Impulsar la digitalización sin perjudicar a los trabajadores, un reto compartido.
"Todos tenemos el reto de hacer, el responsable esfuerzo, de velar porque este cambio no genere desempleo, precariedad o exclusión."
La Industria 4.0 es una realidad que supone una oportunidad de creación de nuevos empleos, pero también puede suponer, si no se empiezan a toman medidas, el cierre de empresas y la destrucción masiva de empleos con el consiguiente riesgo de que miles de trabajadores y trabajadoras queden excluidos del mundo laboral.
Cada vez más apremiante abordar un gran Pacto de Estado por la Industria, sostenido en el tiempo
La Industria es un sector estratégico y su contribución al desarrollo de Asturias y de España debe de seguir siendo fundamental, por ello, es necesario que las diferentes Administraciones adopten medidas y destinen inversiones económicas para construir un nuevo modelo productivo innovador, inclusivo y generador de empleo estable y de calidad. Medidas como la reciente aprobación del Plan de Reindustrialización (Plan Rendus) son necesarias pero por sí solos no van a solucionar los problemas endémicos que aquejan a nuestra Industria si no se acometen urgentemente otras medidas de carácter global.
Los Gobiernos, independientemente de su signo político, deben de apostar de verdad por políticas industriales coordinadas en lugar de hacerlo con políticas puntuales siendo cada vez más apremiante abordar un gran Pacto de Estado por la Industria, sostenido en el tiempo, donde todos los agentes sociales implicados (empresas, sindicatos, administraciones) trabajemos de forma coordinada en el desarrollo de medidas y de políticas que nos permitan llegar al objetivo de la UE por alcanzar como mínimo el 20% de peso de la industria en el conjunto del PIB y que al mismo tiempo genere un mayor volumen de puestos de trabajo estables y de calidad.
Para impulsar la competitividad Industrial también es necesaria una política energética estable y con precios competitivos
Así, para impulsar la competitividad Industrial también es necesaria una política energética estable y con precios competitivos, una apuesta por las infraestructuras logísticas y de transporte, una apuesta por la I+D+I y especialmente una política que apueste decididamente por la formación y el empleo.
Nuestra Industria ya está cambiando y nos afecta a todos (empresas, trabajadores, administraciones), hecho ante el cual todos tenemos el reto de hacer, el responsable esfuerzo, de velar porque este cambio no genere desempleo, precariedad o exclusión. Es necesario ponerse manos a la obra con medidas y presupuestos concretos para vertebrar una transición digital socialmente justa e inclusiva pero esto no se conseguirá si no hay una apuesta decidida por la educación y la formación inicial y continua de los trabajadores y las trabajadoras.