La urgencia de un plan de transformación digital en la empresa
"A nadie se le escapa que es urgente acometer una transformación digital que ya es una realidad en la sociedad pero que también lo es en lo económico. Es un tren que hace tiempo que partió, va muy deprisa, y no estamos siguiendo su ritmo".
Desde el Cluster de Fabricación Avanzada, Metaindustry4 de FEMETAL, con la colaboración del IDEPA, se puso en marcha un ambicioso proyecto de análisis del impacto de la tecnología en el sector metal asturiano y concretamente en una pieza central para el despliegue y aprovechamiento de esta para el presente y futuro del sector, obligado a avanzar rápido en la incorporación de tecnologías para la mejora de su productividad y de talento que lidere y despliegue estrategias de transformación digital. Un estudio que ahora presenta sus resultados, y que han de activar las señales de alarma en esta materia.
Siempre se ha puesto en cuestión los planteamientos empresariales que demandan atención sobre el gap en competencias, y la necesidad urgente de un plan integral que evite la pérdida de competitividad por falta de nuevos profesionales y de recualificación de los ya existentes, y como derivada, el retraso en la aplicación de tecnologías en los procesos empresariales de la industria asturiana: No hay discusión al respecto, y es que, no hay transformación digital sin talento digital. El centro de la transformación digital está en las personas. La tecnología está al alcance de cualquiera, el conocimiento y las competencias para su aprovechamiento escasea. En un momento como el que vivimos de transformación digital es urgente acometer medidas que impulsen la competitividad de la industria basada en el mejor talento digital que posicionen a Asturias como el mejor territorio para el desarrollo de más proyectos empresariales al tiempo que favorezca el crecimiento y desarrollo de los actuales.
Por eso, dicho estudio ha querido identificar las competencias técnicas y personales necesarias para abordar con éxito la transformación digital que precisa, establecer las brechas que permita modular y priorizar las medidas, identificar las Competencias Técnicas y Personales que les afectan a los distintos roles analizados en el sector, así como los desajustes observados y formular líneas de acción y recomendaciones basadas en las evidencias que aporta el análisis realizado.
Y es que a nadie se le escapa que es urgente acometer una transformación digital que ya es una realidad en la sociedad pero que también lo es en lo económico. Es un tren que hace tiempo que partió, va muy deprisa, y no estamos siguiendo su ritmo.
La industria norteamericana estima que el 75% de su fuerza laboral requerirá de habilidades distintas a las actuales. En pocos años, a nivel mundial, se prevé que el 27% de los roles profesionales serán nuevos y esto vendrá determinado por el uso de tecnologías. Pese a que, en España, el sector industrial obtiene una mejor valoración dentro de los Índices de Competencia Digital analizados, el 75% de las compañías actualmente experimentan problemas para cubrir los puestos de trabajo que ofrecen, por deficiencias en las competencias, capacidades y actitudes requeridas.
En tecnología, el 68% de las empresas españolas detectan una importante brecha de conocimientos en tecnología y digitalización, situándolo en un 48% en el caso de los egresados en Formación Profesionales. ¿Podemos permitirnos esto?
Existe una percepción general en el tejido empresarial de que el sistema educativo no avanza o se adapta a la velocidad correcta, demandando mayor colaboración entre empresas, universidades y centros educativos, así como la flexibilización del sistema para que pueda adaptarse con más rapidez a las demandas tecnológicas, flexibilizar los contenidos impartidos y crear nuevos títulos y adaptar los existentes. Son algunos datos que arroja el estudio y, ciertamente, son muy preocupantes. No será mejor la foto en otros sectores claves de nuestra economía.
En cuanto a las competencias técnicas digitales, se identifican como las competencias más relevantes los conocimientos en materia de ERP y Herramientas colaborativas, seguidas de Automatización y robotización, Movilidad, Big Data, Ciberseguridad, Inteligencia artificial o Machine learning.
Como primera lectura esto corrobora la necesidad de acometer un plan urgente de desarrollo tecnológico para las empresas en la región que ha de ir acompañado de un plan de desarrollo de competencias para sus equipos de personas. El manejo de estas herramientas se sitúa en niveles bajos en gran parte de los roles analizados, y viene a ratificar que no solo existe un gap en conocimientos y competencias, sino que es fiel reflejo del bajo nivel de digitalización que aún presenta nuestra economía.
El dominio actual de estas competencias técnicas se sitúa en el 30% del deseable para las competencias requeridas. En el caso de ERP y gestión el dominio se sitúa cerca del 45%, mientras que en las herramientas colaborativas o de movilidad apenas se alcanza un 15%. Atendiendo al número de roles afectados y la intensidad de las brechas son demasiadas las competencias técnicas digitales donde las luces de alarma están encendidas, destacando las de herramientas colaborativas y Movilidad Digital.
Si atendemos a las competencias personales, la "Adaptación al Cambio" y la "Capacidad de aprendizaje" son las más críticas para la transformación digital y precisamente en las que más brecha se identifica.
Recientemente, debatíamos junto a un nutrido grupo de empresas, de la mano de Guillermo Perez del Grupo Eulen como moderador, sobre que soluciones se pueden aportar a una situación como esta desde la visión del Socio Tecnológico. Una situación caracterizada por la incertidumbre, la necesidad de flexibilidad para afrontarla por parte del cliente/empresa, donde el talento escasea, el sistema tarda en aportar más personas con competencias digitales y personales al mercado, la tecnología avanza rápido, los competidores aprietan desde cualquier punto del mundo y los clientes son cada vez más exigentes y demandan servicios de valor añadido. Y la respuesta es la externalización de servicios y alianzas estratégicas con socios tecnológicos, que integren su talento en nuestra cadena de valor permitiéndonos avanzar a los ritmos que requiere el mercado, aportando soluciones tecnológicas en la mejora de la productividad, y que sean impulsores de un cambio cultural al mismo tiempo.
Se avecinan tiempos muy duros, en se presentan con deberes que no se han hecho a tiempo. Pero también surgen oportunidades, quizás la última, en forma aportaciones de fondos de la UE, que incidirán en la necesidad de acometer reformas necesarias en nuestra economía y siempre suenan dos notas en esa melodía: Capital Humano y Digitalización.
De los anunciados 140 MM€ para España, una gran parte irá dirigida a proyectos orientados a generar talento y a digitalizar nuestra economía. ¡Es ahora o nunca! como rezaba el lema del 34 encuentro de AMETIC celebrado el pasado mes de septiembre. La situación generada por el COVID ha puesto al desnudo las carencias que en materia tecnológica tiene nuestro país, por lo que urge establecer estrategias público-privadas y planes de acción, que permitan atraer esos fondos para Asturias en forma de proyectos transformadores para la región.
Alejandro Blanco Urizar
Director del Área de Transformación Digital de Seresco y presidente de la Alianza por el Desarrollo del Talento Digital de AMETIC