Profesionales en mejora
Profesionales en mejora: ¿Eres actor o espectador de tu carrera profesional?
Llevo más de 20 años dedicándome al desarrollo profesional y la pregunta del título me parece de las más poderosas que he realizado (y sigo realizando) a profesionales en mejora en procesos de coaching o workshops formativos.
En el transcurso de los últimos tiempos muchos ejemplos de emprendedores (empresariales, sociales) e intraemprendedores me vienen a la cabeza.
Son personas que muchas veces dejan atrás la seguridad de un buen trabajo en una gran empresa y en la que su nivel de motivación es adecuado por emprender un proyecto nuevo (dentro o fuera de la misma organización) que guía su vida y le da sentido en lo personal o profesional…ya saben… ¡unos inconscientes!
Afortunadamente me encuentro cada vez más personas que un día decidieron que el destino o el azar no “tenían mano” en su futuro profesional y se lanzaron a trabajar en aquello que les movía, apasionaba o cuando menos retaba.
Eligieron ser actores de su carrera profesional y no se resignaron a ser espectadores de un guión que ni habían escrito ni interpretaban.
¿Has firmado un contrato o una cadena perpetua?
Sin embargo muchas de las situaciones que me llegan no van en esta línea. A menudo escucho las expresiones “no estoy motivado/a” “esto es solo trabajo” “eso ya lo disfrutaré cuando me jubile”. Tengo la sensación de que algunas personas entienden que su destino profesional es permanecer en el puesto y organización en la que están actualmente hasta que la jubilación los separe. Vamos que casi han firmado la perpetua.
Y en varias ocasiones hablamos de personas clave o “key positions” de las organizaciones.
Los domingos por la tarde son un momento crítico donde puedo percibir el cabreo/desazón/hastío de la gente que al día siguiente tiene que ir al “castigo” que supone su trabajo. Ya sabéis aquello de “ganaras el pan con el sudor de tu frente” que nos acompaña desde Adán y Eva.
Frente a esa visión me gustaría rescatar una de las perlas que el profesor Bernabé Tierno tiene en su libro “Optimismo vital”:
“Somos arquitectos de nuestro propio destino en un 80%”
Es más creo que el profesor Tierno, que desgraciadamente nos dejó hace unos pocos años, se quedó corto en el porcentaje.
Perdónenme pero como me gusta repetir muchas veces:
¿Algún convenio colectivo o de empresa pone explícitamente que haya que ir a trabajar cabreado?
Yo aun no lo he visto, les aseguro que el día que lo lea, lo seguiré fielmente. Mientras tanto creo que es una cuestión de elección y que yo puedo tomar la mía cada mañana.
“Debes hacer lo que ames”
En un periodo convulso en el que muchas personas tienen (tenemos) que reinventarse en su ámbito profesional, abogamos por sugerirle a todo el mundo que, ya que nos toca cambiar (¡con lo que nos fastidia hacerlo!), escoja un camino que le motive, que le llene, en el que pueda volcar sus sueños.
Vaya por delante que me gusta el reto y que considero que es bueno y atractivo este enfoque pero me parece necesario apostar por una alternativa igual de saludable:
¿Por qué no amas lo que haces?
Uno de los libros de cabecera de estos últimos años que he recomendado con fervor es FISH. Escrito en el 2001 es un grandísimo ejemplo de que podemos elegir nuestra actitud ante las cosas. Cada vez que pienso en FISH, pienso inevitablemente en mi amigo Antonio que lo ha puesto en práctica con éxito en aquellos proyectos profesionales en los que participa.
Una de las más grandes moralejas que se extrae del libro es que quizás no todo el mundo haya tenido la suerte (¡que conste que no creo en ella!) de escoger QUÉ trabajo hace pero que siempre podemos escoger CÓMO hacemos el trabajo que hacemos.
Yo creo que más que cuestión de suerte es cuestión de decisión, de atrevimiento, de una vez más salir de la “zona de confort”.
Pero, sea el motivo que sea, estoy totalmente de acuerdo en que siempre puedes tomar las riendas y amar lo que haces, buscarle la parte positiva que, seguro, tiene.
Creo que es clave que cada día los profesionales que no se conforman con sus versiones antiguas y que se sienten en continuo proceso de mejora se hagan la siguiente pregunta:
¿Eres actor o espectador de tu carrera profesional?