Bajan las emisiones contaminantes con el confinamiento de la población
Debido al parón de la actividad económica y la obligación del confinamiento de la población, se han reducido enormemente el uso del vehículo privado para el desplazamiento a los puestos de trabajo en las empresas, se han parado multitud de procesos industriales contaminantes y se ha reducido considerablemente el consumo energético, lo que ha provocado un bajón sin precedentes en la contaminación ambiental.
Estamos viviendo una crisis sin precedentes en los tiempos modernos, ya que quedan poco vivos que recuerden la gripe española de los años 1918 al 1920 que en su día tuvieron alto impacto social y económica.
Debido al parón de la actividad económica y la obligación del confinamiento de la población, se han reducido enormemente el uso del vehículo privado para el desplazamiento a los puestos de trabajo en las empresas, se han parado multitud de procesos industriales contaminantes y se ha reducido considerablemente el consumo energético, lo que ha provocado un bajón sin precedentes en la contaminación ambiental.
Aunque no justifica ni rentabiliza este parón la mejora medioambiental, se ha notado un bajón muy importante de la contaminación ambiental, así como las emisiones de gases de efecto invernadero, siendo dentro de la mala coyuntura actual, una buena noticia para mejorar la calidad del aire que respiramos.
Mañana se cumple una semana desde que el Gobierno anunció el estado de alarma por el coronavirus. Desde entonces, el tráfico por carretera ha descendido más de un 60% en las ciudades españolas debido al menor uso del vehículo privado, a pesar del aumento del tráfico de vehículos pesados industriales y de reparto de mercancías para asegurar la cadena de suministro de las necesidades básicas a la población y los servicios públicos sanitarios, de emergencias y de seguridad del Estado.
Estos días de confinamiento, en las grandes ciudades españolas, donde la mayoría de las estaciones de medición de gases contaminantes superan los límites fijados por la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea, los niveles de NO2 provenientes de la combustión de los motores diésel apenas han llegado al 35% de ese límite.
Se comprueba cómo menos coches de combustión es sinónimo de menos contaminación y, tras solo unos días sin tráfico, la calidad del aire ya es notablemente mejor en aquellas ciudades que venían arrastrando altos niveles de contaminación.
Por ello, como ya hemos hablado muchas veces en este medio, estamos apostando por nuevas formas de movilidad alternativas al vehículo privado para todo y ante todo, y dándole especial relevancia al hueco que los vehículos eléctricos merecen en el mercado de la movilidad.
En China, el país con creces más contaminante del mundo (aunque es cierto, que ha hecho más esfuerzos que nadie en reducir sus niveles de emisión de contaminación) y donde ya sufrieron las peores consecuencias del coronavirus, las emisiones de NO2 vivieron una reducción sin precedentes a raíz de las restricciones de tráfico y de actividad industrial.
China, también es el primer país del mundo en incorporación de vehículos eléctricos y de uso compartido a su parque automovilístico. El coronavirus traerá un antes y un después en la forma en que los humanos abordamos los problemas y la parte medio-ambiental siempre ha sido un tema secundario en la prioridad de los Gobiernos y empresas, y esperemos que cambie parcialmente la responsabilidad de los ciudadanos hacia el problema de las emisiones contaminantes, el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.