Transición energética, ¿amenaza, oportunidad?
Nunca habrá paraíso energético sin confianza en el sistema normativo.
Mucho ha cambiado de poco tiempo a esta parte la sensibilidad de la sociedad hacia el llamado cambio climático. Desde todos los puntos del planeta se proclama que “nuestros hijos y nietos no deberían tener que pagar el costo de la irresponsabilidad de nuestra generación”
“Todavía hay esperanza y queda mucho tiempo para evitar los peores impactos del cambio climático, si es una acción pronta y resolutiva” “Hoy es necesaria una transición energética radical para salvar nuestra casa común” Así habló el Pontífice recientemente a empresarios de las principales petroleras mundiales recibidas en el Vaticano por segundo año consecutivo, tras la advertencia seria de “amigos, se está acabando el tiempo”
Pero, no son suficientes las buenas intenciones y voluntades de los humanos de a pie, sin que los gobernantes y la sociedad en general puedan afrontar los cambios precisos en línea con las recomendaciones del Acuerdo de Paris, para transformar el modelo económico actual orientándolo hacia un sistema más sostenible con soporte en Energías Renovables. Es de suma importancia precisamente en España tener en cuenta las consecuencias de esta transformación necesaria, dado que muchos sectores de la economía, se ven repercutidos por las consecuencias del cambio climático, como por la utilización de una u otra fuente de energía.
Una transición justa debe tener en consideración a todos los sectores económicos afectados, con inclusión del empleo
En el Principado de Asturias influyen los cambios necesarios. Qué duda cabe que si se pretende llegar a un mundo descarbonizado, las consecuencias del cierre de la minería y las centrales térmicas existentes, son una amenaza clara en cuanto al empleo y generación de PIB, que aunque es cierto que ya viene palpándose desde hace tiempo, no ha sido compensado en gran parte su efecto para el futuro inmediato, por lo que se hace necesario sin espacios en blanco una transformación en la industria hacia las energías renovables, capaz de generar un empleo sostenible ambientalmente y con consecuencias autonómicas, sin dejar atrás a los trabajadores del antiguo empleo productivo y a las empresas generadoras del mismo.
Una transición justa debe tener en consideración a todos los sectores económicos afectados, con inclusión del empleo, proporcionando soluciones para su adaptabilidad a otros sectores, de tal forma que continúen formando parte en el mercado laboral y económico de Asturias.
Es curioso como a pesar de tener en nuestra comunidad empresas líderes en el sector renovables, es la región que menos generación de producción ha desarrollado en este campo, aportando una cuota insignificante a nivel nacional. No obstante, es a El Principado, ha tenido siempre una capacidad de generación de riqueza y adaptabilidad a tiempos cambiantes. Su empresariado ha sido y sigue siendo modélico, abundando grandes innovadores en los distintos sectores industriales. Precisamente en el sector tecnológico y especialmente en energías renovables, existen unas empresas asturianas que lideran posiciones nacionales e internacionales con niveles destacados en su competitividad, aportando innovaciones y desarrollo destacado.
Asturias, a pesar de no ser tan abundante en sol como en otras regiones, tiene un potencial muy grande de crecimiento en políticas energéticas renovables
Es curioso como a pesar de tener en nuestra comunidad empresas líderes en el sector renovables, es la región que menos generación de producción ha desarrollado en este campo, aportando una cuota insignificante a nivel nacional. No obstante, es a considerar el empleo que genera el sector fotovoltaico en esta región que, según datos de este sector, daba empleo a 1890 personas a final del año 2017.
Asturias, a pesar de no ser tan abundante en sol como en otras regiones, tiene un potencial muy grande de crecimiento en políticas energéticas renovables, tal y como sucede en otros países europeos, incorporándose a este sector aún con características de horas solares similar o peor que nuestra región (caso Alemania), lo que ofrece inversiones de importancia tanto en industrias tecnológicas, como en puestos de trabajo, amén de la consecución de la adaptabilidad a obtener la energía a precios muy inferiores a la existente en todo el territorio con especial hincapié en la zona vaciada, zonas industriales y en las edificaciones en zonas urbanas, a través del autoconsumo. Este es uno de los retos más importantes a alcanzar en un futuro inmediato, siendo la mayor expectativa laboral a ofrecer para compensar el deterioro laboral y económico consecuencia de la descarbonización.
La oportunidad de las energías renovables en todas sus facetas, no ha pasado aún, por ello antes de que acabe el tiempo que el Pontífice puso en advertencia, es hora de tomar conciencia y dar el paso definitivo, con las siguientes premisas para no cometer errores que el pasado ha dejado en la piel de nuestro país, tales como: 1- que se restablezca la seguridad jurídica en el sector renovable (estimados 7.500 millones de euros pendientes de litigios por arbitrajes extranjeros) y 60.000 familias españolas de pequeños inversores arruinadas por incumpliendo de los gobiernos españoles a través de recortes a lo establecido en RD 661/2007 y otros anteriores y posteriores, 2- popularizar el autoconsumo establecido por RD 244/2019, de tal forma que de paso a desbloquear la dependencia de grandes empresas que controlan los precios de la energía en sus distintas facetas y 3- que el precio de la energía eléctrica, no dé lugar a pobreza energética en las familias y mucho menos sea motivo de cierre de empresas que fundamentan su competitividad en la misma.