El auge de las tecnologías limpias y las normativas medioambientales en la industria
Los sistemas de gestión medioambiental, energéticos y ecológicos son indispensables para afrontar el proceso de descarbonización energético
Hoy en día, la preocupación por el medioambiente es un hecho que está consolidado tanto a nivel social como a nivel legislativo. Lejos queda ya la imagen de empresa y medioambiente como enemigos acérrimos, y el concepto de «desarrollo sostenible» está muy afianzado. Fruto de ese compromiso medioambiental y de avance empresarial nace la familia de normas ISO 14000, concebidas para ayudar en la implementación de un sistema de gestión medioambiental (SGMA). Dentro de esa familia de normas, la certificación ISO 14001 es la marca de calidad ambiental más reconocida internacionalmente y se puede implantar en cualquier tipo de empresa, con independencia de su tamaño y sector.
Cuando una empresa decide homologarse en una normativa ambiental, los beneficios se traducen en un impacto positivo de la imagen de la empresa, que adquiere una credencial medioambiental. También obtiene provecho a nivel económico, ya que se produce un aumento de clientes potenciales, acceso a ofertas públicas y subvenciones. Y, además, a nivel medioambiental, se minimizan los impactos negativos.
Estrechamente relacionados con lo anterior están los sistemas de gestión energética (SGE), que sirven para gestionar una política energética que permita un uso eficiente de la energía basado en un consumo reducido responsable, un menor coste, menor emisión de gases y la introducción de las energías renovables. Se implementan a través de la familia ISO 50000, concretamente a través del estándar ISO 50001. Consiste en una serie de sugerencias y referencias que sitúan a la empresa como empresa óptima y responsable en el ámbito de la energía.
De total actualidad es el proceso de descarbonización del modelo energético en España. Su objetivo, de la mano de la comunidad internacional, es lograr la neutralidad de emisiones de gases de efecto invernadero entre 2050 y 2100. No exento de polémica, habrá de abordarse con cautela, dado el gran número de sectores afectados y que necesitarían distintos plazos para encajar esa transición. Acometerlo de una manera precipitada podría originar el cierre de empresas con la consecuente pérdida de empleos. La hoja de ruta hacia un modelo energético descarbonizado señala que, en 2030, la UE deberá haber reducido en un 40 % sus emisiones de gases de efecto invernadero, un 60 % en 2040 y un 80 % en 2050 con respecto a los niveles de 1990. Para alcanzar ese objetivo, las tecnologías limpias jugarán un papel importante. Las tecnologías limpias son una industria en auge, basada en un modelo de un uso más eficiente de los recursos disponibles que, además, minimicen los impactos ambientales tratando la contaminación industrial de manera preventiva. Generalmente, las grandes empresas cuentan con un departamento especializado en materia medioambiental, pero es en las pequeñas y medianas empresas donde está el verdadero desafío para implementar una producción más limpia que evite una generación excesiva de residuos. Esto también se traduce en un ahorro económico, pues significa que se aprovechan mejor las materias primas.
Por último, en relación a la industria y el medio ambiente, tenemos el EMAS, Eco-Management and Audit Scheme o Reglamento comunitario de ecogestión y ecoauditoría. Es una herramienta de carácter voluntario, creada en el marco de la Unión Europea, de aplicación en empresas del sector industrial con una política medioambiental definida y que tengan implantado un sistema de gestión medioambiental. Todas las empresas reconocidas por el EMAS tienen un logotipo que garantiza la veracidad, transparencia y fiabilidad de la misma. La diferencia con la norma ISO 14001 es que la ISO 14001 es un estándar internacional propuesto por la Organización Internacional de Estandarización, mientras que el reglamento EMAS es una propuesta de la UE de aplicación en estados miembros de la Unión Europea. En la práctica, muchas empresas certificadas en EMAS lo están también en ISO 14001.