Cofiño destaca el beneficio del plan de descarbonización de Arcelor para el medio ambiente y la calidad del aire
El vicepresidente y consejero de Administración Autonómica, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, ha destacado hoy “el beneficio para el medio ambiente que tendrá el plan de descarbonización de Arcelor, que pasa por fabricar acero verde en un proceso que sustituirá el carbón por energía conseguida al 100% por vías renovables”.
Durante su comparecencia en la Junta General, Cofiño ha indicado que la trasformación planteada “supone lograr la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero de gran parte del proceso de fabricación de acero, apostando por el uso de energías renovables, la reducción del consumo de combustibles fósiles mediante la utilización del hidrógeno y la valorización de residuos con el avance hacia la economía circular”. A su juicio, todo esto “redundará, sin duda, en la mejora de la calidad del aire”.
El consejero ha explicado que el proyecto de Arcelor sustituye la ruta convencional del carbono en la fabricación de acero en el horno alto, al que llega el mineral sinterizado y el carbón tratado en batería de coque, por una acería eléctrica y una planta de reducción directa que utiliza hidrógeno en vez de carbón. Esto supondrá, desde el punto de vista práctico, la parada de uno de los dos hornos altos y de la instalación del sínter B, “que hoy por hoy es una de las que más emisiones de partículas PM10 produce en la factoría”, ha precisado Cofiño.
En este sentido, ha recordado que los modelos de dispersión “identificaban las emisiones del sínter B secundario como la fuente emisora con mayor impacto en la localización de El Lauredal, un foco que representa más del 30% de la contribución de todas las fuentes en esta estación de la red de calidad del aire”.
Además, el vicepresidente ha señalado que este proyecto tendrá un efecto notable en la economía de Asturias, “que ya está transitando hacia un modelo menos intensivo en emisiones de dióxido de carbono (CO2)”. Los datos muestran que la intensidad de emisiones de la comunidad se ha reducido un 42 por ciento, pasando de un valor en 2015 de 1,40 (miles de toneladas de CO2 equivalente por millón de euros de PIB) a 0,81 en 2019, y mostrando una clara tendencia descendente.
Esta senda de desacoplamiento entre el crecimiento económico y las emisiones de gases de efecto invernadero, ha explicado Cofiño, “responde principalmente al esfuerzo de reducción de emisiones realizado por las actividades sometidas en el Principado al régimen de comercio de derechos de emisión de la Unión Europea y muestra el camino a seguir para la descarbonización de la economía, que deberá ser secundada por los sectores económicos y la propia sociedad”.
Además, ha avanzado que la Estrategia de Acción por el Clima que ultima su departamento establece una hoja de ruta hasta 2030 “para progresar hacia un modelo energético descarbonizado, descentralizado, digitalizado y sostenible”. Para lograr este objetivo será fundamental, desde su punto de vista, “la diversificación de las fuentes energéticas, en una apuesta por las energías limpias autóctonas y el desarrollo de los gases renovables como vectores energéticos”. El consejero ha asegurado que la diversificación energética conducirá “a la atracción de inversiones, así como a la generación de conocimiento y empleo de alta calidad”.
La estrategia también incorpora medidas para neutralizar las emisiones que no pueden ser reducidas, como es el caso de las relacionadas con la descarbonatación (proceso de eliminación de dióxido de carbono) de materias primas en actividades como la siderurgia o la producción de cemento. “Este reto deberá afrontarse mediante la combinación de diferentes alternativas tecnológicas, el fomento de la economía circular y el concurso de los sumideros naturales de carbono y, para lograrlo, serán una palanca esencial los fondos provenientes de la UE, que el Principado ha demandado de forma insistente al Gobierno de España” ha precisado Cofiño.