"La transición ecológica es un campo abierto al talento y la consolidación industrial"
La actual legislatura se cierra con importantes avances en materia de innovación y futuro como la Ley de Ciencia, la estabilidad presupuestaria de la Universidad de Oviedo y la creación de 10 centros de I+D de grandes empresas.
¿Qué valoración hace de la legislatura? ¿Cuál ha sido el logro que más destacaría en materia económica?
Parto de una realidad: ha sido una legislatura muy difícil, la más difícil de toda la historia autonómica. Primero por la pandemia, después por la crisis, la falta de materias primas y la inflación. Pese a todos estos reveses, estamos acabando la legislatura con menos paro y más empleo que hace cuatro años. Fíjese en los últimos datos oficiales, los del mes de abril: tenemos 12.007 personas en paro menos que en 2019 y 11.378 más afiliadas a la Seguridad Social.
Vuelo al contexto: en el mandato más difícil y en una comunidad metida ya de lleno en el cambio de paradigma económico, ha aumentado el empleo y disminuido el paro. Esto, de por sí, ya sería un logro importante. Pero quiero hacer hincapié en otro que dentro de unos años será entendido como el inicio de una nueva etapa en la historia de Asturias: hemos sabido aprovechar a favor la transición ecológica. Ese gran desafío, que se interpretaba como una amenaza a la supervivencia fabril del Principado, se ha traducido en un auténtico renacer industrial. Ahí están las inversiones previstas de ArcelorMittal, EDP, el consorcio HyDeal... Hablamos de un desembolso multimillonario, pero, sobre todo, hablamos de un nuevo modelo basado en la economía verde, digital y sostenible, que son las palabras del futuro.
Uno de los grandes retos tiene que ver con lograr una industria más sostenible, tanto en lo medioambiental como en lo económico, ¿vamos por el buen camino en este proceso de descarbonización?
Sin duda. La memoria tiende a ser frágil, y en estos tiempos de cambios acelerados, lo es más aún. En 2019 el verbo protagonista era cerrar: al cierre de la minería del carbón se añadía el de las centrales térmicas. Todo eran incertidumbres y malos presagios. Hoy podemos referirnos al plan de descarbonización de ArcelorMittal y a un larguísimo número de proyectos relacionados con la producción, distribución y consumo del hidrógeno verde, que es nuestro nuevo carbón. Pongo un ejemplo tan simbólico como revelador, la clausura de la térmica de Lada, en Langreo, será compensada con la apertura de una factoría de fabricación de paneles fotovoltaicos gracias a una alianza entre Exiom e Iberdrola. ¿Qué significa eso? Pues que de una instalación ligada a los combustibles fósiles –y, por tanto, a la emisión de dióxido de carbono- pasamos a otra que nos sitúa a la vanguardia de las energías renovables.
No es que el Principado vaya por buen camino, es que ha escogido con acierto el único que lleva al porvenir, a la mejor Asturias.
La transición ecológica se ha convertido en auténtico renacer industrial. Ahí están las inversiones previstas de ArcelorMittal, EDP o el consorcio HyDeal.
¿Cuáles son las propuestas de futuro para los territorios afectados por esta transición?
Junto con el Gobierno de España estamos movilizando cerca de 500 millones para asegurar una transición lo más justa posible. La restauración de antiguas explotaciones carboneras –por ejemplo, en Tineo, Degaña e Ibias-, la recuperación de los fondos mineros del plan 2013-2018 que habían quedado en el olvido, el apoyo a las pyme o la financiación de proyectos municipales son algunas actuaciones puestas en marcha esta legislatura.
Asturias será, además, la comunidad más beneficiada por el Fondo de Transición Justa, que aportará unos 263 millones. Esa cantidad permitirá apalancar inversiones por al menos 650 millones, apoyar unas 1.500 empresas y generar o mantener al menos 2.400 puestos de trabajo. Ya lo estamos demostrando con los recursos europeos del programa Next Generation: la buena gestión del Gobierno del Principado, sumada a las convocatorias de pertes como el de la descarbonización, el naval o el agroalimentario, está acercándonos a esa transición justa que siempre hemos reclamado.
¿En qué vectores se debe centrar Asturias para impulsar su innovación?
Cuando aludimos a la innovación en el ámbito industrial, nos referimos al menos a tres realidades: nuevas empresas, nuevos productos y nuevos servicios. Hablamos, por tanto, de investigaciones que se van aplicando al terreno empresarial, pero también de empresas que usan conocimiento científico tecnológico, digitalización o patentes para ser más competitivas y más internacionales.
Asturias será la comunidad más beneficiada por el Fondo de Transición Justa, que aportará unos 263 millones.
A partir de esa perspectiva, durante 2020 y 2021 se realizó un trabajo exhaustivo para identificar las áreas de especialización de Asturias, es decir, aquellas en las que debemos ser competitivos, y construimos la Estrategia de Especialización Inteligente (S3). Estos ámbitos, ratificados por la Unión Europea, son: Agroalimentación, Envejecimiento Activo y Saludable, Energía y Circularidad, Patrimonio y Biodiversidad e Industria Inteligente y Resiliente. Lo importante es identificar cadenas de valor que nos permitan aprovechar todo el potencial de los diferentes mecanismos para innovar, con especial énfasis al sector TIC y a la digitalización.
¿Cómo se va a potenciar desde el Principado?
Hay varias figuras clave para el impulso de la cultura de la innovación, siempre bajo el prisma de la colaboración público privada. Además de la propia consejería, una herramienta fundamental será la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación, que permitirá movilizar cantidades crecientes de recursos económicos, establecer un calendario de convocatorias y reducir la burocracia.
No obstante, tenemos más arsenal, por decirlo en lenguaje bélico: contamos con la Ley de Ciencia, cuyo anteproyecto se encuentra en trámite de audiencia; garantizamos la estabilidad presupuestaria de la Universidad de Oviedo con un contrato programa a 10 años para situarla en el epicentro de la transformación económica y social y hemos facilitado la creación de diez nuevos centros de I+D de grandes empresas. Añada los avances en el aprovechamiento de la economía del dato, la formación del hub de la industria de defensa o el impulso a proyectos como Agrocarrio o la instalación de un polo biosanitario en Oviedo. Todo esto se ha realizado en menos de 4 años, pandemia mediante.
Desde el Principado se ha apostado por una fuerte campaña de atracción de inversiones y nómadas digitales, ¿se están obteniendo los resultados esperados?
La campaña Asturias, Nomad Paradise arrancó en el Mobile de Barcelona hace poco más de un mes y medio, y tras una primera fase de presentación, ahora se está trabajando con los ayuntamientos para poder realizar una oferta singular de las ventajas de teletrabajar desde Asturias. Son ya 23 los concejos que se ofrecen para acoger a nómadas digitales y es una cantidad en aumento. Ya ha comenzado a trabajar la oficina que se encargará de ayudar a los municipios a visibilizar sus fortalezas y a canalizar las peticiones que, estamos seguros, comenzarán a venir desde distintos puntos, nacionales e internacionales. De hecho, ya hay personas de distintos países que han decidido instalarse en Asturias.
Atraer empresas, entre otras cosas, está ligado a gozar de buenas infraestructuras, ¿cuáles son los próximos grandes retos?
Voy a centrarme sólo en tres. En primer lugar, para el desarrollo de la movilidad sostenible es prioritaria la red de cercanías ferroviarias, abandonada durante décadas. Después de una dura negociación, el ministerio se ha comprometido a renovar toda la flota de ancho métrico y mejorar el estado de la red. Para favorecer el turismo y las relaciones empresariales, hoy contamos con la mejor oferta de vuelos de la historia –29 destinos, 13 de ellos en el extranjero-, que está multiplicando mes a mes la actividad del aeropuerto.
Y, por último, para impulsar aún más el atractivo turístico y el potencial logístico e industrial, este mismo año se abrirá al paso de mercancías y pasajeros la variante de Pajares. Destaco el tráfico mixto porque otras fuerzas políticas limitaban la conexión con la alta velocidad a los viajeros. La puesta en servicio del AVE, unida al desarrollo de la Zona Logística y los puertos de Gijón y Avilés, convertirá Asturias en el gran polo logístico del Cantábrico.
Volviendo a los nómadas digitales, ¿pueden ser la solución al despoblamiento de las zonas rurales de la región? ¿Qué pasos se están siguiendo para mejorar la conectividad?
Más que ser la solución, formarán parte de la solución para la zona rural. Nuestro objetivo es que los nómadas encuentren en Asturias un lugar para establecerse; un lugar tan bueno que les convierta en sedentarios. Ofrecemos mejores condiciones que nunca: excelentes comunicaciones, con una red de conexiones aéreas como nunca habíamos tenido o la próxima puesta en funcionamiento del AVE.
Un dato revelador: en el primer vuelo directo con Milán, estrenado esta primavera, viajaban varias personas que trabajan en una empresa tecnológica afincada en Gijón y con sede en la ciudad italiana. Es una muestra tangible de que las conexiones aéreas son fundamentales. Y en cuanto a conectividad, en materia de telecomunicaciones hemos dado un salto cualitativo y cuantitativo. Desde 2019 hasta ahora se han realizado actuaciones para extender la fibra óptica a 164.891 unidades inmobiliarias y se ha movilizado una inversión superior a 53 millones. Se ha llevado fibra óptica a todos los concejos asturianos e incluso a zonas donde hasta hace pocos años era impensable. El despliegue continúa y nuestro objetivo es llegar a la Asturias hiperconectada con el desarrollo de la tecnología 5G. Para ello, además de fibra óptica, también se han empezado a ensayar otros modelos de conectividad, como la vía satélite.
El despliegue continúa y nuestro objetivo es llegar a la Asturias hiperconectada con el desarrollo de la tecnología 5G.
Para finalizar, nos gustaría que enviase un breve mensaje a la sociedad asturiana.
Tres palabras bastan: experiencia, estabilidad y esperanza. Tengo la experiencia de haber presidido el Principado en la legislatura más difícil de la historia democrática. En esa coyuntura, mi gobierno ha conseguido garantizar la estabilidad política al aprobar los cuatro presupuestos del mandato. Pese a la pandemia, la inflación y demás reveses, también hemos logrado cambiar los miedos e incertidumbres por esperanzas: hoy nadie duda de que la transición ecológica es un campo abierto al talento, la iniciativa empresarial y la consolidación industrial. Con toda humildad, esas son mis credenciales para el próximo mandato: experiencia, estabilidad y esperanza. Asturias puede y debe estar segura de sí misma, de sus posibilidades y de su futuro.