"Debemos crear vivienda nueva, pero también hay que rehabilitar, hacer que los barrios vuelvan a ser un caladero de personas"
En el entorno de la primera jornada de Citech, que tuvo lugar el pasado día 25 de septiembre en el Espacio Maqua, charlamos con Manuel Campa, concejal delegado de Desarrollo Urbano y Económico del Ayuntamiento de Avilés, que además intervino en ese encuentro inaugural. El edil nos contó cómo ha ido este ejercicio para el consistorio y qué planes futuros se plantean para el municipio sin olvidarse de temas relevantes como la apuesta por los 'sandbox', el estado del proyecto de transformación de las antiguas baterías de Arcelor o las instalaciones de Alcoa. Campa destacó, entre muchos otros propósitos, el de hacer de Avilés una ciudad más innovadora y sostenible en la que prime la colaboración entre entidades y donde se valore el conocimiento.
Estando ya en el último trimestre del año, ¿qué balance podrías hacer de Avilés en cuanto a desarrollo urbano y económico?
Podemos decir que es un buen año. En la parte de desarrollo urbano, en los últimos años se ha dado un cambio en la ciudad, una intensificación -no sin entrar en polémica- en cuanto a petrolización de la economía en el centro y de la que estamos viendo resultados incluso antes de lo esperado. Ya no es solo cuestión de que los ciudadanos y negocios que han estado sufriendo las obras ya perciben esas mejoras, sino que, además, ha servido para generar nuevas inversiones en la ciudad.
En los primeros días de enero dará comienzo la obra, la rehabilitación del antiguo Café Colón, un establecimiento de alojamientos turísticos de media estancia y también uno hostelero. Acabamos de darle licencia a un hotel cinco estrellas gran lujo, el segundo de la ciudad, que está situado en una zona recientemente peatonalizada. Además, en cuestión de pocos meses empezarán las obras para la rehabilitación del edificio Emile Robin, 17, en el entorno del parque del muelle, donde habrá viviendas, apartamentos… En definitiva, parece que aquello que generaba polémica hace dos años está viendo ahora buenos resultados.
En cuanto a la promoción empresarial, seguimos apostando por las empresas innovadoras y los centros I+D. En la última convocatoria de la Agencia Sekuens han vuelto a haber proyectos en Avilés, pero además, yendo a lo pequeño, a lo del día a día, en La Curtidora podemos presumir de que este año ha habido 38 empresas nuevas; seguimos aumentando el porcentaje de empresas vivas después del quinto año, es decir, de esas 519 empresas que llevamos creadas, después del quinto año, el 76% siguen vivas. Tenemos una red de empresas de esos primeros años que todavía siguen funcionando de una manera magnífica, que se han generado desde el nacimiento de La Curtidora, y eso nos da ánimos para seguir trabajando, porque además el año que viene cumplimos 30 años y yo creo que es un buen momento para celebrarlo y hacer recuento.
Avilés es una ciudad conocida por su ‘core’ industrial, ¿cómo se está trabajando en la transformación hacia un municipio innovador, sostenible y que lleve el conocimiento por bandera?
En la parte que nos corresponde, en cuanto a desarrollo urbano estamos trabajando desde hace tiempo en repensar un poco la ciudad, en cómo debe ser nuestro plan general. El que tenemos vigente es el del 2006 que nació ya en el año 2000, cuando se empezó a redactar, y luego le llega la crisis del 2008... Por lo que es un plan que no ha tenido demasiada vida útil y se formuló con los criterios de aquel entonces; ahora hay que reformularlo con los de una ciudad más moderna, sostenible, con más servicios a los ciudadanos, con más espacios verdes, con otro tipo de construcción… Y en eso tenemos que centrar nuestros esfuerzos en los próximos años.
En cuanto a la empresa, tenemos varias cuestiones en las que crecer. Estamos en los últimos momentos para la tramitación de la modificación del plan para los terrenos de baterías, que será uno de los primeros parques verdes de España. Pero, además, nos encontramos ya en la fase de modificación del plan para el Parque Científico Tecnológico en los terrenos que están entre baterías y el Niemeyer, que nos permite que funcione como una bisagra a la ciudad. Ahí no queremos un parque empresarial al uso que a las seis de la tarde se cierre y no haya nada más; lo que pretendemos es que tenga vida, lugares de encuentro, que se relacione con la ciudad... En definitiva, que el entronque con el Niemeyer también suponga un sitio de esparcimiento, una ampliación de la plaza.
Y también ya se ha realizado el contrato y las primeras visitas para la Manzana de Talento de Valliniello. Ahí estamos con Sekuens preparando el futuro de los espacios innovadores de la ciudad, donde tendremos centros tanto de Formación Profesional ligada a la industria como de postgrado; espacios residenciales de estancias cortas para aquellas personas que vienen a trabajar a los centros I+D de la ciudad; y también los propios espacios que necesiten dichos centros, porque sabemos que no se trata solo del laboratorio, el microscopio y el ordenador, sino que también necesitan talleres, probar, tener lugares donde generar esos proyectos a pequeña escala para después poder ser llevados a la gran industria.
Para conseguir ese cambio son importantes, sin duda, las colaboraciones. ¿Qué importancia tiene esa interrelación entre el tejido empresarial, el Ayuntamiento y los centros I+D?
Para nosotros tiene toda la importancia. Como administración yo creo que hacemos muy bien eso de acompañar, escuchar, saber qué necesitan las empresas y ponerlo a su disposición. Por ejemplo, la Manzana de Talento está en la fase de elaboración del proyecto, y en ella es donde vamos a contar con todos aquellos potenciales ocupantes a futuro de ese espacio. Les preguntamos: ¿Qué necesitan los centros I+D? ¿Cómo tienen que estar esos espacios diseñados? ¿Qué tipo de formación necesita nuestra industria? ¿Qué universidades pueden impartirla? Es un ejemplo de que todo lo hacemos hablando con las empresas.
Y con las más pequeñas, por ejemplo las de La Curtidora, es lo mismo: ¿Qué necesitan? ¿Con qué espacios cuentan para cuando tengan que salir de La Curtidora? Pues las llevamos a Sepides porque allí hay espacios que permiten hacer una transición más sencilla; o hablamos de financiación, les acercamos a los estudiantes universitarios para que vean de primera mano en qué pueden trabajar cuando acaben sus estudios... Y todo ello porque es necesario hacer ese engranaje entre la ciudad y las necesidades de las empresas.
Siguiendo con la colaboración, el Ayuntamiento está apostando por los ‘sandbox’, esos espacios controlados donde las empresas pueden probar nuevos modelos de negocio, productos o servicios innovadores con regulaciones más flexibles. ¿Cuál es el objetivo de crearlos?
Los ‘sandbox’ surgieron tras escuchar a las empresas. Varias de ellas ya nos habían comentado sobre la posibilidad de poder tener un espacio para probar sus productos, para que cuando vayan sus clientes puedan enseñárselos no solo en la fábrica o en el laboratorio, sino en uso, en la ciudad, y ahí estamos trabajando con varias de ellas para que puedan empezar a utilizarlos.
No queremos tener un 'sandbox' normativo como en otros sitios, que han creado gobernanzas específicas para esto, sino que hemos hablado, tanto los técnicos de desarrollo urbano como los de promoción empresarial, para que no haya problemas en la gestión de estos espacios y estamos convencidos de que los pondremos a disposición de lo que necesiten las empresas pero con un convenio bilateral. Esto es, si una empresa X necesita un espacio en la ciudad, nosotros lo valoramos y hacemos un convenio con ellos, y lo que le pedimos, evidentemente, es que formen parte de nuestro Parque Científico Tecnológico porque algún enganche tiene que tener con la ciudad. Pero más allá de eso estamos abiertos a propuestas.
¿En qué sectores se enfocaría?
En todos los que trabajan en la ciudad, no nos cerramos a ninguno.
Hablemos de los nuevos usos del suelo industrial. ¿En qué punto se encuentra la transformación de las antiguas baterías de Arcelor? ¿Y las instalaciones de Alcoa para Windar?
Baterías está en una fase muy final ya de la modificación del plan, lo que va a permitir que se intensifique la labor comercial hasta el punto de que ya podría Sepides registrar las parcelas y, por tanto, proceder a su venta.
En cuanto a Alcoa, sabemos que Windar está realizando trabajos amparados en la declaración ambiental que tienen, por tanto, cuentan con licencia de la Consejería. Estamos pendientes de que se acerque tanto a nuestro ayuntamiento como al de Gozón para intensificar las labores de confeccionamiento en la medida que necesite licencias nuestras. Pero la información que tenemos es que en 2026-27 tendrá que empezar a producir y será un aporte de empleos muy importante para la comarca.
En cuanto a atracción de inversiones… ¿Qué bondades de Avilés destacarías para que las empresas quieran invertir allí?
Por un lado, para invertir también es importante la situación que se van a encontrar los trabajadores y qué trabajadores tenemos. Tenemos una formación de capital humano muy buena en la región, del cual van a poder disponer las empresas; tenemos una ciudad que la conocemos como la de los quince minutos, con servicios de proximidad, amigable, que se puede pasear y que tiene esa vida cultural y de ocio importante para atraer a aquellas personas que tienen que venir a trabajar aquí. Sí que tenemos que intensificar la apuesta por la vivienda, pues necesitamos conseguir más para que la gente que podamos atraer tenga la opción de quedarse a vivir.
Más allá de eso, está la parte empresarial pura y dura. Disponemos de una red de empresas industriales y centros I+D que puede prestar apoyo a quienes se instalen aquí; disponemos de infraestructuras y comunicaciones como el aeropuerto, el puerto, carreteras, ferrocarril… Que hacen que estemos más cerca de otros territorios, lo cual supone facilidad para atraer inversiones; y también de un espacio industrial pegado al puerto que creemos que es fundamental para esa decisión de invertir. Nos queremos centrar en empresas industriales que fabriquen productos que salgan por el puerto.
Por último, ¿qué grandes desafíos se os plantean de cara al próximo ejercicio?
Sobre todo la vivienda. Tal y como estamos hoy en día tenemos que hacer un esfuerzo importante no solo para crear nueva, sino para aprovechar que tenemos una ciudad con unos barrios que crecieron muy rápido, al calor de la nueva industria en los años 60 y que merece la pena pensar en rehabilitar y no en invadir el poco terreno verde que no está en uso.
Disponemos de una serie de sectores urbanizables que marcaba ya el plan del 2006 y tenemos que mejorar su gestión para poder hacer vivienda de una manera más eficaz, pero también hay que rehabilitar, hacer que los barrios vuelvan a ser un caladero de personas que vienen a trabajar en la nueva industria de la ciudad. En este presupuesto nos vamos a poner a ello.