos que permitan el desarrollo profesional de los colaboradores y su identificación con el proyecto. Siendo generosos en el éxito y sacrificados en las dificultades. Conociendo sus debilidades personales y carencias, teniendo la habilidad de que su equipo las supla, al tiempo que trabaje en su perfeccionamiento. Velando porque la imagen proyectada de la compañía sea coherente con la Misión y Valores corporativos. La sociedad española aprecia la labor de los buenos empresarios, quienes no precisan ocuparse específicamente ni de su imagen ni del relato. Su discurso ha de ser el de sus hechos.
Alejandro Blanco Urízar - SERESCO
Creo que lo primero sería reflexionar sobre el motivo por el que hay que mejorar la imagen de quienes arriesgan su patrimonio y el de sus familias para, ganar dinero, crear puestos de trabajo que cobran salarios, consumir bienes y servicios de otros empresarios, y retornar a la sociedad en forma de impuestos directos e indirectos, riqueza para el mantenimiento del llamado Estado del Bienestar. Malos ejemplos hay en todos los ámbitos de la sociedad. Al igual que no se admitiría presentar al colectivo de funcionarios como corruptos que aprovechan su posición para enriquecerse del dinero público desde las Administraciones y estructuras del Estado, dinero por cierto procedente del pago de impuestos mayoritariamente aportados por la actividad privada, no tiene sentido hacerlo sistemáticamente con la figura del empresario, pero se hace con total desahogo. Dicho esto, la educación es básica. Una educación que de manera objetiva hable del empresario como la figura que es y no como la estereotipada que algunos insisten en fomentar. Los medios de comunicación tienen mucho que hacer en este sentido porque es necesario un reconocimiento social, y la información es clave para que se produzca. Educación e información.
Belarmino Feito Álvarez - FADE
La clave está en dar a conocer a la sociedad civil la función que desempeñan los empresarios y lo que realmente aportan el Estado de Bienestar.
Para ello sería necesario empezar a divulgarlo y explicarlo en las aulas desde edades tempranas, en infantil y primaria. Y, con mayor profundidad, en secundaria.
Con ello se conseguirán dos objetivos. Por un lado, se clarificaría la función que los empresarios desempeñan en la sociedad, contrarrestado la imagen actual, que ha estado denostada por tantos años. Y por otro, aún más importante, se despertaría en muchos casos la inquietud emprendedora, que tanta falta hace.
Esos objetivos están destacados en nuestro documento de 22 acciones ineludibles para el progreso de Asturias y en nuestra campaña #sinempresasnohayparaiso
Rebeca García García - AJE
Contestar a esta pregunta exige aceptar que la imagen del empresario no es buena y la verdad, me resisto a asumir que los autónomos y pymes que, con gran esfuerzo, sin horarios, y muchas veces asfixiados por la falta de ayudas generan empleo y riqueza, puedan tener mala fama.
Tampoco es justo que la tengan empresarios que partiendo de la nada han levantado negocios millonarios, y que cada año donan millones para sanidad e investigación.
Y sin embargo es imposible no reconocer que la imagen del empresario no es la mejor, y cambiar esto exige invertir en formación, fundamentalmente práctica, que permita a los jóvenes plantearse el emprendimiento como una opción real, experimentar con él, ser conscientes de lo gratificante que es desarrollar un negocio, pero también de lo exigente que resulta, de las dificultades que supone y de los riesgos que el empresario asume.
Marcos Grana Escolar - ILUPLAX
Desde que tengo uso de razón considero héroes a los empresarios. Tengo claro que cuando era niño el motivo era ser hijo de empresario ejemplar, mi padre, el jefe, mi amigo, era mi Superman particular. Con el paso de los años se ha consolidado esa convicción por otros motivos. En la sociedad actual en la que el paro genera desigualdad y pobreza y es una de las principales lacras que padecemos, debemos valorar el esfuerzo y sacrificio de nuestros empresarios como verdaderos impulsores del crecimiento económico y creadores de un tejido de Pymes que es y ha sido herramienta fundamental en la generación de empleo.
Creo debemos ser mucho más didácticos explicando la figura del empresario como principal valedor de la lucha contra la desigualdad. En estos tiempos de crisis, muchos de nuestros empresarios apostaron todo su patrimonio por salvar sus empresas, por mantener el empleo y por generar riqueza, por supuesto para ellos, pero sobre todo para la sociedad. Así pues, gracias a esos HEROES de carne y huesos, LOS EMPRESARIOS.