Aleastur cumple 50 años de equilibrio entre tradición e innovación
En 1974 una pequeña empresa denominada REPISSA, dedicada a la fabricación de productos auxiliares para la industria siderúrgica que tenía a través de la antigua ENSIDESA, supuso el detonante de lo que años después, es decir, a día de hoy, se considera un auténtico caso de éxito: Grupo Aleastur.
REPISSA superó muchos obstáculos, pero uno de ellos la obligó a reorientarse, y fue la gran crisis que en los años 80 sufrió el acero. Así, el próximo objetivo fue el sector del aluminio, y más en concreto, las aleaciones especiales de alta exigencia técnica que hoy representan más del 90% del volumen de negocio del Grupo. En 1985 se constituyó la empresa manteniendo en funcionamiento su actividad originaria bajo la marca Aleastur Steel.
Este año la entidad cumple su 50 aniversario y qué mejor modo de hacerlo que entre amigos, compañeros y representantes institucionales en sus instalaciones del Polígono de Maqua. El encuentro tuvo lugar el pasado viernes día 4 de octubre y en él se hizo un repaso de la historia del Grupo, de los hitos más importantes así como de los retos a los que ha tenido que hacer frente en este medio siglo a través de vídeos de personas que han estado estrechamente relacionadas con él.
Internacionalización en el ADN
A partir de que Aleastur se conformó, de forma natural llegó la expansión. Si algo les caracteriza es ese afán incondicional de abrir mercados más allá de las fronteras asturianas. La internacionalización va en su ADN, tanto que actualmente ya opera en 80 países para cientos de clientes porque, tal y como dijo el consejero y director, Leopoldo Galán, “si el mercado se mueve, nosotros también tenemos que hacerlo”. Los clientes, añadió, “admiran nuestra capacidad de servicio en cualquier parte del mundo”.
En este sentido, el exdirector de Compras, Alfonso Puertas, recordó un episodio en uno de sus viajes a China: “Era yo el único extranjero en el avión, todos los demás pasajeros eran chinos. Hoy en día es todo lo contrario”.
Recibieron varios premios y reconocimientos, como por ejemplo el Asturcón de Oro en 1999 por su posición en los mercados mundiales o, en 2012, el Premio IDEPA a la internacionalización, y es que fue en ese rango de tiempo (1999-2012) en el que Aleastur asentó las bases de un modelo de crecimiento que reforzaba continuamente las capacidades propias con las externas, procedentes de las alianzas que se producían.
Y esa consolidación se tradujo en el nacimiento de Aleastur of America, que hizo que en la actualidad Estados Unidos sea uno de los principales mercados del Grupo, y también Canadá y México; acuerdos con una empresa austríaca o el acuerdo de joint venture con un socio industrial alemán, ELISENTAL, para levantar una nueva planta en Asturias a través de una filial denominada ESALROD, que comenzó su andadura productiva en 2014. Es la empresa del grupo dedicada a la producción de aleaciones especiales de aluminio en formato de alambrón y destina el 95% de su producción a la exportación.
Otros hitos del Grupo Aleastur fueron, en 2016 la entrada al fondo soberano de Baréin (BMHC) como nuevo accionista minoritario buscado el refuerzo de la presencia de la entidad en Oriente Medio; y en esta etapa también se produce su incorporación al programa CRE100DO y de ESALROD en CEPYME500.
Las virtudes de la entidad
Para Ángeles Silverio, Coordinadora de Sociedad Regional de Promoción, Aleastur es un “ejemplo de empresa familiar de éxito. Tienen la cultura de la familia en la empresa pero están muy bien preparados y se han querido rodear de un buen equipo. Piensan en grande y a largo plazo, lo cual es una fortaleza difícil de encontrar”.
Precisamente las personas es otro de los puntos que María Calvo, presidenta de la Federación Asturiana De Empresarios (FADE), destacó de la entidad: “Hay que resaltar el aspecto humano de Aleastur porque es la clave para tener un negocio de éxito; es lo que garantiza a la empresa un gran futuro”.
Tanto para Mariví Monteserín, alcaldesa de Avilés, como para Adrián Barbón, presidente del Principado, el Grupo ha sabido estar a la vanguardia pero manteniendo su esencia. “Es un verdadero ejemplo de modernización del sector siderúrgico y metalúrgico, y su secreto es ser capaz de tener esa capacidad de adaptarse a los tiempos”, apuntó Monteserín.
Por su parte, Barbón resaltó que por este cumpleaños de Aleastur, todos los allí presentes recibieron un presente, pues “su trayectoria es el verdadero regalo de la jornada”. Para el presidente, esta empresa “ha logrado, precisamente, esa aleación de la comarca de Avilés entre tradición e innovación”.
El centro I+D, "maridaje de industria y tecnología"
“El centro I+D es la mayor apuesta y la mayor inversión que hemos hecho. Es una vía para seguir reforzando y atender nuevos retos. Es el maridaje de industria y tecnología”. Así describió Sergio Martínez, CEO de Aleastur, al centro de I+D que inauguraron el pasado viernes.
Con él se decidió dar un impulso aún mayor a las actividades habituales en lo que a innovación se refiere. Lo que pretenden es pasar del tradicional modelo de I+D a otro que permite no solo ejecutar las actividades recurrentes en todas las unidades de negocio sino que, además, se puedan afrontar otros proyectos enfocados en nuevos desafíos y oportunidades: desarrollo de nuevos productos, circularidad de materiales, así como la adopción de nuevas tecnologías.
Este centro, en palabras de Eva Pando, directora de la Fundación Caja Rural de Asturias, “ayudará a la transformación ecológica, digital y generacional, así como a hacer frente a ese gran reto que tiene Aleastur que es la alta competitividad que ha de demostrar”.
A pesar de los momentos duros, el Grupo Aleastur hizo realidad el sueño aquel que su fundador, un joven José Martínez tuvo gracias a los pilares que él considera que sostiene a la entidad: “ilusión, trabajo en equipo y esfuerzo sin límites”. La siguiente meta: a por otros 50 años.