Guillermo Ulacia: "Hay muchísima preocupación en la industria, pero tenemos la oportunidad, son los proyectos de descarbonización"
Guillermo Ulacia, en un encuentro digital organizado por FADE y Banco Sabadell, ha mostrado la enorme preocupación e impacto en las cadenas globales en la industria por una crisis que aún apenas se ha notado, pero muestra la gran oportunidad para la industria en desarrollar los proyectos de la economía baja en carbono que cuenta con fondos europeos y de acercar los programas de innovación a las empresas
El sector industrial va a estar muy afectado por la demanda mundial de las grandes cadenas de suministro y valor que aún están empezando a notar los efectos directos en la disminución de pedidos a la industria, y el presidente de la Comisión de Industria y Energía de la CEOE, así como vicepresidente de FADE y presidente de Femetal ha repasado algunos indicadores industriales, así como características especiales del sector industrial.
Guillermo Ulacia ha empezado la intervención recordando que la agenda política nacional no tiene como prioridad a la industria, ya que no ha estado entrando en los planes estratégicos, esto se ha demostrado cuando muy pocas actividades industriales se han considerado esenciales durante el estado de alarma, y las que lo han sido, es debido a que se han integrado en cadenas de suministro esenciales.
Cree es que es el momento de replantearse los planes estratégicos industriales, ya que cuenta con numerosos desafíos a los que adaptarse: cambio climático y descarbonización, automatización, industria 4.0, y ahora el COVID, y ha destacado la capacidad tractora de generación de riqueza de la industria aportando los siguientes datos:
- En una región industrial como Asturias, la industria aporta más del 20% PIB, alcanzando los 4200 millones de €, cifra que está muy por encima de la media de España
- La industria manufacturera ha reducido su aportación y peso específico en el PIB nacional desde hace 15 años. Desde el año 2006, que estábamos en máximos hasta el 2014 (mínimos) se ha reducido un 30.3% la aportación a la industria del PIB. Aunque ha subido el 11.4% desde el 2014 al 2018, en ha descendido mucho analizando desde el 2006 a la actualidad, por lo que el país debe ser reindustrializado.
- El número y la cantidad de empresas tractoras industriales es muy escaso, y las que hay tiene poco musculo para los desafíos globales, estando especializados y concentrados en empresas de materiales básicos que se verán bastante afectados por la crisis del coronavirus. Tenemos además un problema de tamaño empresarial, con muchas microempresas en el ecosistema. Aportando datos de Asturias, la industria aporta 3561 empresas (5.2% del total), de la que únicamente hay 27 empresas de más de 200 empleados, estando muy atomizadas ya que el 47% del total tienen menos de 10 empleados.
- La industria asturiana factura al año 13.576 millones de €, emplea a más de 50.000 personas de media y alta cualificación.
- El valor añadido bruto que aporta la industria a la sociedad es un 12% más que el resto de sectores económicos y cada empleo industrial da un impacto de un 24% más que otros sectores debido a su mayor cualificación y remuneración media superior.
- La industria concentra el 98% de las exportaciones de una región como la asturiana y es un gran receptor de inversión extranjera, nótese el que hay más de 70 filiales extranjeras.
- La inversión en innovación y I+D es aún escasa, ya que en Asturias la industria invierte unos 50 millones de € frente a los 98 millones de euros totales, que debe ser repensada y adaptada a las necesidades industriales actuales.
Ulacia ha insistido en el problema de la concentración de la capacidad productiva industrial en materiales básicos que se enfrentan al reto de la reducción de la demanda mundial de estos materiales, a los que se añaden y magnifica aún más los retos actuales de la descarbonización, la digitalización, la automatización, la inversión en innovación e I+D para lo que se requiere inversión.
Salvo las energías renovables que prevén continuar con su desarrollo mundial, todas las demás cadenas globales de valor van a reducir las inversiones debido al coronavirus, y por tanto reduciendo sus precios por la previsible menor demanda mundial, por lo que se prevé un periodo prolongado de actividad mínima sin crecimiento ni inversión.
Ulacia: "En mayoría de sectores industriales habrá menor nivel de ventas, un deterioro de rentabilidad, aumentará el número de empresas en pérdidas y cierres, aumentarán las provisiones sobre activos fijos como circulantes se incrementarán para compensar las pérdidas de valor y la más que posible morosidad en el sistema"
Se ha insistido en el problema de que las empresas industriales tendrán la liquidez comprometida por morosidad, así como el aumento de las existencias y ratios de solvencia y garantía se van a deteriorar, y se van a ver obligadas a aumentar la deuda para financiar la necesidad extra de tesorería.
Aún así, existen oportunidades de diversificación y de concentraciones en sectores que estarán menos afectados por el COVID, como son el desarrollo de proyectos de descarbonización y tecnologías de bajo carbono, que disponen de diversos fondos europeos para los próximos años, así como la necesidad de acercar el trabajo de los centros tecnológicos e I+D a las necesidades reales de las empresas.
¿Cuál es la situación actual a la 5º semana del estado de alarma?
Guillermo Ulacia ha repasado las conclusiones de una encuesta que Femetal ha realizado a finales de esta semana a empresas del sector metal y afines con las siguientes conclusiones:
Las empresas industriales del metal industrial están trabajando en estos momentos entre el 50-65% de su capacidad, con diversos motivos:
- Caída de la demanda: 32%
- Cese de temporal de sus clientes: 29%
- Ausencia de personal: 8%
- Ruptura de la cadena de suministro: 11%
- Ausencia de personal: 8%
- Falta de EPIs: 7%
A la pregunta de qué medidas habían implantado en cada empresa industrial para adaptarse a la menor capacidad de fabricación, las respuestas y las principales medidas se resumen en:
- Protocolo de salud laboral
- Adaptando los sistemas de trabajo, como la creación de intervalos entre turnos, jornadas reducidas de trabajo, adelantar vacaciones y jornadas de verano
- Teletrabajo
- Planes de contingencia económicos como la reducción de costes.
- Solicitud de ertes
- Financiación extra y de manera urgente para paliar la liquidez
Guillermo Ulacia ha valorado y ha resumido las demandas y necesidades de las empresas del metal industrial en estos momentos:
- Facilitar que las personas puedan seguir desempeñando y desplazándose su trabajo con seguridad
- Agilizar los procesos de ERTES
- Invertir en tecnología y facilitar especialmente técnicas de teletrabajo
- Ayudar a las microempresas
- Se necesitan EPIS, tests de contagio, especialmente para grupos vulnerables
- Mejor control del ausentismo laboral
- Formación online.
Necesidad de un plan industria.
Como conclusión, Guillermo Ulacia sigue insistiendo, como lleva haciendo unos años, en la necesidad de realizar un plan industrial para poner a la industria como estratégica y entre como prioritaria en la agenda política nacional, con la implantación de medidas urgentes que para adaptar al sector industrial a la demanda.
Se sigue insistiendo en impulsar la inversión en digitalización y técnicas de industria 4.0, asemejándose y siguiendo el impulso de la industria de la automoción.
Se ha insistido en el comentado proceso de descarbonización es una gran oportunidad para acelerar inversiones si se gestionan correctamente los planes europeos de desarrollo ya que tienen mucho presupuesto y pueden dinamizar el sector que está afectado por la caída de la demanda global de las manufacturas industriales.
En este momento, hay muchísima preocupación por la caída de la demanda de los sectores tractores a nivel mundial, y todo el sector es consciente de que aún no ha llegado la primera ola de disminución de la cartera de pedidos, siendo el segundo semestre del 2020 el que mayor impacto va a sufrir este con la crisis del COVID-19.
Por lo que es el momento de diversificar urgentemente y acelerar el modelo de económica baja en carbono para acceder a los programas europeos, siendo la gran oportunidad para acceder a nuevos mercados que se abrirán con el covid, y para ello, el sistema de innovación en I+D deben replantearse a la nueva coyuntura y a las nuevas necesidades de las empresas industriales.